El Correo de Burgos

FUTBOL Segunda División

El CD Mirandés agudiza su crisis

La escuadra rojilla encaja la quinta derrota consecutiva y cae a la zona de descenso / El conjunto que entrena Carlos Terrazas comenzó el partido con mucha fuerza, aunque fue perdiendo fuelle y en la segunda mitad no pudo hacer frente a su rival

Pedro Martín protege el balón ante la presión del central zaragocista Cabrera.-LFP

Pedro Martín protege el balón ante la presión del central zaragocista Cabrera.-LFP

Burgos

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REAL ZARAGOZA 2 – CD MIRANDÉS 0

Árbitro: Medié Jiménez (comité catalán). Mostró tarjeta amarilla a los visitantes Álex Ortiz y Fran Cruz

Goles: 1-0, min. 33: Cabrera. 2-0, min. 43: Edu García.

Real Zaragoza (2): Ratón, José Enrique, Cabrera,Silva, Fran, Edu García, Javi Ros,Zapater, Lanzarote (Álex Barrera, min. 72), Cani (Pombo, min. 86) y Javi Muñoz (Casado, min. 92).

CD Mirandés (0): Sergio Pérez, Moreno Aurtenetxe, Cruz, Hervás, Ortiz (Rúper, min. 46), Maikel Mesa,Sangalli, Guarrotxena (Abdón Prats, min. 79), Bustos (Provencio, min. 62) y Pedro Martín.El Mirandés sigue atascado y ayer encajó la quinta derrota consecutiva, lo que le hace caer a los puestos de descenso.El conjunto rojillo no carbura y perdió de forma clara ante la mayor calidad de un Zaragoza al que le costó adaptarse a las circunstancias que plantearon los rojillos, pero que acabó jugando a placer.

Hubo momentos en los que se vio a un Mirandés impotente que presionaba y presionaba sin un objetivo fijo.En una categoría como la Segunda División el empuje no es suficiente para ganar partidos. Los de Miranda derrocharon entrega, aunque estuvieron faltos de ideas durante la mayor parte del choque.

La falta de pegada ofensiva es otro de los problemas. Es el quinto encuentro consecutivo que el Mirandés se queda sin marcar. A Terrazas le siguen saliendo las cuentas, aunque lo que parece claro es que el equipo necesita un cambio de dirección para tomar oxígeno.

BUEN INICIO

El Mirandés comenzó con fuerza el choque. Presionaba muy arriba y en los primeros minutos de juego al Real Zaragoza le costaba salir de su campo. Los rojillos se empleaban a fondo y su oponente no encontraba la fórmula para superar el sistema de Carlos Terrazas.

Los mirandesistas robaban y e incomodaban a su oponente, aunque tenían pocas ideas cuando se acercaban al área. Al Mirandés se le apagaba la luz en el último tercio del campo. El empuje no era suficiente para crear ocasiones de verdadero peligro y no aparecía la claridad suficiente como para poner en aprietos a su oponente.

Con el paso de los minutos, el Real Zaragoza se fue ubicando y encontrando soluciones al partido que planteaba la escuadra mirandesa. Pese a todo, seguían siendo los burgaleses los que llevaban la voz cantante, aunque sin ocasiones reseñables.

Pedro Martín lo intentó en el 17 con un disparo lejano, mientras que 10 minutos después fue Bustos quien inquietó a la defensa zaragocista con una jugada individual por el carril zurdo, que acabó con un centro defectuoso. También Hervás lo probó sin suerte. El primer disgusto llegaría en el minuto 33 en una estrategia.

El Real Zaragoza aún no había tirado a portería, aunque en cuestión de segundos lo hizo en dos ocasiones y una de ellas acabó en el fondo de las mallas de Sergio Pérez. Juan Muñoz remató a bocajarro una jugada de estrategia, el guardameta del Mirandés salvó en primera instancia con el pie, pero Cabrera remachó en el interior del área.

El cuadro maño golpeaba primero y dejaba aturdido a un cuadro burgalés que poco después estuvo cerca de encajar el segundo, aunque el envío de Lanzarote no encontró rematador.

Un buen disparo de Hervás en el 41 lo despejó con dificultades Ratón y el Guarrotxena resbaló cuando se había hecho con el rechace. Lo peor estaba aún por llegar y es que 2 minutos antes del descanso una buena contra conducida por Lanzarote acabó en el 2-0 después de la asistencia de Cani a Edu García.

Se llegó al descanso con este marcador y con la sensación de que los maños, con muy poco, habían tomado una importante renta. Terrazas metió más músculo en el centro del campo rojillo con la entrada de Rúper, aunque el equipo seguía sin funcionar.

El Real Zaragoza estaba cada vez más cómodo sobre el terreno de juego y sus hombres de mayor talento comenzaban a surgir. Mientras el conjunto aragonés crecía conforme avanzaba el cronómetro, el Mirandés iba menguando.

Mediada la segunda mitad a los burgaleses les costaba atravesar la línea del centro del campo con el balón controlado. El conjunto castellano quería, pero no tenía argumentos para hacer daño a un oponente que combinaba con precisión. En el último tercio del partido estuvo más cerca el tercero de los de zaragocistas que el 2-1, aunque el marcador no se volvió a mover en La Romareda.

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