El Correo de Burgos

RUGBY

El mundo ovalado de Beatriz Massot

La burgalesa juega en Estados Unidos gracias a una iniciativa impulsada por la Fundación Arturo Bravo Antón / La jugadora del Aparejadores RC disfruta de su experiencia en las filas del Philadelphia Women’s RFC

Massot -izquierda- posa junto al técnico, Arturo Bravo, y la capitana del equipo, Kate Hallinan.-FOTO CEDIDA POR BEATRIZ MASSOT

Massot -izquierda- posa junto al técnico, Arturo Bravo, y la capitana del equipo, Kate Hallinan.-FOTO CEDIDA POR BEATRIZ MASSOT

Burgos

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El rugby español mira al futuro con ilusión y esperanza, convencido de que la evolución descrita en los últimos tiempos resulta imparable. El crecimiento, promoción y desarrollo del deporte del balón ovalado rompe barreras a pasos agigantados y Burgos es una de las plazas que mejor refleja el despertar de esta bicentenaria especialidad deportiva.

El ambicioso proyecto del Aparejadores RC y la irrupción del Pingüinos RB atraen y forman jugadores que, poco a poco, se hacen un hueco en el mundo del rugby. Ese es el caso de Beatriz Massot, quien vive estos meses una valiosa experiencia en Estados Unidos.

La burgalesa se encuentra desde el pasado 25 agosto en Filadelfia. Allí defiende los colores del Philadelphia Women’s Rugby Football Club y, junto a sus compañeras, se ha proclamado recientemente campeona de la primera división de la Mid-Atlantic Conference por delante del Raleig Venom.

El amor por el rugby también crece en Estados Unidos y el club de Beatriz Massot ya cuenta con dos equipos organizados (Mullets y Mustaches). Este último surge como respuesta al incremento de practicantes y compite en una liga de desarrollo en la que las jugadoras adquieren la experiencia y habilidades necesarias para mejorar.

¿Cómo una de las jugadoras más brillantes del rugby burgalés acaba practicando su deporte en el estado de Pensilvania? «La aventura surge gracias a Arturo Bravo y la Fundación Arturo Bravo Antón, una gran iniciativa que tiene como finalidad promocionar el intercambio de jugadoras entre Estados Unidos y España», explica la protagonista, la primera practicante que cruza el charco con este programa. «Estoy muy contenta y agradecida por ello», añade.

Al igual que sucede a este lado de los Pirineos, el rugby trabaja para salir del anonimato en Estados Unidos y también se nota que «algo está cambiando» allá. «Es parecido a España, donde manda el fútbol. Aquí no hay una gran afición, ni se da mucha difusión en los medios. Los clubes tampoco tienen grandes patrocinadores como en el fútbol americano o el béisbol», explica. El rugby femenino en Estados Unidos también es «minoritario», aunque el futuro es alentador.

Massot vive al máximo esta oportunidad y cuando finalice la temporada de otoño regresará a su actividad normal en Burgos. De momento, disfruta el momento y se ha adaptado a la perfección a los matices del rugby americano. «No se juega diferente», asegura. «Creo que las diferencias las marca la liga en la que juegas, tanto en Estados Unidos como en España. Aquí compito con Mullets y allí disputo la Liga Regional de Castilla y León», indica.

Así, Massot encuentra matices en el aspecto físico. «Juego en primera división y la exigencia es mayor. Los entrenamientos son más duros, con muchos contactos, y hay que completar las sesiones técnicas con las físicas. Los partidos son muy intensos, desde el minuto 1 hasta el 80, y no puedes bajar el ritmo», explica, ya habituada a estos saltos de nivel.

NI GRADAS, NI PATROCINIOS

Sin embargo, sí hay una peculiaridad que llamó la atención de Massot. Y eso que está acostumbrada a competir en un campo sin grada como es el de San Amaro. «Aquí jugamos en parques, no son instalaciones deportivas como tal. No hay vestuarios y después de jugar no hay dónde ducharse, cosa que me sorprendió mucho», reconoce.

El modelo americano de financiación del proyecto también difiere del europeo. Massot explica que en Estados Unidos los clubes subsisten gracias al trabajo de las jugadoras y no a través de los patrocinadores. En el caso del Philadelphia Women’s Rugby Football Club tienen «una pequeña ‘empresa’ de mudanzas» y también «sirven comida en el estadio Lincoln durante los partidos de fútbol americano». «El dinero que recaudan va íntegro para el club. Todas arriman el hombro y se trabaja en equipo dentro y fuera del campo», valora.

La burgalesa exprime cada segundo de esta «gran experiencia», la cual «va más allá del rugby». «Estoy conociendo a mucha gente, he tenido la oportunidad de vivir en Filadelfia y de visitar grandes ciudades como Nueva York o Washington. Por supuesto, me quedo con todo lo que estoy aprendiendo tanto de mis compañeras de Philly Women’s como de mi entrenador, Arturo Bravo», explica.

Massot subraya que la participación activa en un grupo deportivo «aporta cosas y te hace crecer como jugadora y como persona». «Tengo la suerte de jugar tres meses en un gran equipo, con grandes compañeras y en un ambiente muy bueno», concluye.

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