El proyecto mira al futuro

BURGOS

Desde fuera ha parecido fácil. Sin embargo, solo los de dentro saben realmente lo que ha costado llegar hasta aquí. Los ojos emocionados de jugadores, entrenadores y directivos reflejan la satisfacción del momento y el peso liberado tras una temporada en la que algunos daban por hecho este éxito. «Ha sido muy largo», reconoce Iñaki Sicilia.

El presidente del Aparejadores recordaba una conversación siete días atrás en Sevilla. «Le dije a David Martín -entrenador y responsable deportivo- que si queríamos jugar en División de Honor deberíamos ganar todos los partidos y así ha sido», explica.

El dirigente reconoce que los 28 triunfos enlazados suponen un «récord» y una «satisfacción para cualquier aficionado», pero vuelve a insistir en que detrás está el «trabajo» de muchas personas.

«Teníamos confianza, pero siempre te entran miedos», asegura Sicilia. Imposible abstraerse de una presión asumida con gusto, pero por momentos agobiante. «Sabíamos que teníamos opciones. Hemos hecho una primera parte soberbia y luego es normal que el Ciencias apretara», indica.

Sin embargo, el presidente solo quería escuchar el pitido final. «Aunque me decían que teníamos ventaja de sobra, las he pasado un poco moradas», reconoce.

Por fin, llegó el momento de la explosión. «Estoy muy contento. Es espectacular que el Aparejadores RC esté en División de Honor y es un orgullo como burgalés», valora.

Sabe bien de lo que habla el dirigente. Jugador, colaborador, directivo, ahora dirigente... toda una vida de trabajo en favor del rugby en Burgos. «Hemos pasado de todo. Llevo 30 años y el club cumplirá 50 en 2020», señala, para agradecer la presencia de veteranos y aficionados venidos de fuera. Sicilia no quiere dejarse a nadie y subraya que en este deporte cuentan «todos».

Todo salió redondo en una mañana histórica. Ese «ambientazo» demuestra que Burgos «tiene ganas de deporte y tiene ganas de rugby». Algo está cambiando, como destaca Sicilia al recordar el «homenaje» del San Pablo el pasado sábado. «Fue un orgullo», celebra un presidente «feliz por cómo está respondiendo la ciudad» con los distintos proyectos.

El Aparejadores celebra un ascenso que, en realidad, supone un punto y seguido. «Esto empieza aquí. El éxito de la continuidad pasa por seguir trabajando», recalca Sicilia, ilusionado con el futuro. «Este logro es muy bueno porque nos va a dar movimiento como club. Queda mucho trabajo, pero será divertido», explica.

De momento, la entidad dará forma en las próximas semanas a un proyecto que ya ha dado los primeros pasos. «Tenemos la idea clara», avanza Sicilia. «Martín tenía que trabajar con la idea de ascender porque si no te pilla el toro», advierte, convencido del camino a seguir. «Hay que tomarse las cosas en serio desde el primer momento para que no te preguntes ‘ahora qué hago’ una vez que lo consigues. Sabemos lo que hay que hacer», zanja, agradecido por la «ayuda» y el «asesoramiento» recibidos.