Fútbol / Tercera
El Caja Rural mantiene el tipo
Suma un punto ante el Ávila en un encuentro que afrontó mermado por las bajas y que se le complicó por las lesiones y la expulsión de Jairo / Los naranjas merecieron más en el segundo acto
El delantero burgalés Soto intenta llevarse un balón de cabeza en el choque de ayer en Castañares-Raúl G. Ochoa
El Caja Rural mantuvo ayer el tipo y fue capaz de hacer subir un nuevo punto a su casillero en un choque ante el Real Ávila en el que tuvo que remar a contracorriente desde antes de que la pelota echara a rodar. Afrontaba el duelo con bajas más que notables en sus filas y supo sobreponerse además a una temprana lesión y al hecho de acabar el partido en inferioridad numérica sobre el terreno de juego.
Y pese a todo fue capaz de cerrar la contienda buscando sin complejos el tanto de la victoria. Notable sin duda la competitividad de un equipo que parece haberle cogido el hilo a la competición.
Los de Pedro Pascual supieron sufrir en el primer acto ante un rival que impuso un gran ritmo a la contienda y que llegó con bastante peligro a las inmediaciones de la meta de Álex. Los visitantes dominaban la parcela ancha y generaban zozobra en la bien plantada zaga local sobre todo por el costado diestro con Rubén.
La primera ocasión del choque llevó la firma del omnipresente en el primer acto Roa con una potente volea desde la corona del área que atajó con seguridad Álex. Y sin tiempo para que los burgaleses se repusieran del susto el Ávila avisó de nuevo de sus intenciones en el minuto 19 en un buen centro de Rubén desde la derecha que Iván cabeceó, libre de marca en el segundo palo, ligeramente desviado.
El Caja Rural no acertaba a contener el caudal ofensivo de un ambicioso cuadro visitante. Aún así, el Promesas respondió en el 24 con un disparo de Gallo, que se encontró un balón muerto en el interior del área. Su golpeó con la zurda junto a la base del poste encontró una buena respuesta de Julen para evitar el primer tanto.
Los problemas no tardaron en hacer acto de aparición en las filas locales con una lesión de rodilla de Varo en pleno acoso de los del Adolfo Suárez. De hecho, hasta la llegada del descanso el Ávila volcó el partido en el terreno de juego burgalés con buenas llegadas de Mesa (su centro desde la izquierda no encontró rematador), de Roa (cuya potente volea se marchó por centímetros por encima del larguero) y de Iván (quien se encontró con un rápido Álex para abortar el peligro con el delantero abulense dispuesto a definir en el mano a mano).
El panorama cambió radicalmente tras el paso por vestuarios. La defensa burgalesa ajustó sus piezas y se convirtió en un muro infranqueable para su oponente. Además, metió una marcha más a su juego y sacó por momentos los colores a su oponente en veloces transiciones al contragolpe. Solo les faltó definir.
En el 56 tuvo la oportunidad de abrir el marcador tras un servicio atrás de Marti desde la izquierda, pero su disparo fue repelido en una gran intervención por Julen. El balón rechazado lo recogió Gallo, que lo estrelló en el lateral de la red.
El Real Ávila se veía superado una y otra vez con balones a la espalda de su defensa. Su técnico trató de cambiar el rumbo con un doble cambio. De inmediato se presentó en el área rival con una volea lejana de Encinar. Y acto seguido, en una acción aislada, pudo abrir la lata en un remate de Jesús desde el vértice del área chica que se encontró con las manos de Álex.
La réplica burgalesa llegó por partida doble en un cabezazo de Ovidio que se marchó junto al palo y en un mano a mano de Marti que salvó Julen con el cuerpo.
Ya con 10 hombres sobre el campo por la expulsión de Jairo, el Promesas tuvo que recomponer sus líneas y cedió metros para mantener el resultado. El Ávila dispuso de su última oportunidad en el 88 en una cabalgada de Edu por la derecha. Sin aliento llegó al área y se la jugó frente a Álex, que le ganó la partida, aunque tenía varios compañeros mejor colocados para el remate.