El Correo de Burgos

Fútbol / Segunda B

Abonado a las tablas

. CD Mirandés y Burgos CF se reparten los puntos en un derbi trepidante jugado a un ritmo de vértigo que refuerza las altas expectativas de ambos conjuntos / Iker Hernández abrió el marcador con un golazo / Cervero aguó la fiesta blanquinegra

Aritz Borda, que ayer tuvo que bailar con la más fea (el pichichi Diego Cervero), saca un balón ante la presión de un jugador del CD Mirandés en el duelo de ayer en Anduva-Jose Esteban Egurrola

Aritz Borda, que ayer tuvo que bailar con la más fea (el pichichi Diego Cervero), saca un balón ante la presión de un jugador del CD Mirandés en el duelo de ayer en Anduva-Jose Esteban Egurrola

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CD MIRANDÉS 1 – BURGOS CF 1Todos los caminos conducen al empate. Al menos para un Burgos CF que reivindicó ayer su condición de aspirante a todo esta temporada. Puso contra las cuerdas al líder destacado, el CD Mirandés, en un derbi provincial digno de superior categoría. Tras adelantarse en el marcador tuvo que apretar los dientes para contener el arreón de los rojillos en la reanudación, pero terminó el partido en el área rival y con hasta tres grandes ocasiones para haberse llevado un botín mayor.

El partido no defraudó. Incluso superó las elevadas expectativas generadas en las últimas semanas. Quizás no estuvieran sobre el césped los más finos estilistas de la competición, pero muy pocos equipos en toda la categoría pueden competir contra rojillos y blanquinegros en ritmo e intensidad.

Al final, el cuadro de El Plantío firmó tablas por cuarta semana consecutiva en un duelo entre los dos únicos equipos invictos del grupo.

Un cambio en el once inicial habitual introdujo Patxi Salinas en Anduva, la entrada del ex rojillo Javi Cantero en el lateral izquierdo, adelantando la posición de Eneko buscando más poder de contención por ese costado.

Cada balón se disputaba como que fuera el último. Fueron los anfitriones quienes consiguieron arrimar el ascua a su sardina en los compases iniciales de una contienda con aroma a partido para el recuerdo. Sobre todo volcando el juego por el costado derecho, donde Borja y Paris ganaban con relativa facilidad la línea de fondo. Un centro de cada uno de ellos se tradujo en dos remates fallidos de Eloy Gila -en posición forzada- y de Yanis -de volea- que no encontraron los tres palos antes de cumplirse el minuto 5 de juego.

La réplica blanquinegra llegó de la mano de Eneko en una diagonal partiendo desde la derecha que finalizó con un remate con rosca que se perdió por encima del marco.

Con dos gladiadores en la arena no es de extrañar que ambos trataran de marcar territorio de salida. Más cuando ambos habían elegido las mismas armas para el combate.

Tras una intentona de Borja desde la frontal llegó la primera gran ocasión del envite en un balón en profundidad de Abel Suárez sobre la internada de Carlos Álvarez, que ganó la partida a su par para lanzarse en carrera hacia la meta rojilla. Allí se sacó un disparo cruzado en carrera que desvío Limones en una intervención salvadora en el minuto 12.

Los de Patxi Salinas fueron capaces de superar la asfixiante presión de su oponente para hacerse con la manija del duelo en la zona ancha, con Adrián Cruz y Abel Suárez filtrando balones peligrosos sobre los puntas y los extremos. Volcaron el partido en el campo del Mirandés, alejando al principal peligro local, Diego Cervero, del área.

Y supieron explotar su calidad para golpear primero en Anduva. El mariscal del centro del campo blanquinegro Adrián Cruz fue el encargado de tirar de clase para bajar el balón, levantar la cabeza y servir un precioso balón en profundidad sobre Iker Hernández, quien en una sensacional maniobra se deshizo de Melli, al que recortó hacia fuera para armar a continuación su pierna derecha y sacarse un derechazo con rosca que se coló junto a la escuadra haciendo inútil la estirada de Limones.

El ariete vasco destapó el frasco de las esencias en el mejor de los escenarios para estrenarse como goleador con la elástica del Burgos CF.

Mejor imposible. Un golpe de autoridad que hizo estallar de júbilo a la parroquia blanquinegra desplazada a Miranda.

