Balonmano / Asobal
El Villa de Aranda firma una primera vuelta para enmarcar
Con 19 puntos en su casillero tiene la salvación en el bolsillo / Afrontará el largo parón liguero con los deberes hechos y la intención de seguir creciendo y luchar por las plazas europeas
El internacional brasileño Oswaldo lanza a portería en un choque en el Príncipe de Asturias-Alberto Calvo
El Villa de Aranda está empeñado en hacer historia. Se ha ganado por méritos propios un puesto en la elite del balonmano nacional. Llegó hace cuatro años a la Asobal como la cenicienta de la competición, con un presupuesto más que modesto y sin levantar demasiado la voz. Pero hoy es ya uno de los equipos más respetados de la categoría. Su constante crecimiento deportivo y el extraordinario ambiente que se vive en el Príncipe de Asturias le han granjeado simpatías por doquier.
El pasado sábado puso el broche de oro a una primera vuelta sensacional. El cuadro de Jacobo Cuétara ha llegado al ecuador de la competición liguera en la sexta plaza de la tabla clasificatoria, con 19 puntos en su casillero (a tan solo 1 del quinto, Ademar León, y a 2 de la tercera plaza que ahora comparten Granollers y Cangas).
La escuadra ribereña ha cuajado un arranque de competición para enmarcar que le ha servido para tener prácticamente en el bolsillo el primer objetivo de la temporada: el de la salvación. Solo una catástrofe en la segunda vuelta podría arruinar el curso. Y es que el Villa de Aranda afrontará el largo descanso de la competición en la Asobal (la liga se para hasta febrero) con los deberes hechos y una ventaja de 12 puntos con respecto a los puestos de descenso, una renta que se antoja absolutamente imposible de enjugar por los equipos que tratan de eludir la debacle deportiva.
Los números cantan, el cuadro arandino ha firmado -con grandísima diferencia- su mejor primera vuelta en la Asobal. El año de su debut en la categoría (2012-13) llegó al ecuador liguero con 11 puntos (terminó el curso 11º con 22); en la siguiente, la 2013-14 contaba a estas alturas de curso con 8 puntos en su casillero (cerró la temporada 14º con 22). Y el año pasado el Villa de Aranda cerró la primera ronda con 11 puntos, si bien luego mejoró notablemente su rendimiento en la segunda finalizando la Liga octavo con 28 puntos.
Con uno de los presupuestos más discretos de la categoría ha sido capaz de obrar el milagro. De hecho, afrontará la segunda vuelta con miras mucho más altas y el sueño de la consecución de una de las plazas que dan derecho a la disputa de competiciones europeas la próxima temporada. El reto es finalizar entre los cinco primeros de la general para completar una temporada histórica.
El equipo acaba de perder al central Matheus Perrella, pero recuperará próximamente a su compatriota Raúl Nantes, que ya se encuentra en Aranda para realizar la parte final de su recuperación.
La buena marcha del club se ha traducido también en reconocimientos de carácter individual, como la citación con sus respectivas selecciones nacionales de hasta tres jugadores de la plantilla. Además, Javier Muñoz encabeza la tabla de máximos goleadores de la Asobal, con 94 dianas, mientras que Oswaldo Maestro es tercero (con 85).