El Correo de Burgos

FÚTBOL / Segunda División

El Mirandés se queda sin premio

Los rojillos encajan en Tenerife su segunda derrota consecutiva. El equipo de Terrazas apretó en el tramo final, sin suerte

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TENERIFE: Jacobo, Javi Moyano, Hugo Álvarez, Albizua, Igor, Aitor Sanz, Ricardo (Vitolo, 35’), Guarrotxena, Suso, Uli Dávila (Cristo Martín, 65’) y Ruso García (Aridane, 56’).

MIRANDÉS: Razak, Kijera, Caneda, Álvaro Corral, Gorka, Ruper (Igor Martínez, 60’), Emilio Sánchez, Jordi Pablo (Hernáez, 46’), Alex García, Juanjo y Urko Vera (Pedro, 52’).

Árbitro: David Medié Jiménez, del colegio Catalán. Amonestó por los locales a Moyano y por los visitantes a Gorka, Pedro, Ruper y Hernáez.

Goles: 1-0: (5’) Guarrochena, a pase de Aitor Sanz. El Mirandés sufrió su segunda derrota liguera consecutiva al caer por la mínima en Tenerife. Los de Carlos Terrazas no fueron capaces de remontar el tempranero gol del equipo insular marcado por Guarrotxena a los cinco minutos de juego. Los burgaleses no pudieron culminar la semana tras haber ganado al Racing de Ferrol en Copa del Rey y haber superado la eliminatoria. Primera victoria de la temporada del cuadro insular tras haber cosechado dos derrotas y un empate en los tres encuentros anteriores.Está claro que al CD Mirandés no se le da bien el Heliodoro. Los burgaleses perdieron en su séptima visita al CD Tenerife.  Salió el conjunto insular como es habitual en casa, metiendo mucho ritmo a su juego y buscando entrar por las bandas. El primer acercamiento serio acabó con Razak despejando un peligroso centro de Suso. En la réplica Jordi Pablo obligó a Jacobo a blocar pegado al poste. A continuación Aitor Sanz robaba un balón y lo metía al corazón del área, donde Guarrotxena sólo tuvo que empujarla para hacer el 1-0.El CD Mirandés intentó cambiar el partido y César Caneda cabeceó fuera tras un saque de esquina. Los de Carlos Terrazas se fueron al ataque pero intentando vigilar a un rival conocido por disponer de futbolistas dotados para el contragolpe. Empezó entonces un partido de ida y vuelta. En ese intercambio de ataques un tanto alocados Guarrotxena se llevó un buen golpe cuando chocó con Razak en el área. El meta visitante salvaría a su equipo mediado el primer tiempo en un mano a mano con Ruso García.

A la media hora los visitantes seguían buscando el área rival, pero sus acercamientos eran básicamente a balón parado, en saques de esquina y faltas, pero sin crear verdadero peligro.

Se vivía para entonces un partido jugando con pasión, pero poco vistoso de cara al espectador, con demasiados balones en largo y muchas imprecisiones en los pases. Los locales, obligados a buscar su primera victoria del curso para disipar dudas, no acababan de sentirse cómodos ante un rival que quería la pelota, aunque no terminaba de dar con la clave para romper la zaga chicharrera.

No terminaba de aprovechar el conjunto de Carlos Terrazas el flojo partido de los tinerfeños, que parecen haber pedido en este inicio de curso las señas de identidad que el pasado casi le clasifican para las eliminatorias de ascenso. Con el 1-0 se llegaba al descanso en el Heliodoro Rodríguez López.

Tras el descanso el choque no ofreció variaciones significativas. El panorama, lejos de mejorar, empeoró, con ambos conjuntos demostrando sus carencias. Una mala noticia para los visitantes llegó muy pronto cuando Urko Vera dejaba el partido tras un golpe en el hombro.

Al cuarto de hora de la reanudación Terrazas ya había agotado los cambios tratando de buscar soluciones e igualar la contienda, pero los suyos seguían con problemas. Los visitantes llegaban al borde del área, pero ahí morían sus intentonas. Las constantes interrupciones por faltas sin duda no beneficiaban a la ofensiva del Mirandés. La ausencia de ideas era compartida por un CD Tenerife que no sabía cómo terminar de cerrar la contienda.

Todo este panorama explicaba en buena medida la ausencia de ocasiones de gol mediado el segundo período. Para entonces el envite solo ofrecía la emoción del resultado, con dos equipos lentos y previsibles sobre la cancha.

En los minutos finales, cuando el conjunto burgalés se fue arriba buscando el gol del empate, el Tenerife dispuso de más espacio para intentar marcar al contragolpe y sentenciar el choque pero el tanto de la tranquilidad no llegó para los anfitriones, que acabaron pidiendo la hora.

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