El Mirandés vuelve a sonreír

El Mirandés retornó al camino del triunfo. Dos tantos de Diego Cervero devolvieron la sonrisa a los rojillos en el envite ante un Caudal de Mieres que nunca perdió la cara al partido. La victoria permite a los de Pablo Alfaro mantener su mano a mano por el liderato con el Sporting de Gijón B.

El encuentro comenzó con claro dominio local. El cuadro burgalés salió dispuesto a cortar su racha de tres encuentros consecutivos sin conocer la victoria y con la intención de meter tierra de por medio con sus máximos perseguidores, que han ido recortando terreno en las últimas jornadas. Con el equipo de Pablo Alfaro mandón llegó el primer aviso en el minuto 5 cuando Paris Adot, uno de los jugadores más destacados del partido, ponía un centro desde el lado derecho que lo despejaba con apuros el guardameta Rabanillo. El rechace muerto en la frontal fue rematado por Borja Sánchez, pero el disparo golpeó en un defensor.

El Caudal mientras tanto se defendía de estas acometidas con una tela de araña bien tejida en la medular y dificultaba la circulación de balón de un Mirandés bastante plano e impreciso a la hora de elaborar juego.

La escuadra visitante se sentía cómoda cediendo el balón a un cuadro de Anduva al que le costaba un mundo dar sensación de peligro en el área contraria. Los visitantes tampoco se olvidaron de sobrepasar la línea defensiva rival y generar problemas a un Mirandés que vivía una jornada plácida defensiva. Calahorro lo intentó con un disparo lejano buscando sorprender a Limones, quien envió el esférico a saque de esquina.

El Mirandés seguía a lo suyo, buscando algún resquicio para sobrepasar las líneas bien plantadas de los asturianos. En el 17 Antonio Romero, con un centro chut envenenado, pudo marcar el primero. El Caudal con el paso de los minutos se fue haciendo con el control del partido e imponiéndose a un Mirandés que se fue contagiando al juego de su rival.

En el ecuador de la primera mitad Catú cabeceó el esférico en una falta ligeramente por encima del travesaño. Los rojillos, sin mucho acierto y con poca profundidad, lo volvieron a intentar en una acción aislada en el 30 con un disparo de Borja Sánchez que sin fortuna envió el balón por línea de fondo.

Luego el encuentro se enfrió y las llegadas a las áreas empezaron a brillar por su ausencia. El Mirandés tuvo que mover ficha antes del descanso, ya que Yanis tuvo que abandonar el terreno de juego lesionado dando salida a Igor Martínez en su lugar.

En la segunda mitad Pablo Alfaro movió de nuevo el banquillo dando entrada a Mario por el amonestado Bruno. El conjunto local ganó en profundidad en el lado derecho, una fuente de peligro para la zaga rival. Salió con energías renovadas en el segundo tiempo, intentando imprimir algo más de ritmo al encuentro, pero una vez más, el Caudal muy serio y consistente, achicaba todas las vías de agua.

Hubo que esperar al minuto 62 para que el colegiado sancionara con penalti un derribo de Polaco a Pito Camacho en el interior de área. Diego Cervero, el máximo artillero de los locales, transformó el penalti y adelantó a la escuadra de Pablo Alfaro. Tras el tanto el cuadro burgalés consiguió serenarse y jugar sus mejores minutos con la tranquilidad que tenía en el marcador, empezando a llegar con mayor asiduidad el área rival y poniendo a prueba a Rabanillo.

Ya en la recta final dio la puntilla al partido el combinado de Anduva. En el 85 un pase profundo hacía Cervero en una contra de tiralíneas fue rematado por el matador local, quien batía al Caudal anotando su doblete y finiquitando el partido. Tras el tanto, el Caudal terminó de bajar los brazos y se dedicó a correr detrás de un balón que el Mirandés se encargó de dormir hasta el pitido final.