El Correo de Burgos

Balonmano / Asobal

El Villa de Aranda sonríe de nuevo

Obtiene un trabajado triunfo ante un correoso Ciudad Encantada que nunca arrojó la toalla y pone tierra de por medio con respecto a las posiciones peligrosas de la Asobal

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El Villa de Aranda recuperó ayer la sonrisa al obtener una trabajada victoria frente al Liberbank Ciudad Encantada de Cuenca (29-28) que le permite abrir un hueco notable con respecto a las posiciones peligrosas de la tabla clasificatoria en la Asobal. Pero tuvo que sufrir lo indecible para festejar el triunfo ante su fiel parroquia en el Príncipe de Asturias.

Por la senda de la más absoluta igualdad transcurrió la primera mitad de la contienda. El cuadro ribereño quería repetir el éxito del año pasado frente a una escuadra que le tenía tomada la medida en la capital de la Ribera las tes campañas anteriores.

Y buena fue la salida a la pista de los de Álvaro Senovilla, que se repusieron a las mil maravillas del tanto inicial de Cuenca para tomar de inmediato las riendas en el tanteador (4-2), con Bicho y Moyano como estiletes de turno.

Pero los manchegos no estaban dispuestos a entregar la cuchara al primer contratiempo. Nada más lejos de la realidad. De la mano de una agresiva defensa fueron capaces de maniatar el ataque burgalés primero. Y después, con un inspirado Vainstein, dieron por completo la vuelta a la tortilla con un parcial de 0-5 que puso el 7-10 en el luminoso. Los ribereños se atascaron por completo en campo contrario, con una sequía que se prolongó por espacio de 10 minutos.

A pesar de todo los burgaleses fueron capaces de rehacerse. Tras el empate firmado por Adrián Fernández el marcador se movió en un puño hasta la llegada del descanso, cuando apareció Bojicic para permitir a los locales marcharse al vestuario con una mínima renta (13-12).

Los de Senovilla parecieron aprender la lección tras el receso. Y metieron una velocidad más al choque (18-14). Sin embargo, tras un tiempo muerto el Ciudad Encantada reaccionó de inmediato (19-18), si bien fue un espejismo, pues no hizo más que encender los ánimos de los locales, quienes con un Adrián Fernández desatado parecieron dejar el choque prácticamente visto para sentencia (24-18). Sin embargo, todavía tuvieron arrestos los manchegos para realizar un arreón final que incluso hizo temer por el resultado a los burgaleses. Pese a que Torres puso el 29-26 en el marcador, el Liberbank fue capaz de meter el miedo en el cuerpo a los ribereños en un final de infarto. Al final, victoria del Villa de Aranda por la mínima.

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