FÚTBOL / Segunda División B. Grupo I
Un triunfo que no despeja las dudas
El Burgos CF se impone al Marino de Luanco después de hacer una mala primera mitad y reaccionar en la segunda
Los jugadores celebran junto a Fede Castaños el segundo gol.-SANTI OTERO
El Plantío ayer pasó miedo.El colista se fue al descanso por delante en el marcador y si la situación se llega a mantener la reacción en cadena estaba asegurada. Sin embargo, el equipo blanquinegro reaccionó a tiempo y ante un rival con muchas carencias le dio la vuelta al partido con dos goles de Cristian.El Marino de Luanco demostró en Burgos por qué es colista de la clasificación y aún no ha ganado. En cuanto la escuadra burgalesista jugó con un mínimo de empuje las carencias asturianas salieron a la luz.
Los tres puntos son un alivio clasificatorio, aunque el problema de fondo sigue latente. El equipo está atenazado y anda justo de confianza. No obstante, la victoria de ayer puede suponer una inyección moral que sirva para próximos compromisos. Las sensaciones siguen sin ser buenas, aunque por lo menos los puntos se quedaron en casa. Lo mejor fue el resultado.
Fede Castaños seguirá al frente de la nave burgalesa. Yel abrazo de todos los jugadores con su entrenador tras la consecución del segundo gol dejó claro que el vestuario era consciente de que una derrota hubiera significado el adiós del actual técnico.
Lo preocupante es que ayer volvieron a verse las dos caras de este Burgos CF.En la primera mitad el equipo estuvo espeso, dubitativo y sin ideas, mientras que en la segunda mejoró en varios aspectos futbolísticos y también tiró de casta para superar una situación que era ya desesperada.
La victoria le permite abandonar el puesto de play out, aunque sigue teniendo el abismo muy cerca. En estos momentos tiene dos puntos de ventaja sobre la zona de descenso y uno con respecto a la promoción.El partido ante el Lealtad, penúltimo en la tabla, será un nuevo examen para los blanquinegros.
Los dos equipos comenzaron el choque con mucha cautela. Estaba prohibido perder y se notó en ambos bandos. Existía más preocupación por mantener a salvo la portería que por atacar la contraria. No obstante, era el conjunto local el que llevaba la batuta, aunque el juego carecía de profundidad y las ideas ofensivas escaseaban.-MÁSM INFORMACIÓN EN LA EDICIÓN IMPRESA-