El Correo de Burgos

FÚTBOL / Segunda B

Lasesarre frena al Mirandés

El cuadro rojillo pierde la oportunidad de recuperar el liderato / El Barakaldo fue mejor duante muchos minutos y se adelantó tras el descanso / Los de Alfaro se volcaron en el tramo final y Pito Camacho estrelló el balón en el poste

Camacho controla el balón ante la presión de dos rivales, ayer, en Lasesarre.-TWITTER / @CDMIRANDES

Camacho controla el balón ante la presión de dos rivales, ayer, en Lasesarre.-TWITTER / @CDMIRANDES

Burgos

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BARAKALDO 1

MIRANDÉS 0Barakaldo CF: Txusta, Son, Rubén, Olaortua, Picon (Etxeba, min. 75), Baba, Jurgi (Molinero, min. 87), Galder Cerrajería, Buenacasa, Vitoria, Sergio García (Iru, min. 75).CD Mirandés: Limones, Paris Adot, Kijera, Prieto, Rivada, Romero (Cervero, min. 59), Undabarrena, Roberto López ´Ruper´ (Gila, min. 75), Camacho, Borja Sánchez (Jaime, min. 83), Yanis.Árbitro: Fernández Buergo (colegio asturiano). Tarjetas amarillas a Rubén; Rúper; Prieto, Rivada, Undabarrena.

Gol: 1-0, min. 51: Galder Cerrajería.BARAKALDO (VIZCAYA)

El Mirandés se fue de vacío de su visita a Lasesarre, donde un gol al inicio de la segunda parte acabó siendo una losa demasiado pesada. El equipo rojillo lo hizo todo para empatar en el tramo final, pero no pudo conseguirlo. Lasesarre continúa invicto y el Mirandés, que aspiraba a ponerse líder, ve cómo ese primer puesto se aleja a dos puntos tras su derrota y el empate del Sporting B en Vitoria.

En el campo del Barakaldo se vio un partido con muchas alternativas, con momentos de cierto tedio y otros de emoción y algo de buen fútbol. El cuadro fabril marcó en sus mejores minutos y dejaron frustrado a un Mirandés que por segunda vez esta temporada no marcó a domicilio.

Pablo Alfaro puso tres caras nuevas de inicio en Lasesarre. El lateral derecho Paris entraba en lugar del sancionado Mario. La medular se reforzaba con la presencia de Romero en detrimento de Llorente y en la posición de delantero centro el pichichi Cervero estaba en el banquillo dejando su puesto a Camacho.

El partido comenzó eléctrico con un primer aviso del conjunto vizcaíno. Cerrajería lo probó desde la frontal con un disparo que salió cerca del poste izquierdo del marco defendido por Limones. Casi a renglón seguido un mal control de Camacho le impidió quedarse mano a mano con el guardameta. El choque parecía de ida y vuelta pero rápidamente el equipo local dominaba la situación, explorando con cierto criterio ambas bandas.

El Mirandés se mantenía a la expectativa con ciertas dudas en su línea defensiva. La presión del Barakaldo era extenuante, impidiendo la salida de balón de los de Pablo Alfaro. Además, los burgaleses tenían dificultades a la hora de controlar las segundas jugadas en el centro del terreno. A pesar de esos problemas no hubo más ocasiones en ese primer cuarto de hora.

A partir de ese momento el encuentro cambió. Los rojillos se hicieron con la posesión del cuero y obligaban al rival a ceder metros con ataques largos. Un libre directo de Romero, con magnífica estirada de Txusta en el ecuador de la primera parte, se convirtió en una buena oportunidad para los visitantes.

El ritmo, más pausado, favorecía a sus intereses. Solo un remate de cabeza forzado de Vitoria dentro del área rompió la monotonía. Apenas había espacios y así se llegó al descanso con un lógico empate a cero.

El arranque del segundo acto resultó letal para el cuadro rojillo. El Barakaldo metió de nuevo velocidad a sus aciones y embotelló a un Mirandés por momentos desarbolado. Los locales firmaron un primer aviso con un disparo de Babá bloqueado por Undabarrena y que lamió uno de los postes de la portería.

En la siguiente acción, con un Mirandés encerrado en su área, Cerrajería empalmó una volea espectacular para hacer justicia al buen arranque de los locales. El gol trastocó al once rojillo, muy nervioso. Tanto, que en los siguientes cinco minutos vio cómo tres de sus jugadores -entre ellos los dos centrales- recibían tarjeta amarilla. Entró Cervero como medida de urgencia y el equipo ya tenía dos claras referencias en la punta del ataque.

En estas circunstancias, los visitantes pusieron cerco al marco del Barakaldo. Esas modificaciones no tuvieron resultado inmediato porque los de Aitor Larrazábal seguían manejando con cierta comodidad el encuentro. Sin embargo, el Mirandés quemaba todas sus naves y apretó apoyado en la velocidad de Camacho.

El ariete a punto estuvo de firmar una gran asistencia a Diego Cervero, pero un defensa local salvó in extremis lo que parecía el tanto de la igualada. Los vizcaínos se echaban cada vez más atrás y el Mirandés se acercaba por empuje.

Sin duda, la mejor y casi única oportunidad la tuvo Camacho. El jugador caracoleó dentro del área y sacó un disparo que, con el guardameta ya batido, se estrelló en el poste para alivio de una parroquia local que celebró por todo lo alto un nuevo partido sin perder en su feudo.

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