El BM Burgos pretende jugar en Asobal en un plazo de tres años

BURGOS

El balonmano burgalés está dispuesto a resurgir de sus cenizas. Javier Hernando y Félix Sancho lideran un proyecto ambicioso que no se conformará con reavivar la llama que parecía extinguida a pesar del trabajo efectivo realizado con la cantera. Los responsables de esta iniciativa van a por todas y la hoja de ruta diseñada tiene como último objetivo competir en la liga Asobal en un plazo de tres años.

De hecho, la nueva estructura surgida de la unión entre el Club Balonmano Burgos y el Club Balonmano Ciudad de Burgos ha explorado durante el verano todas las vías posibles para salir a competir en División de Honor Plata -la segunda categoría nacional- esta temporada. Los directivos locales negociaron la compra de la plaza del Granollers (filial), el Antequera, el Covadonga y el Carabanchel. Sin embargo, todas las opciones se vinieron abajo en el último momento cuando el acuerdo parecía un hecho.

Y es que, más allá del montante económico pactado en cada uno de los casos planteados y de las circunstancias particulares que afectaban a los clubes implicados, el BM Burgos no podía ofrecer en la operación un intercambio de plazas al carecer de derechos deportivos en Primera, la siguiente categoría en el escalafón. Por ello, el equipo local competirá finalmente en Segunda División (lo hará los domingos por la mañana en El Plantío) con el objetivo de lograr el éxito deportivo y volver a la carga en los despachos el próximo verano.

La directiva considera que las tres plazas de ascenso que ofrece la Primera División para los más de 90 equipos participantes dificultan al máximo los objetivos de cualquier proyecto ambicioso y por ello están decididos a adquirir una plaza en Plata sin pasar por esta casilla previa.

Tanto es así que renunciaron a jugar este ejercicio en la mencionada Primera División. «Es una liga compleja en la que necesitas un equipo súper y tener suerte. Por eso queremos evitarla a través de un intercambio de derechos deportivos», explica Javier Hernando.

De esta manera, el BM Burgos echará el resto por ser el equipo a batir en Segunda División esta temporada. Para ello, el conjunto local mantendrá la base de jugadores locales que competían hasta ahora con el Ciudad de Burgos y se reforzará con, al menos, seis fichajes. El conjunto castellano pretende incorporar a jugadores de superior categoría, a los que ofrecerá un contrato y una posición de privilegio en el proyecto de futuro.

En este sentido, los responsables también tienen previsto solicitar a la Federación Española la posibilidad de organizar la fase de ascenso a celebrar del 12 al 14 de mayo de 2017. La Segunda División estará compuesta por 11 clubes y el 10 de septiembre conocerá su calendario de competición. Antes, el próximo día 1 arrancará la pretemporada y ya el sábado 3 de septiembre el equipo disputará un amistoso frente al Torrelavega con el objetivo de que el nuevo técnico conozca de primera mano el nivel real de la plantilla.

El club no reparará en gastos para completar este primer paso, pero su planteamiento no se centra de forma exclusiva en el corto plazo y confiará la construcción de su proyecto global a Marcos Martínez. El entrenador formado al abrigo de la estructura del Ademar de León será el encargado de moldear el primer equipo y también coordinará el trabajo de las categorías inferiores. «Está capacitado y queremos que se implique con la cantera», comenta Hernando.

Todo ello, con la Asobal en el horizonte. «Puede que hablar de ello en la situación actual resulte pretencioso, pero el balonmano no tiene las dificultades de otros deportes (en referencia a la situación del Autocid de baloncesto y las condiciones económicas que exige ACB). El balonmano en Burgos puede funcionar, ofrece posibilidades y con presupuestos reducidos se puede estar en la elite», añade.

Hernando, presidente del BM Burgos, avanza que la Asobal conoce sus planes de futuro y destaca los «buenos apoyos económicos» encontrados. En este sentido, la Universidad de Burgos mantendrá su ayuda al equipo de Segunda División, el cual pasará a vestir con los colores rojo y negro, y contará también con el impulso decisivo de San Pablo Inmobiliaria.