El Correo de Burgos

FÚTBOL Segunda División B

Cristian acaba con la agonía

Dos goles del pichichi blanquinegro permitieron que el Burgos remontara y que sellara de forma matemática la permanencia

Cristian momentos antes de lograr el gol que empataba el partido en la tarde de ayer.-RAÚL G. OCHOA

Cristian momentos antes de lograr el gol que empataba el partido en la tarde de ayer.-RAÚL G. OCHOA

Burgos

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Árbitro: Rezola Etxebarria (colegio vasco). Mostró tarjeta amarilla a los locales Aurreko y Quesada.

Goles: 0-1, min. 37: Salva Rivas. 1-1, min. 40: Cristian. 2-1, min. 43: Cristian.

Burgos CF: Aurreko, Andrés,Dani Guillén, Maureta,Quesada, Moke, Cristian, Llorente, Gabri Gómez (Javi Hernández, min. 40). Gabri (Beñat, min. 77) y Carralero (Jorge Sáez, min. 63).

Zamora CF: Garabato, Álvaro, Alberto Prada, Kurbus, Carrillo,Salva Rivas,Arkaitz, Fran Ochoa (Rodri, min. 61), Manu Gavilán,Sergio Mut (Carlos de la Nava, min. 72) y Coque (Cristian, min. 80).Por fin. El Burgos CF seguirá una campaña más en la Segunda División B. Venció al Zamora y logró matemáticamente la permanencia. En un partido que decidió Cristian en tres minutos, los blanquinegros finiquitaron la temporada y jugarán en Tanos el próximo fin de semana un partido sin nada en juego.El choque de ayer tuvo su dosis de suspense y sufrimiento.El Plantío respiró aliviado y casi nada más concluir la contienda se volvió al palco para poner de manifiesto su desacuerdo con la directiva. La reacción de los socios no sentó bien a algunos de los directivos.

La temporada se ha hecho larga. La agonía parecía no tener fin y ha llegado hasta la penúltima jornada. Los dirigentes señalan que la plantilla no ha cumplido con las expectativas y aseguran que no ha sido la falta de presupuesto la que ha provocado esta situación. La afición se ha vuelto en más de una ocasión hacia los mandatarios a la hora de repartir culpas. «Responsables sí, culpables no», responde tajante Barriocanal.

Lo importante es que la temporada se ha salvado, aunque, cuando el Zamora logró en el minuto 37, muchos pensaron en lo peor y en un partido ante el Tropezón a vida o muerte.Sin embargo, llegaron dos chispazos de pichichi blanquinegro que arreglaron el desaguisado ante unZamora que ofreció poco en El Plantío.

El último partido de la temporada en El Plantío paso sin pena de gloria.Se enfrentaron dos equipos con evidentes carencias, tanto futbolísticas como morales, y que demostraron por que han llegado al final de la campaña en una situación tan delicada. El tuerto ha sido el rey en el país de los ciegos. Los méritos de los blanquinegros han sido escasos, aunque ha habido equipos que han acumulado más deméritos.

Ya no hace falta mirar a la clasificación y las calculadoras se pueden guardar en el cajón. El equipo ha cumplido con el mínimo exigido y le ha sobrado un partido. Lo del vaso medio lleno no vale a la hora de hacer balance. El vaso está medio vacío y ahora comenzarán las conjeturas para conocer el futuro. Arconada ya lo ha dejado claro: para seguir quiere un equipo que aspire a costas más altas. Aunque una de las incógnitas a desvelar es saber si Juan Carlos Barriocanal y sus directivos quieren que continúe al frente de la nave blanquinegra.

El miedo dominó un inicio de partido entre dos adversarios atenazados por lo que había en juego. Las imprecisiones ganaban en mucho a los aciertos y ninguno de los dos contendientes era capaz de llegar en buenas condiciones a la portería contraria.

Una vez cumplido el primer cuarto de hora, fue el Burgos el que dio un paso adelante apoyado en las arrancadas de Carralero, que en el 18 dejó en ventaja a Llorente para hacer el primero, pero el segoviano se topó con Garabato.

A partir de este momento, los blanquinegros se hicieron con las riendas del choque y comenzaron a crear peligro en la meta zamorana. Gabri Ortega tuvo una buena ocasión en el 25 tras peinar Cristian un balón en una estrategia, aunque otra vez Garabato evitó el gol.

El Burgos estaba un escalón por encima de su oponente, aunque no era capaz de trasladarlo al marcador. Poco antes de la media hora Gabri Gómez volvió a obligar al portero visitante a intervenir con acierto, mientras que el mismo protagonista un minuto después no encontró portería tras un buen centro de Carralero.

Sin embargo, en el 33 llegó la nota negativa del partido con la lesión de GabriOrtega, hasta ese momento uno de los destacados. El equipo se quedó afectado y el Zamora aprovechó el bajón para meter el miedo en el cuerpo a la parroquia burgalesista.

Un disparo desde fuera del área, después un saque de esquina hizo que el 0-1 subiera al marcador. El Plantío se quedó helado pese a las altas temperaturas que se registraron ayer.

Sin embargo, Cristian en dos acción cambió el gesto de la afición.Empató en el 40 desde la frontal y puso el 2-1 en el 43 después de una buena jugada de Gabri Gómez. El panorama había cambiado por completo y la depresión y los temores se apoderaron del Zamora. Pese a todo, los rojiblancos tuvieron el empate en el 45, aunque Aurreko le ganó la partida a Coque, que realizó una gran jugada.

El choque cambió por completo en la reanudación:El Burgos salió convencido de que lo mejor era nadar y guardar la ropa, aunque no era capaz de hacerse con la pelota. El Zamora lo intentaba pero con poca fe, y el ex blanquinegro Arkaitz era su mejor arma. Los minutos pasaban y cada vez el conjunto visitante estaba más partido, por lo que existía la posibilidad de que una contra matara el partido en favor de los de casa.

Pero no llegaba, aunque tampoco los blanquinegros tenía demasiado trabajo para contener a un rival demasiado plano. Arconada optó por reforzar el centro del campo y metió en el campo a Jorge Sáez para buscar también más calidad en el último pase, pero la apuesta le salió mal al blanquinegro, ya que la escasa aportación de Javi Hernández y Sáez en labores de contención dejaba siempre al Burgos en desventaja. La salida de Beñat equilibró la balanza en la medular.

En el tramo final del partido el Zamora se fue definitivamente arriba en busca por lo menos del empate. Arkaitz, en el 91, realizó el remate más peligroso de toda la segunda mitad, aunque Aurreko estuvo a la altura de las circunstancias. El marcador no se movió y el Burgos salvó los muebles en la penúltima jornada.

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