El Correo de Burgos

BALONCESTO / ACB

El San Pablo tiene un serio problema

Los azules dejan otra vez malas sensaciones / Blando en el rebote, el bloque de Epi volvió a competir a remolque del rival y estuvo incómodo

Huskic puntea el lanzamiento de Cate, ayer, en Murcia.-ACB PHOTO / J. BERNAL

Huskic puntea el lanzamiento de Cate, ayer, en Murcia.-ACB PHOTO / J. BERNAL

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DIEGO ALMENDRES
Burgos

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UCAM MURCIA  72

SAN PABLO BURGOS 62

UCAM Murcia: Soko (11), Kloof (11), Tumba (4), Rojas (6), Oleson (11) -quinteto inicial- Urtasun (2), Rudez (3), Cate (6),Delía (9), Booker (2), Doyle (7).San Pablo Burgos: Fitipaldo (1), Frazier (13), Radoncic (4), Thompson (12) y Huskic (10) -cinco inicial- Jaramaz (4), Cancar (2), Kravtsov (8), Vega (4), Álex López (4).Árbitros: Cortés, García Ortiz y Zamorano.

Parciales: 20-15; 39-34 (descanso); 50-49 y 72-62 (final).El San Pablo Burgos tiene un problema serio. Los azules encajaron en Murcia su tercera derrota en cuatro partidos, compitieron una vez más a remolque del rival y ofrecieron una mala imagen. Cierto es que se deben tener en cuenta mil y una circunstancias de lo ocurrido ayer, pero los burgaleses han entrado en una espiral de la que deben salir ya porque otro tropiezo ante el Breogán sería difícil de digerir. A excepción de lo vivido frente al Baskonia, no hay rastro del juego alegre y atrevido que propone el proyecto. Al contrario, solo hay dudas individuales y colectivas. El San Pablo se pierde entre la espesura que plantean los rivales, sin regularidad, sin equilibrio y sin solución alguna lejos de la canasta.

Cerca del aro tampoco anda sobrado. Ayer, el Murcia gobernó con mano de hierro en el rebote y sus 21 capturas ofensivas fueron otra razón del naufragio. Los rivales ganan por físico y por corazón. El talento no alcanza y, en ocasiones, ni asoma.

Poco o nada le salió bien al bloque dirigido por Diego Epifanio ‘Epi’, el cual se difuminó en su mísero 1/14 en triples adornado al final con dos aciertos extra de Frazier para maquillar el resultado. Todo ello, con Barrera en el banquillo los 40 minutos. Por muy ventajista que suene, quizá no hubiera venido mal contar en el proyecto con algún especialista para romper partidos de este pelaje. Luego, las 18 pérdidas merecen otro capítulo.

Visto el rendimiento ofrecido ante el Obradoiro y el Zaragoza, la visita a Murcia era un examen importante para un San Pablo obligado a igualar el nivel físico y de concentración que exige la ACB. Cumplió a medias en su cometido y eso no es suficiente para mantenerse en esta liga.

Precisamente, el conjunto pimentonero representa como nadie ese estilo. Un equipo de tipos duros que no hacen concesiones y que juegan al límite en cada acción. Estirar el reglamento al máximo es una opción válida y hacen bien en aplicarla.

Para eso están los jueces, para recordar cuáles son las líneas rojas. El problema es que mueven esos límites a su antojo. Resulta increíble que en estas arenas movedizas los rojos lanzaran 15 tiros libres más y recibieran 7 personales menos que los burgaleses. Quizá este año el club azul se decida a pedir respeto a la liga de una vez por todas.

Hizo de tripas corazón el San Pablo Burgos. O se adaptaba a la situación o acabaría barrido de la pista por los rivales y los árbitros, quienes no señalaron ni una personal a los locales en todo el primer cuarto. Ni una. Sí marcaron seis faltas a los burgaleses, incluida una antideportiva inventada de Fitipaldo con la que cobraban la que ‘debía’ Kravtsov en un lance en el que sufrió el particular marcaje de Delía. Un dislate.

Algo no funciona cuando el baremo de los contactos cambia de forma radical de una zona a otra. En realidad, quizá todo cuadra de esta manera. Aun así, los burgaleses llevaron la iniciativa en un inicio en el que la precipitación y la falta de acierto en el triple les frenaron (6-9).

Todas las circunstancias jugaban en contra del conjunto de Epi (18-13) y hubo un momento en el segundo cuarto en el que los desajustes costaron un disgusto. En partidos tan cerrados cada detalle cuenta y el UCAM encontró una y otra vez el lanzamiento liberado en la esquina para castigar el aro castellano. Algo que ya hicieron antes el Obra y el Zaragoza.

El 28-21 a 6:18 del descanso encendió las alertas. Fue una fase en la que el rival subió aún más el nivel de los contactos, si es que era posible. Kravtsov se llevó un golpe en el estómago, Thompson un manotazo en la cara y Huskic sufrió una zancadilla. Los azules visitaron por primera vez la línea de personal en el minuto 14.

Allí encontraron un momento de respiro para, punto a punto, disfrutar de un pequeño alivio con un parcial de 0-9. Ese 30-32 era oro puro. Eso sí, poco duró la tranquilidad. El Murcia, fallón por un momento, recuperó la iniciativa y devolvió el arreón con un 9-2 en un visto y no visto.

El 39-34 del descanso era asumible para un San Pablo Burgos que debía dar otra vuelta de tuerca y empezar con una técnica en contra no era la mejor respuesta. Otra muesca en el revólver de los jueces.

El conjunto de Javi Juárez había llevado el partido a su terreno y se sabía ganador en ese guion. De hecho, tuvo la opción de romper la goma con el 46-36. Entonces, los azules se agarraron a la pista y con el 49-40 pisaron el acelerador.

Sin el favor del triple, los castellanos sellaron por fin su aro y limaron la desventaja hasta igualar a 49 con dos tiros libres de Jaramaz. Incluso, se pusieron por delante en la última décima de segundo. Una vez más, los árbitros dictaron sentencia en contra de los visitantes al anular la canasta. Por si acaso.

Parecía que lo peor había pasado. Sin embargo, el desenlace fue desesperante. Los burgaleses se llevaron a la boca dos puntos en seis minutos y medio ante un UCAM Murcia metido de lleno en partido. Los locales, pura energía, apretaron en defensa y arañaron los puntos necesarios para sentenciar. No estaban para tirar cohetes, pero aprovecharon las segundas y terceras opciones. El 61-51 a 3:55 del final era la sentencia para un San Pablo que debe recuperar el control de los partidos cuanto antes.

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