El Correo de Burgos

BALONCESTO / LEB Oro

El San Pablo Inmobiliaria suelta el freno

Solo el acierto exterior del Oviedo evitó que los locales sentenciaran antes un buen partido / Los de Epi se desataron en el tramo final

Javi Vega lanza a canasta ante Windler en el partido disputado ayer.-ISRAEL L. MURILLO

Javi Vega lanza a canasta ante Windler en el partido disputado ayer.-ISRAEL L. MURILLO

Burgos

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SAN PABLO INMOBILIARIA 106

OVIEDO  83

San Pablo Inmobiliaria: Brandon Brine (5), Aegir Steinarsson (10), Mo Soluade (13), Álex Barrera (13), Javi Vega (28), Jorge García (-), Edu Martínez (17), Goran Huskic (14), Percy Gibson (-) y Álex López (6), Akodo (-).Unión Financiera Baloncesto Oviedo: Mouhamed Barro (10), Dani Pérez (10), Fabio Santana (8), Johan Lofberg (14), Víctor Pérez (5), Miquel Salvo (9), Manu Rodríguez (6), Andrew Windler (9), Felipe dos Anjos (3), Carlos Martínez (9).Cuartos: 26-24; 18-15; 25-21; 37-23;Árbitros: Uruñuela Uruñuela y Gómez LópezBURGOS

Ha necesitado tres partidos, pero ya tiene la ansiada primera victoria del curso. El San Pablo Inmobiliaria estrenó su casillero a costa de un Oviedo que aguantó en pie mientras le sonrió el acierto exterior. Los burgaleses fueron mejores y mostraron algunas de las virtudes que deben caracterizar al proyecto. Los azules sacaron a relucir su talento ofensivo para gustarse en el tramo final de un partido que pudieron sentenciar mucho antes.

El arranque del San Pablo Inmobiliaria fue una muestra exacta de lo que Epi quiere para su equipo. Fueron cuatro minutos de tormenta perfecta. Todo, gracias a la defensa. Los azules se mostraron activos atrás, trabajaron con fe sobre la línea de pase y se cerraron sobre el gigante Dos Anjos. El esfuerzo permitió que los locales pudieran correr impulsados por un Soluade encendido. Así, todo es más fácil.

El ritmo castellano era infernal y la carga del rebote ofensivo puso la guinda a la puesta en escena. Ese 16-4 debía liberar a los de casa de cualquier tipo de presión, ya que el camino a seguir estaba marcado y las sensaciones eran inmejorables.

Sin embargo, el Oviedo encontró en el triple su tabla de salvación. Los visitantes entraron en partido gracias a su acierto en el lanzamiento exterior. Tanto, que anotaron cinco veces más allá del arco en el tramo final del primer cuarto para sembrar la duda.

El San Pablo Inmobiliaria había hecho casi todo bien y en un abrir y cerrar de ojos se vio con el partido empatado. El 24-24 hizo mucho daño a los azules, aunque no quedaba otro remedio que adaptarse a las circunstancias.

Desactivado el plan A, los burgaleses se apoyaron en Javi Vega para mantener su avance. El madrileño, imperial, ganó la partida en la pintura para amarrar las ahora cortas rentas favorables. Mientras, el Oviedo seguía a lo suyo. Nunca tuvo continuidad por dentro, así que al descanso había intentado el doble de lanzamientos desde el triple para buscar las cosquillas al equipo azul.

Lo peor del castigo visitante es que muchos de esos puntos llegaban desde posiciones liberadas. El intercambio de canastas llevó el partido al 35-34, momento en el que los de Epi dieron un pequeño arreón. Cada vez que los locales enlazaban dos acciones defensivas acertadas cogían vuelo en ataque y solo un triple de Víctor Pérez sobre la bocina frenó el nuevo intento de escapada (44-39).

Sea como fuere, parecía complicado que Oviedo basara el éxito de su misión exclusivamente en el lanzamiento exterior. El conjunto de Marco necesitaba otras fuentes de alimentación, mientras que el San Pablo Inmobiliaria había dado con la tecla y se veía superior en una guerra a largo plazo. Los visitantes perdieron fluidez y los de El Plantío, paso a paso, cimentaron su ventaja. Sendos aciertos de Edu Martínez y Javi Vega, unidos a la aparición de Huskic, cerraron un nuevo arreón local que situaba la máxima hasta ese momento.

El 58-45 brindaba a los azules una nueva ocasión de cerrar el partido, pero quedaba un mundo por delante. En este constante vaivén, un parcial de 1-7 dejaba a las claras que el San Pablo Inmobiliaria aún debía sudar para lograr el objetivo. Por eso, era fundamental que el cuadro de Epi sellara su ventaja antes de iniciar el último cuarto. Ahora Oviedo se nutría de los tiros libres, pero los puntos de Barrera fueron oro puro para alcanzar el 72-60 con un triple del exterior catalán.

La situación parecía controlada, pero El Plantío aún debía sufrir al repentino ataque de protagonismo arbitral. Uruñuela y Gómez señalaron cuatro faltas a Burgos en un minuto y encontraron el efecto contrario. La grada se enchufó y Steinarsson se sintió como pez en el agua para iniciar la fiesta burgalesa. El 83-69 desató una nueva tormenta aprovechada por Edu Martínez y Javi Vega para llevar el delirio a un pabellón que espera mucho de su equipo esta temporada. De momento, ya tiene la primera.

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