Fútbol sala / Segunda B
El BigMat Fontecha, sin premio en Zaragoza
El Juventud cede por la mínima ante el AAVVLas Fuentes pese a su reacción en el tramo final de la contienda
Ercilla pisa un balón en un choque en el Polideportivo Círculo-Santi Otero
Tendrá que seguir esperando el BigMat Fontecha para sumar su primer triunfo a domicilio. El Juventud pagó cara su mala salida a la cancha y terminó cediendo, por la mínima, ante el AAVV Las Fuentes (4-3) en su regreso a la competición tras el aplazamiento del choque de la pasada semana.
El combinado burgalés saltó un tanto despistado a la cancha zaragozana. Un hecho que le pasó factura de inmediato, pues antes de que se cumpliera el primer minuto de juego la zaga verdiblanca cometió un penalti que fue transformado por los anfitriones en el 1-0.
El BigMat Fontecha tenía muchos problemas para salir de la presión practicada por los maños y no se encontraba muy incómodo sobre la pista. Aún así, el cuadro de Raúl Zamora consiguió equilibrar las fuerzas con la llegada de las primeras rotaciones. Entonces un gran pase de Israel a la espalda de la zaga local fue aprovechado por Ercilla para hacer el 1-1.
Pero al borde del descanso un mal control de la defensa burgalesa permitió a Viral poner a los locales de nuevo por delante en el marcador.
Ya en la segunda mitad los maños pusieron tierra de por medio con un excelente tanto de chilena de David a pase de su guardameta. Sin duda uno de los mejores goles de toda la temporada.
Fer acortó distancias de inmediato para los burgaleses, pero tras una larga combinación, el Nuestra Señora del Portal daba un nuevo golpe al Juventud haciendo el 4-2 en otra bonita combinación de los maños.
A partir de ese momento los de Zaragoza recularon para defender la ventaja que reflejaba el electrónico, lo que aprovechó el BigMat para hacerse con el mando del partido. De hecho, Mario abrió una puerta a la esperanza haciendo el 4-3. Y todavía quedaban cuatro minutos por delante para intentar rescatar cuando menos un punto.
De ahí al final los burgaleses quemaron todas sus naves disponiendo al portero-jugador en la pista y asfixiaron a su oponente, con el balón merodeando constantemente la portería local, pero el marcador ya no se movió más a pesar de que Mario lanzó un balón a la madera.