Adrián Cruz seguía haciendo diabluras en la medular. Su visión de juego le permitía abrir brecha en la zaga mirandesa. En uno de ellos lanzó en carrera a un entonado David Martín, que se plantó con mucho peligro en el área visitante.

El líder estaba en la lona y no conseguía superar el mazazo. Necesitó más de 10 minutos para reponerse y merodear el área burgalesa en una acción personal del lateral Kijera que se perdió por encima del travesaño de Saizar. En la siguiente acción Yanis ganó la partida a Andrés y cuando encaraba al meta blanquinegro Borda le ganó la partida en carrera.

Con más coraje que fútbol el Mirandés dio un paso adelante y cambio momentáneamente el rumbo del encuentro. Yanis apareció en el punto de penalti para cabecear desviado un centro de Paris desde la banda derecha. Pero la retaguardia del Burgos CF, la única imbatida de todo el fútbol profesional español, no permitía ninguna alegría a su oponente, con Cervero muy bien vigilado por Borda en un duelo de titanes en el que saltaban chispas.

Los locales comenzaron a merodear con peligro el área capitalina, como en una acción de Paris que concluyó con un centro al segundo palo que tocó Yanis hacia atrás para que Rúper conectara una volea muy blanda que detuvo sin problemas Saizar.

Los blanquinegros habían hecho lo más difícil. Y con toda la segunda mitad por delante sabían que les tocaría apretar los dientes para contener a su talentoso oponente.

Consciente de lo que se le podía venir encima el Burgos saltó con el cuchillo entre los dientes poniendo en apuros a la zaga rojilla (con sus dos centrales amonestados).

Yanis protagonizó la primera oportunidad de peligro en una acción personal por la izquierda. Tras recortar en carrera a Andrés cogió el carril central para luego disparar a las nubes. Como en el primer acto los blanquinegros sufrían en labores defensivas por la izquierda.

Los anfitriones incrementaron su agresividad y pusieron coto al área burgalesista. Hasta que lograron la igualada en el minuto 55 en una acción a balón parado. Romero botó una falta por el costado izquierdo que remató en primera instancia Israel Puerto de cabeza obligando a despejar a Saizar.

Pero el balón quedó muerto y cayó a los pies del más listo de la clase, el pichichi de la categoría, Diego Cervero, que se lanzó al suelo para empujarlo al fondo de las mallas acabando con la condición de invicto del meta guipuzcoano.

El partido cambió por completo y el Mirandés, llevado en volandas por su enfervorizada parroquia, apretó lo indecible para volcar todo el juego en campo blanquinegro haciendo sudar tinta al Burgos CF. Fueron minutos comprometidos para los de Patxi Salinas, incapaces por momentos de frenar el vendaval que se les venía encima.

El técnico del cuadro de El Plantío no tardó en mover ficha dando entrada en el campo a Youssef por un agotado Carlos Álvarez -situando a David Martín como hombre más adelantado-.

Justo después pudo el Mirandés dar la vuelta a la tortilla en un centro de Paris por la derecha que empalmó de primeras, a la media vuelta, Eloy Gila. Su disparo cruzado lo repelió con apuros Saizar. Y en vista de que no lograba enderezar la situación el Burgos quemó sus naves poniendo sobre el césped a Adrián Hernández, que debutaba esta temporada.

El canario probó a Limones en el primer balón que tocó, recibiendo de espaldas y girándose ante Melli lanzando el balón por encima del travesaño. Ninguno de los contendientes se conformaba con el empate y también Pablo Alfaro refrescó la punta de su ataque.

El partido agonizaba con el Burgos CF defendiéndose con uñas y dientes. Romero, en una doble ocasión, hizo despejar a Saizar por bajo (tras recoger el rechace disparó por encima del larguero).

Pero en el tramo final el cuadro de El Plantío echó el resto y estuvo a punto de llevarse el gato al agua. Una falta botada por David Martín que Cervero, en su intento de despeje, envió al travesaño.

Y acto seguido Andrés, con el tiempo cumplido, tuvo el 1-2 en sus pies con un potente derechazo desde 25 metros que sacó astillas a la parte superior del larguero. Ya en el descuento la volvió a tener el Burgos en un saque de esquina prolongado al segundo palo. Libre de marca Borda no acertó a empujarlo al fondo de las mallas.

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