El Correo de Burgos

Fútbol / Segunda

El Mirandés tutea al potente Betis

El combinado rojillo puso contra las cuerdas a todo un histórico que aspira a retornar a Primera por la vía rápida / Maniató por completo a su oponente y gozó de las mejores oportunidades en el tramo final para llevarse la victoria

Igor Martínez disputa un balón con un defensor del Real Betis.-José Esteban Egurrola

Igor Martínez disputa un balón con un defensor del Real Betis.-José Esteban Egurrola

Burgos

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Solo le faltó el gol. El Mirandés recuperó su mejor versión para arrancar un empate de mérito frente al Real Betis, uno de los grandes favoritos para el ascenso a Primera. Pero se quedó con la miel en los labios el cuadro rojillo, que puso por momentos contra las cuerdas a los sevillanos -sobre todo en los últimos compases-.

Los discípulos de Carlos Terrazas querían poner fin a una racha de seis partidos consecutivos sin vencer. El técnico bilbaíno apostó de nuevo por Álex Ortiz para acompañar a César Caneda en el centro de la zaga, mientras que Pedro Martín se situó en banda derecha en detrimento de Jordi Pablo, que ni siquiera entró en convocatoria. Por su parte, el Real Betis buscaba un triunfo que le acercarse un poco más al liderato tras el pinchazo de Las Palmas.

No parecía el día más propicio para conseguirlo, pero el CD Mirandés afrontaba el duelo contra todo un histórico venido a menos con un único objetivo en mente: retornar a la senda de la victoria ante su afición.

Buena fue la salida al terreno de juego de los burgaleses, que trataron de hacerse con la manija del choque en la zona ancha, discutiendo la posesión a su poderoso contrincante.

El técnico visitante, Pepe Mel, se vio obligado a mover rápidamente ficha por unos problemas físicos del lateral diestro Molinero en el minuto 10 de juego.

Los rojillos se encontraban muy cómodos sobre el césped, triangulando con criterio en la medular buscando siempre a su faro, Emilio Sánchez, para hacerse dueños territoriales de la contienda.

Por el momento tenían a su talentoso oponente totalmente controlado, impidiendo que llegara con peligro a su área. Aunque las ocasiones de peligro brillaban por su ausencia en ambas áreas.

Rojillos y verdiblancos mantenían una bonita batalla táctica en el centro del campo, si bien ambos carecían de profundidad. No en vano, superado el ecuador del primer acto los porteros permanecían inéditos. Tan solo el visitante Rennella, el más activo de los atacantes del Betis, buscaba con ahínco los dominios del cancerbero Razak.

Los sevillanos no presionaban la salida del balón de los rojillos, cuyas posesiones morían una y otra vez a los pies de la defensa andaluza.

Las consignas de los técnicos parecían claras y ninguno de los contendientes se concedía ni la más mínima alegría, con líneas defensivas bien pobladas y sin perder nunca el sitio.

El primer disparo entre los tres palos de la contienda se produjo en el minuto 41 en una falta botada por Varela y que rechazó la zaga rojilla. En la frontal recogió el esférico Portillo para sacarse un disparo raso y cruzado que atajó sin problemas Razak.

La respuesta del Mirandés llegó en el tiempo de descuento en una falta botada por Emilio Sánchez que cabeceó hacia atrás Cejudo en la frontal y el balón se estrelló en la madera con Adán ya superado.

Los sevillanos llegaban a Anduva con la posibilidad de alzarse al coliderato de la general tras los resultados de sus rivales directos. Pero hasta el momento su bagaje ofensivo era paupérrimo para un equipo que aspira a recuperar una plaza en Primera División.

Con tablas y máxima igualdad sobre el césped tomaron los dos equipos el camino de los vestuarios. Con mayor ambición saltó el cuadro sevillano en la segunda mitad. Rubén Castro, que había estado desaparecido en combate en el primer acto, fue el encargado de llevar el peligro al área de Razak en dos ocasiones consecutivas. Sobre todo en una internada por la derecha en el que obligó al meta rojillo a sacar una buena mano para despejar el peligro. Pero fue un espejismo.

Terrazas movió ficha dando entrada al central Espín (que debutaba con la elástica rojilla) en sustitución de Pedro. El defensor se situó en el lateral diestro, adelantando la posición de Aitor Fernández, que jugó hasta el final del duelo como extremo.

En el minuto 61 una buena acción de Álex García por la izquierda no pudo ser rematada por Urko Vera en el segundo palo, pero estuvo muy atento el central Jordi Figueras para despejar el balón a saque de esquina.

Los rojillos comenzaron a animarse y se presentaban con asiduidad, aunque sin puntería, en las inmediaciones de la meta defendida por Adán.

Las sensaciones que transmitían los burgaleses eran buenas. De hecho, el Mirandés estaba crecido, con Álex García haciendo diabluras por la izquierda. En una penetración del vasco puso un balón al segundo palo, donde Urko Vera cabeceó desviado.

La réplica del Betis, que se veía incapaz de superar el buen entramado defensivo burgalés, la dio Xavi Torres con un disparo desde la corona del área blando y a las manos de Razak.

Con poco más de 10 minutos por delante ambos técnicos dispusieron dos nuevos puntas sobre el terreno de juego en busca de la victoria.

El Mirandés se mostró muy ambicioso, con buenas incursiones por la banda izquierda, ahora con Igor Martínez como gran protagonista. Ya en el 88 el mediapunta lo volvió a intentar con un zapatazo desde la frontal que se marchó desviado.

Y con el tiempo cumplido un saque de esquina botado por Igor Martínez fue cabeceado por Urko Vera por encima del larguero.

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