El Correo de Burgos

BALONCESTO / ACB

Un regalo por Navidad

El San Pablo Burgos logra una victoria fundamental para sus aspiraciones de permanencia / Un parcial de 5-27 en los últimos minutos resuelve la cuestión

Sebas Saiz supera la defensa de Jordan, ayer.-ACB PHOTO / D. GRAU

Sebas Saiz supera la defensa de Jordan, ayer.-ACB PHOTO / D. GRAU

Burgos

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JOVENTUT  81

SAN PABLO  88

Divina Seguros Joventut: Vidal (17), Wayns (18), Gielo (5), Richard (7), Jordan (15) -quinteto inicial- Birgander (2), López-Arostegui (3), Kulvietis (1), Nogués (3), Ventura (8), Dimitrijevic (2). San Pablo Burgos: Jenkins (9), Gailius (10), Thompson (18), Huskic (4), Fisher (7) -quinteto inicial- Schreiner (11), Barrera (4), Vega (8), Saiz (13), López (4).Árbitros: Jiménez, Serrano y Sánchez.

Eliminados: El local Ventura (min. 40).

Parciales: 20-15; 42-37 (descanso); 69-64 y 81-88 (final).Respira aliviado el San Pablo Burgos. Necesitaba una victoria así para liberar su mente tras los últimos tropiezos y para seguir el ritmo en la lucha por la permanencia. La visita a Badalona encerraba una trascendencia vital para el proyecto y el bloque de Epi salió airoso de un partido lleno de alternativas. Los burgaleses se asomaron al abismo y ofrecieron su mejor versión en el momento decisivo para llevarse el triunfo.

Las cosas pintaban muy mal con el 69-60 en el último minuto del tercer cuarto y, a partir de ahí, los castellanos se hicieron con los mandos de la nave para llegar a buen puerto. Un parcial de 5-27 (74-87) resolvió la cuestión en favor de un equipo castellano situado a un triunfo de sus rivales directos. El triple, la defensa en el último cuarto y la tan cuestionada rotación decantaron la balanza.

La puesta en escena no fue la esperada en un equipo que se juega la vida en esta fase del curso. El inicio del San Pablo fue errático, blando y espeso. El Joventut marcó el ritmo y el lenguaje corporal de unos y otros reflejaba la diferencia que comenzaba a abrirse en el marcador.

El conjunto burgalés volvió a sufrir en el rebote. Cada rechace del aro era una tortura y, casi siempre, acababa en manos verdinegras. Jordan superó a un irreconocible Huskic bajo los aros y del resto se encargó Sergi Vidal. La experiencia, liderazgo y acierto del exterior marca la diferencia en jornadas tan delicadas y suyo fue el protagonismo en el 11-4 de salida.

El San Pablo estaba atascado. Sin timing en los sistemas, falló en los contados ataques con criterio. Los ayer blancos estaban en problemas con el 14-6 y solo los bajos porcentajes de la Penya en el triple, precisamente una de sus virtudes, permitió a los visitantes tomar oxígeno.

Los burgaleses caminaban con un 30 por ciento de efectividad en tiros de dos y un par de aciertos consecutivos desde el arco de los locales abrió la brecha hasta el 20-10.

Se encendieron las alarmas y el triple aclaró el panorama por unos minutos. El Joventut acusó las rotaciones y el San Pablo lo aprovechó para protagonizar un parcial de 4-19 iniciado con una canasta afortunada de López sobre la bocina del primer cuarto. Después, dos aciertos de Thompson completados con sendas canastas de Barrera y Schreiner dieron aire a los castellanos.

El 25-29 a 6 minutos del descanso era oro puro visto lo visto hasta el momento. Por fin, los blancos enlazaron un par de acciones positivas con y sin balón. Además, Sebas Saiz alejó a Jordan de la canasta y el bloque de Epi lo agradeció para estirar el buen momento.

En cuanto regresó el quinteto inicial del Joventut cambiaron las tornas. De nada sirvió que un incómodo Jenkins entrara en dinámica de partido. La Penya recuperó sensaciones y castigó una y otra vez en el rebote para retomar el control. El San Pablo daba por bueno el momentáneo 39-37, pero un triple de López-Arostegui devolvía el golpe en el último suspiro de la primera mitad.

El balance de daños era positivo, después de todo. El San Pablo debía mejorar en los dos lados de la cancha si quería llevarse el triunfo en un partido disputado al filo de la navaja.

Un Saiz cada vez más importante aportó equilibrio en un arranque esperanzador de tercer cuarto. El madrileño cimentó la mejoría de un equipo burgalés que tomó la delantera con un 0-7 de parcial culminado con un triple de Jenkins.

Básicamente, los blancos vivieron del tiro del tres en un constante intercambio de golpes. Thompson parecía fijar una interesante ventaja (50-55) y entonces el Joventut despertó de la mano de Wayns.

El base fue una pesadilla en esta fase del encuentro y a pesar de los intentos burgaleses por reconducir la situación, los verdinegros a punto estuvieron de romper el choque.

El bloque de Ocampo subió las revoluciones de su ataque. Corrió y se mostró certero por fuera para poner contras la cuerdas a un San Pablo en un buen lío con el 69-60. Y entonces apareció Javi Vega.

El madrileño disputó sus mejores minutos en meses para mantener a los de Epi en partido. Incluso, en este vaivén constante de sensaciones, los del Coliseum se crecieron hasta romper el choque. El capitán igualó a 69 y un tiro libre de López puso por delante a los burgaleses (71-72). La fiesta había comenzado.

La defensa frenó a un Joventut que, de repente, se sintió agobiado. Toda la calma y capacidad de respuesta mostrada hasta el momento dio paso a un equipo nervioso y desacertado. A la vez, el San Pablo crecía ante cada buena defensa y rascaba puntos en cada posesión.

Un 2+1 de Thompson y un mate de Sebas Saiz dejaban a los burgaleses al borde de la victoria con el 73-80. Después, dos tiros libres de Schreiner y un rebote de Gailius confirmaron el éxito de un equipo burgalés que, a pesar de dejarse puntos importantes en el average, se regaló un triunfo vital por Navidad.

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