El Correo de Burgos

Fútbol / Segunda B

El Mirandés se da un festín

El Mirandés obtiene en Durango su primer triunfo de la temporada / Los rojillos encarrilaron muy pronto el encuentro con dos tantos en apenas siete minutos de juego

Álvaro Rey en acción en el choque de Copa frente al Racing de Santander-Jose Esteban Egurrola

Álvaro Rey en acción en el choque de Copa frente al Racing de Santander-Jose Esteban Egurrola

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DURANGO 1 - 4 CD MIRANDÉSPor fin llegó el triunfo. A la tercera fue la vencida en Liga. Los hombres de Borja Jiménez certificaron con buen fútbol una convincente victoria, la primera alegría de la campaña. De principio a fin, el Mirandés estuvo por delante en el marcador, sobre todo gracias a dos tempraneros goles.

Eficacia plena de los rojillos en la primera mitad ante un contrincante voluntarioso, que no lo puso fácil a pesar de su abultada derrota. Tras la reanudación, el cuarto gol rojillo, a falta de media hora, acabó con cualquier posible duda en un tramo final donde el resultado pudo ser más abultado.

Borja Jiménez introdujo dos novedades en el once respecto al partido de Copa del miércoles contra el Racing de Santander -ambos en la delantera- como Hugo Rama y el ariete Claudio Medina, quienes entraron de inicio en detrimento de Álvaro Rey y Matheus, que ocupaban plaza en el banquillo.

Mejor no pudo comenzar el encuentro para el cuadro burgalés. A los 41 segundos de juego se abrió el marcador con una gran jugada personal de Yanis. El interior zurdo, en una gran arrancada hacia el centro, se plantó sin demasiada oposición dentro del área y tras driblar a un defensor, definió con suficiencia gracias a un disparo raso y cruzado, imposible para el guardameta, anotando así su segundo gol del curso tras el conseguido en la jornada inaugural en Merkatondoa.

Un tanto de los llamados psicológicos que afianzó a los rojillos, dispuestos a solucionar la contienda por la vía rápida. Tal era la vocación ofensiva del Mirandés, demostrada en la figura de Paris Adot, más presente en campo rival que en el propio.

El lateral derecho aumentó la distancia en el marcador con un disparo desde el pico del área que llegó al fondo de las mallas casi por la escuadra, a pesar de tocar ligeramente el balón Errasti.

El 0-2, apenas transcurridos siete minutos, reflejaba a un Mirandés hiperactivo, mejor posicionado y muy superior en todas las líneas. Romero y Ruper López dominaban la medular y el equipo se abría de forma muy apreciable por los costados. Los vizcaínos estaban noqueados, aunque al cumplirse el primer cuarto de hora dieron señales de vida.

Reguillos -según la pizarra, Limones urbi et orbe- repelía un disparo centrado de Iker Amorrortu y en los siguientes minutos se sucedieron una serie de saques de esquina que empujaban ahora a los rojillos hacia su zaga.

De nuevo el delantero Iker Amorrortu puso a prueba a un acertado guardameta visitante con un rechace final cerca de la media luna que acabó con disparo de Zuazo por encima del larguero.

Luego Limones se lució a un trallazo de Uribesalgo instantes antes de que el Mirandés, ante una Cultural de Durango volcada, aprovechara un contraataque para certificar el tercer zarpazo de la mañana. Miguel Díaz, de tiro cruzado tras una gran asistencia de Yanis, batía en el mano a mano al cancerbero. Este tanto devolvió el control de la situación a los rojillos, porque más allá de otra buena acción de Paris, apenas hubo más incidencias hasta llegar al descanso.

Tras el paso por los vestuarios, la iniciativa del juego correspondió claramente a los vizcaínos, mientras los hombres de Borja Jiménez permanecían agazapados, y como se vio después, algo relajados. De esta forma se explica una clara oportunidad de Uribelsago, con una volea libre de marca casi en el área pequeña que salió cerca del poste. Eso sí, el siguiente despiste visitante acabó con un gol de Ekaitz en una jugada embarullada a balón parado.

Poco le duro la alegría a la Cultural, ya que apenas dos minutos después, en un segundo envío al área desde la derecha tras un saque de esquina Melli, a bocajarro y con el pie restablecía la diferencia. El 1-4 era ya definitivo y permitía a Borja Jiménez cambiar piezas.

Matheus entraba en la punta de lanza por Claudio, y ya en los últimos diez minutos, con un equipo vizcaíno más cansado, se sucedieron las oportunidades visitantes, pero no tuvieron el día.

En especial Miguel Díaz, que desaprovechó tres opciones, más otra del recién incorporado Álvaro Rey, donde un acertado Errasti bajo palos impidió la mayor sangría en el marcador. Eso sí, cuatro goles a domicilio y victoria, la mejor noticia para los de Anduva.

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