El Correo de Burgos

Baloncesto / ACB

El San Pablo se sube a las barbas del líder

El cuadro azulón pone contra las cuerdas al Real Madrid durante 30 minutos / Los blancos impusieron su inagotable talento en el último cuarto

Schreiner entra a canasta en el duelo de ayer-Israel L. Murillo

Schreiner entra a canasta en el duelo de ayer-Israel L. Murillo

Burgos

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Tocó el cielo con la yema de los dedos. Pero las puertas del Paraíso se le cerraron cuando se disponía a cruzar el umbral de la gloria. El San Pablo se subió a las barbas de un Real Madrid intratable al que puso contra las cuerdas durante más de 30 minutos. Pero se tuvo que rendir al peso de la lógica en un último cuarto en el que el líder dejó patente su inagotable arsenal de recursos ofensivos.

Los azulones completaron una actuación sobresaliente. Por entrega, pero también por su capacidad para sorprender una y otra vez con constantes cambios tácticos a un contrincante al que lograron sacar de sus casillas en varios momentos. Pero el talento inclinó en el último suspiro la balanza del lado de los merengues.

Y todo ello ante una afición entregada que abarrotó el Coliseum. Era el día de los valientes. Y el San Pablo apostó a ganador desde la primera acción. No tenía nada que perder. El líder marcó territorio de salida de la mano de un entonado Jaycee Carroll. Del escolta americano fueron los 5 puntos de los visitantes. Aunque su acierto no amedrentó a los azulones, que firmaron un sensacional arranque respondiendo de forma magistral a los golpes de su oponente.

Los llamados a convertirse en referentes del CB Miraflores asumieron los galones en primera persona, con Corey Fisher, Gailius y Thompson en modo estrella (este último regaló a la afición un mate estratosférico en la cara del rocoso Ayón que levantó al público de sus asientos).

Y dio nuevos bríos a un encendido San Pablo. El Real Madrid anotaba con facilidad bajo tabla en rápidas transiciones, pero los burgaleses estaban ofreciendo su mejor versión para enjugar una y otra vez las rentas visitantes. Thompson estableció el 12-12 en el luminoso. Y acto seguido Fisher puso por vez primera a los castellanos por delante en el electrónico con un triple (15-12) que obligó a Pablo Laso a parar el partido para leer la cartilla a sus pupilos.

No podían ir mejor las cosas para los intereses de los de Diego Epifanio. El arranque soñado. Ya con la segunda unidad en pista los merengues aprovecharon la mayor calidad que reservaba en el banquillo para salvar los muebles y llegar al final del primer periodo con una mínima renta (17-18).

Todo salía a pedir de boca de un San Pablo que se dejaba el alma en cada acción, ahora con Sebas Saiz como máximo exponente en los dos tableros. El pívot saltó a la pista con el cuchillo entre los dientes. Dos canastas consecutivas del jugador cedido por el Real Madrid devolvieron las tablas al luminoso (21-21).

La más firme promesa del baloncesto europeo, Luka Doncic, trataba de desequilibrar la contienda sin demasiado acierto, lo que daba vida a los locales. Una canasta de Sebas Saiz y un triple de Schreiner permitieron al Miraflores tomar el mando del partido (26-24) para desesperación de un Pablo Laso que no daba con la tecla para frenar el vendaval de ilusión azulón.

Ver para creer. Sebas convertía en oro cada balón que tocaba (30-28). La retaguardia burgalesa mantenía a raya a los pívots del Real Madrid. Al menos hasta que Reyes y Ayón incrementaron su dureza bajo tabla para dar la vuelta a la tortilla.

Pero no estaban dispuestos los castellanos a dejar arrebatarse la presa, con Thomas Schreiner en plan estelar en la dirección del equipo y en el lanzamiento exterior (38-35).

Laso tuvo que agotar los tiempos muertos para enderezar el rumbo, pues la insistencia de Doncic -sin el acierto de otras tardes- no era suficiente (42-37). Con el pabellón rugiendo el San Pablo se creció más si cabe para anotarse un triunfo moral de muchos quilates y llegar al descanso con una ventaja de 6 puntos en el tanteador (45-39). Una primera parte para enmarcar.

El encuentro parecía seguir el guión establecido por el más optimista de sus aficionados. El San Pablo había renacido de sus cenizas tras un más que complicado estreno en la ACB. En el mejor momento posible, contra el más temible de los contrincantes.

El Real Madrid, el equipo más en forma de la competición, acumulaba 9 victorias consecutivas. Pero los dos partidos de Euroliga jugados martes y jueves (con viaje incluido a Lituania) parecían haberle mermado físicamente.

Los merengues redoblaron esfuerzos defensivos con una presión a toda pista de salida que puso en aprietos al San Pablo. Campazzo metió el turbo para liderar la reacción blanca, aunque la buena mano de un Thompson tocado por la varita mágica permitía a los locales resistir la embestida visitante.

Y no solo eso, sino elevar su ventaja hasta un esperanzador 58-51. La marea azul se frotaba los ojos, pero sin parar de jalear ni un solo instante a los suyos.

Atronaba el Coliseum en un éxtasis colectivo. El Real Madrid tiró entonces de raza, en vista de que su talento no le permitía salir del atolladero en el que se había metido. Se encomendó a la dureza de Ayón bajo el aro para acortar distancias. Y a la frescura de Yusta y Maciulis.

Pero el San Pablo no se dejaba intimidar y Huskic le ganaba la partida en una batalla en la que saltaban chispas. En pleno delirio azulón Gailius abrió brecha de nuevo con un triple. Y Thompson echó más sal a la herida (63-57). Los de Epi se batían como titanes en campo propio para asfixiar por completo todo el arsenal ofensivo de los blancos. Y ofrecieron la mejor de sus versiones en ataque, con un nivel de acierto que invitaba al optimismo.

Sebas Saiz se encargó de mantener el ritmo anotador burgalés frente a un Real Madrid desarbolado por momentos. Con 5 puntos de ventaja entró el San Pablo en el último periodo (73-68). Increíble. La fortuna, que se había mostrado muy esquiva con el cuadro azulón hasta el momento, se entregó sin concesiones a la fiesta del baloncesto burgalés.

Doncic tiraba de los suyos para ir recortando a cuentagotas su desventaja. Y a falta de 8 minutos para el final Rudy Fernández dejó el luminoso en pañuelo (75-74). Reyes devolvió acto seguido las tablas al electrónico. Con más de 6 minutos por delante el choque comenzaba de nuevo. Y el joven Yusta completó la remontada.

El Real Madrid se había repuesto. A ritmo de campeón. Taponando todas las vías de agua en la retaguardia y dejando patente su inacabable abanico de recursos ofensivos (81-84).

San Pablo se resistía con orgullo de la mano de Gailius y Álex López. Pero el líder había puesto la directa y no estaba dispuesto a dar un paso atrás (favorecido además por las decisiones arbitrales en todas las acciones controvertidas). Un triple de Rudy sentenció el choque. Y Yusta dio la puntilla a los burgaleses (85-91). De nada sirvieron las canastas de Thompson. El sueño se había hecho añicos en un abrir y cerrar de ojos, con los exteriores visitantes martilleando el aro local.

Aún así, los azulones no arrojaron la toalla y se colocaron a cuatro puntos con 1 minuto en el cronómetro (91-95). No hubo opción para la campanada.

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