Superado y magullado

FC BARCELONA  111

SAN PABLO INMOBILIARIA  81FC Barcelona Lassa: Thomas Heurtel (8), Pau Ribas (21), Adam Hanga (11), Adrien Moerman

(17) y Kevin Seraphin (11) –cinco inicial- Marc García (4), Phil Pressey (2), Juan Carlos Navarro (2),

Aleksandar Vezenkov (7), Pierre Oriola (16), Rakim Sanders (4) y Petteri Koponen (8).

San Pablo Inmobiliaria Burgos: Corey Fisher (13), Alex Barrera (12), Tadas Sedekerskis (4), Javi

Vega (6) y Deon Thompson (11) –cinco inicial- Thomas Schreiner (3), Alex López (12), Sebas Saiz (2), Deividas Gailius (5), Goran Huskic (13), Edu Martínez (-).

Árbitros: Emilio Pérez Pizarro, Jordi Aliaga y Alfonso Olivares.

Parciales: 29-18; 27-23; 28-26; 27-14;Todas las derrotas valen lo mismo, pero cada una tiene su historia. Afortunadamente, el San Pablo Burgos puso fin a una primera semana frustrante para centrarse en sus próximos objetivos. Magullado tras una accidentada puesta en escena, el conjunto burgalés sabe que aún no ha llegado su momento en la competición.

La transición es dura y costosa, pero el proyecto debe responder de inmediato. Mientras da con la tecla, el cuadro dirigido por Diego Epifanio ‘Epi’ se esfuerza en leer entre líneas y extraer lo mejor de otra jornada complicada.

Atrás queda ya el revés sufrido ayer en Barcelona. Cosas del directo. Los castellanos esquivaron en Málaga una derrota con tintes históricos para acabar el choque con una sensación de alivio. Ayer, ofrecieron una versión esperanzadora en el segundo y tercer cuarto para sufrir en el último periodo, ya con el choque decidido, un severo castigo que deja un amargo regusto a hiel.

A estas alturas, se asume la diferencia real entre el Barça y el CB Miraflores. Sin embargo, el equipo burgalés necesita aplicar las lecciones aprendidas para adaptarse a la Liga cuanto antes. Anotar 81 puntos en el Palau con una valoración global de 80 créditos es un buen punto de partida, pero la realidad actual es difícil de asimilar.

Por momentos, el equipo de Epi mostró más confianza y aguantó durante 20 minutos el ritmo de un Barcelona muy inspirado en el lanzamiento. Además, el cuadro catalán agradeció cortésmente cada detalle ofrecido por el equipo de Diego Epifanio en los primeros compases. De nuevo, el baloncesto interpretado a distintas velocidades.

Los visitantes firmaron la escandalosa cifra de ocho pérdidas de balón en el primer cuarto ante un Barcelona al que le bastó con presionar las líneas de pase. Las transiciones azulgrana se sucedían, puntos gratis que empujaron a los azules al precipicio a las primeras de cambio.

Los ayer blancos sufrieron en defensa. Heurtel rompió una y otra vez a Fisher para dividir la zona y buscar el lanzamiento liberado de un compañero en el momento en el que llegaban las ayudas. Canasta segura.

Los locales disfrutaron de un gran acierto, una de las claves de la diferencia en el marcador. El San Pablo parcheó sus principales defectos y mostró un mayor equilibrio en su juego. Pero cada esfuerzo parecía inútil. Moerman (5/8) y Ribas (5/6) fueron un azote en el triple y, por dentro, los burgaleses volvieron a evidenciar su inferioridad física y en la lucha por el rebote.

A pesar de todas esas premisas, los visitantes compitieron a un nivel aceptable durante algunas fases del choque. Siempre, teniendo en cuenta las complicadas circunstancias.

Las pérdidas acumuladas, algunas inexplicables y la mayoría evitables, allanaron el camino al Barcelona para cimentar de salida su ventaja ante un San Pablo que intentó hacer su partido.

A pesar del goteo constante de puntos, los ayer blancos aguantaron el tirón. La goma se estiraba (11-4) y encogía constantemente (25-18). Sin embargo, los burgaleses caminaban sobre un fino hilo y desperdiciaron todas sus opciones de reducir la distancia ante un Barcelona implacable (29-18).

Asentada la renta catalana, los de Epi encontraron recursos para mantenerse en pie. Fisher, al menos entonado en ataque, asumió una mayor responsabilidad y acompañó a un bullicioso Barrera para acercar a los castellanos. Con el 33-27 el San Pablo certificó una mejoría frenada por dos errores de Vega y Schreiner, quienes fallaron sendas bandejas sin oposición. De nuevo, el Barcelona castigó la falta de contundencia castellana.

Por dentro Oriola y Seraphin compitieron a placer. El ex del Valencia dominó bajo los aros y lideró la escapada definitiva de los azulgrana con una actuación perfecta. Cuando la ventaja ya se acercaba a los 20 (52-36), el San Pablo anotó un triple y tuvo otro lanzamiento para volver a los 10 puntos. Una vez más, los detalles dieron la espalda a los de Epi.

El partido estaba resuelto al descanso (56-41). Con todo, los visitantes tenían en su mano la opción de confirmar las buenas sensaciones y lo hicieron en un destacado tercer cuarto a pesar del 5-0 de salida. Los azules aceptaron el reto y ofrecieron momentos de lucidez impulsados por las penetraciones de Álex López. El canario tiró del carro para acercar a los suyos (63-49) en un intenso intercambio que Moerman y Ribas se encargaron de llevar a terreno local.

Un triple de Javi Vega significaba el 81-67 a falta de pocos segundos para acabar el tercer cuarto. Un balance positivo, sin duda, pero lo peor estaba por llegar. Hanga sacó a relucir su calidad con un acierto sobre la bocina y, a partir de ahí, el San Pablo tiró por tierra el esfuerzo realizado.

El Barcelona dio tres giros de tuerca a su intensidad defensiva para congelar a los castellanos, quienes necesitaron 4 minutos para anotar. Una canasta de Barrera fue la única acción positiva del cuadro de Epi a 4:30 de un final de partido eterno.

El parcial de 27-14 tapó las buenas sensaciones, pero, a buen seguro, el San Pablo hoy verá las cosas de otra manera. La liga de los azules aún no han empezado, si bien los golpes recibidos deben servir en el futuro.