El Correo de Burgos

RUGBY / División de Honor B

Mucho más que un incómodo parón

Las lamentables condiciones del anillo de San Amaro obligan a suspender el partido entre el UBU y el VRAC B / El club no tiene dónde entrenar y no sabe cuándo dispondrá de su dotación

Jugadores y colaboradores delAparejadores RC achican agua antes de concretarse la suspensión del choque, ayer.-ECB

Jugadores y colaboradores delAparejadores RC achican agua antes de concretarse la suspensión del choque, ayer.-ECB

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BURGOS Luchar contra los elementos es una actitud tan digna como valiente, pero suele traer frustración y lamento. A pesar de los esfuerzos realizados para competir con normalidad, el Aparejadores RC se vio obligado a suspender el partido que debía enfrentarle al VRAC B en la mañana de ayer debido a las lamentables condiciones en las que se encuentra el improvisado campo de rugby habilitado en el anillo interior de las pistas Purificación Santamarta mientras se ejecutan las obras de San Amaro.Las constantes lluvias caídas en los últimos días inundaron el terreno de juego. Ya en la tarde del sábado se iniciaron los trabajos para achicar agua, un empeño sin recompensa debido a que en la mañana de ayer aparecieron de nuevo bolsas que alcanzaron los 10 centímetros de profundidad.Representantes del club se afanaron en una labor que no sirvió de nada. Jugadores y directivos encontraron, incluso, la colaboración del árbitro. Sin embargo, la cantidad de agua acumulada hizo imposible la disputa del envite. Una vez llegó la delegación del VRAC B, se acordó la suspensión del encuentro. «El árbitro ha visto que, por mucho que hiciéramos, los charcos crecían rápidamente», explica el presidente del Aparejadores RC, Leví Moreno.

El dirigente fue uno de los miembros más activos en las tareas realizadas durante el fin de semana, pero finalmente se rindió a la evidencia. «El sábado retiramos casi 500 litros de agua y por la mañana (de ayer) se habían vuelto a llenar los charcos. El VRAC ha visto que hemos hecho todo lo posible por jugar, pero no ha habido manera», lamenta.La suspensión del partido supone una pequeña molestia para ambos conjuntos, aunque el calendario ofrece dos fechas disponibles a lo largo del mes de febrero. Esta situación no inquieta a los equipos involucrados, por lo que el club local se centra en resolver el gran problema que tiene entre manos. «Nos da igual disputar este partido un día u otro. Lo realmente importante es saber si tendremos un campo para jugar», subraya Moreno.La frustración gualdinegra se justifica en que la solución a todos sus males no depende del club. Las discrepancias surgidas entre el Ayuntamiento y la empresa encargada de las obras del campo de rugby han retrasado el final de los trabajos y la entrega de la dotación. Estaba previsto que este partido ante el VRAC ya se disputara en la renovada instalación y la entidad deportiva está en una situación límite.MÁXIMA PREOCUPACIÓN

El Aparejadores sigue sin competir en ‘su’ campo. No sabe cuándo podrá hacer uso de él y ni siquiera tiene claro si lo recibirá con las gradas reconstruidas, elemento principal de la disputa entre la administración y la empresa.Para colmo, el estado actual del césped del anillo de atletismo deja a las claras que el club (desde el plantel de DHB hasta la estructura de cantera) no puede seguir por mucho tiempo en el emplazamiento provisional acondicionado al comienzo de temporada.El equipo ya se ha visto obligado a entrenar en localidades cercanas o en polideportivos, una situación que no puede sostenerse en el medio plazo y que requiere una solución inmediata. «Estamos muy preocupados», reconoce Moreno.

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