El Correo de Burgos

BALONCESTO LEB Oro

Cómodo triunfo para acariciar la Copa

Un inicio de partido apabullante permite al San Pablo encadenar su sexta victoria / El cuadro burgalés, segundo en la tabla, si gana en Palencia jugará la final copera

Huskic se eleva por encima de cuatro jugadores de Cáceres para lograr una canasta.-RAÚL G. OCHOA

Huskic se eleva por encima de cuatro jugadores de Cáceres para lograr una canasta.-RAÚL G. OCHOA

Burgos

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SAN PABLO INMOBILIARIA 91

CÁCERES 69

Árbitros: Tererenos San Miguel y Bravo Loroño.

Parciales: 30-4, 55-26 (descanso), 70-51 y 91-69 (final).

San Pablo Inmobiliaria  (91): Brine (4), Steinarsson (4), Vega (10), Huskic (12), Álex López (10) -quinteto inicial-, Akodo (-), Álex Barrera (13), Gibson (13), Soluane (11), Jorge García (6),Edu Martínez (8) y Genjac (-).

Cáceres (69): Marco (8),Sergio Pérez (7), Parejo (8), Toledo (6), Marcius (10) -quinteto inicial-, Nathan (2), Fulier (1),Corrales (2), Cano (-), Rakocevic (16), Riauka (9) y Nathanaelsson (-).Llegó la sexta victoria consecutiva del San Pablo Inmobiliaria.El partido ante Cáceres acabó demasiado pronto. Quedó finiquitado en el primer cuarto en el que los de casa hicieron un parcial inicial de 30-0. Lo ocurrido en los 10 primeros minutos condicionó el choque y permitió al cuadro local vencer de forma cómoda. Y es que a partir de ese momento el único objetivo de los extremeños fue maquillar el marcador y acabar el choque de la forma más decorosa posible.

El holgado triunfo unido a la derrota de Guipúzcoa y Palencia hace que el Miraflores sea segundo en la tabla empatado a puntos con palentinos y vascos, pero con mejor average. Si el próximo viernes 30 de diciembre vence en el Marta Domínguez ante los morados, jugará la final de la Copa Princesa, algo que parecía impensable hace unas jornadas.

En el choque de ayer las diferencias siempre estuvieron por encima de los 20 puntos en favor de los de casa, que una vez abrieron el hueco se dejaron llevar. La máxima se situó en los 36 (43-9) y sobró el último cuarto. El arranque del partido fue el que decidió. Cáceres llegó tarde al pabellón burgalés y cuando quiso empezar a competir ya había perdido el partido.

El primer cuarto fue un paseo para el conjunto burgalés. Los de casa saltaron al terreno de juego muy metidos y con una intensidad defensiva que les sirvió para tomar las primeras ventajas. La confianza local fue aumentando, mientras que los visitantes se frustraban cada vez más. Los minutos pasaban y Cáceres no anotaba. La diferencia aumentaba y Ñete Bohigas trataba de parar la sangría a base de tiempos muertos.Era inútil.Su equipo era un garabato sobre la pista.

El parcial fue apabullante. Los aficionados se frotaban los ojos cuando el marcador mostraba un 30-0. Cáceres era un juguete roto en manos de un San Pablo que seguía apretando en defensa y se mostraba resolutivo en ataque. El juego del conjunto extremeño ayudaba a que todo fuera sobre ruedas.

Fue a falta de 1:28 para el final cuando los visitantes por fin encontraron el camino hacia el aro castellano. Corrales inauguraba el marcador de Cáceres. El choque estaba roto y a poco que el Miraflores supiera nadar y guardar la ropa la victoria tenía dueño. Más cuando en el inicio de la segunda manga la brecha creció.

El equipo de Bohigas deambula por la pista. Se miraban los unos a los otros para encontrar una explicación a lo que estaba ocurriendo. La distancia se fue hasta los 36 puntos a falta de algo más de 7 minutos para el final. El 45-9 era demoledor y la escuadra foránea reaccionó por orgullo.

El choque se fue igualando en el juego -en el electrónico era complicado- y ambos conjuntos comenzaron a jugar de tú a tú. El San Pablo quitó el pie del acelerador y Cáceres respiró. Comenzó a anotar con mayor regularidad. Las sensaciones de los visitantes habían mejorado y la distancia rondó siempre los 30 puntos.

En el cuadro local era inevitable que saliera a la luz cierto grado de relajación y es que los guarismos lo propiciaban. Conforme se fue acercando el descanso, Cáceres se mostró más acertado en uno y otro aro, por lo que se llegó al intermedio con un marcador de 55-26, que seguía dejando claro qué equipo dominaba, pero que ya no era tan sonrojante como los anteriores.

El San Pablo tenía la sartén por el mango, una distancia suficiente y jugaba ante un rival que transportaba un pesado lastre acumulado en el primer cuarto. Tocaba contemporizar, jugar con el marcador y no dejar que el oponente recuperara la confianza ni la fe de que podía voltear el choque.

El conjunto local comenzó adormecido la reanudación. No encontraba el sitio en la pista, por lo que se vio superado por su oponente, herido después de lo sucedido en el primer periodo. Tras un parcial de 4-10 Epi se vio obligado a pedir un tiempo muerto. El objetivo es que su oponente no se metiera en el choque.

La pausa rompió la buena dinámica extremeña, aunque los azules mostraban un nivel inferior al que exhibieron en los primeros 20 minutos. Pese a todo, las diferencias seguían siendo tranquilizadoras. Estaban siempre por encima de los 20 puntos, por lo que por el momento el choque no corría peligro.

El San Pablo Inmobiliaria nadaba y guardaba la ropa. Además tenía a Gibson inspirado en ataque, lo que también servía para mantener a los visitantes a raya. El choque estaba visto para sentencia. La reacción cacereña solo servía para maquillar el marcador, para que no fuera tan apabullante como en el inicio. Parecía que los visitantes se conformaban con perder de una forma decorosa, por lo que el conjunto burgalés aceptó el guión propuesto por su adversario.

El 70-51 con el que concluyó el tercer cuarto dejó claro que el choque estaba en el zurrón burgalés. Así las cosas, los últimos 10 minutos fueron de mero trámite. Cáceres se daba por satisfecho y el San Pablo tenía ganas de espectáculo. Muchas de las jugadas fueron de cara a la galería y la diferencia fue aumentando. La afición disfrutaba con el triunfo de los suyos y finalmente la diferencia se quedó en los 22 puntos (91-69).

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