El San Pablo vende cara su piel

REAL MADRID 90

SAN PABLO BURGOS 77

El San Pablo vendió muy cara su piel en la cancha del campeón de Europa. Resistió con coraje y pundonor frente a un Real Madrid con un inagotable arsenal de recursos ofensivos. Plantó batalla a un rival lanzado hasta bien entrado el tercer cuarto, cuando la gigantesca figura de un Sergio Llull decisivo inclinó la balanza del lado de los de Pablo Laso.

Se impuso el peso de la lógica, pero las sensaciones de los castellanos -a pesar de la derrota- fueron positivas. Con la lección muy bien aprendida y un quinteto inicial poco habitual en pista el San Pablo compitió de tú a tú con el cuadro blanco desde la primera acción del envite. Sus buenas prestaciones ofensivas le permitieron mantenerse siempre a la estela de un rival sobrado de talento.

Y de hacerlo con orgullo y mucha solvencia. Los de Pablo Laso tomaron la delantera en el luminoso desde la primera jugada, pero sintieron en todo momento el aliento en el cogote de los azulones, que ofrecieron su mejor versión para no permitir que los blancos abrieran brecha en el luminoso. Frazier y Javi Vega enjugaron las primeras canastas locales para establecer el 5-5 en el tanteador.

El arsenal madrileño desde el perímetro tomó cartas en el asunto, con Yusta y Llull como estiletes, para martillear el aro burgalés desde la línea de 6,75 (18-12).

Sin embargo, los castellanos no perdían la cara a su rival. Con un Jaramaz entonado en la dirección y el acierto de Kravtsov y y Cancar apretaron los dientes para reducir su desventaja en el tramo final del primer periodo, cuando Epi había dispuesto una defensa zonal para frenar a su oponente que dio buenos resultados. Frazier y Huskic se sumaron a la fiesta para cerrar el primer cuarto con un esperanzador 21-19 en el electrónico.

Epi había leído la cartilla a los suyos para que no ocurriera lo del año pasado, cuando un nefasto arranque les sacó del partido en menos de 10 minutos. Dicho y hecho. Los madrileños comenzaron haciendo daño en la pintura de la mano de Kuzmic, pero Cancar replicaba con éxito en campo contrario. Sin embargo, la entrada a la cancha del artillero Jaycee Carrol supuso un giro radical en la contienda. El alero americano volvió a hacer de las suyas desde el perímetro con 8 puntos en un abrir y cerrar de ojos que estiraron la ventaja local (33-26).

El San Pablo intentó agarrarse al encuentro fiando toda su suerte a los lanzamientos exteriores, con con poca fortuna y con Huskic en el banco tras cometer su tercera falta personal. La renta blanca creció hasta los 13 puntos tras el tercer triple de Carroll (41-28), aunque los burgaleses -jaleados en todo momento desde la grada del WiZink Center por su fiel afición-, tiraron de casta para meterse de nuevo en la pomada con triples de Javi Vega y Jaramaz.

La escuadra del Coliseum se retiró a los vestuarios vivito y coleando. Y con ganas de seguir dando batalla. Lo mejor estaba por llegar. Al menos de salida, pues los azulones entraron en cancha con un parcial de 0-5 gracias un triple de Thompson y una canasta de Huskic.

Con el San Pablo lanzado Cancar calentó la muñeca para poner a los del Coliseum por vez primera por delante en el marcador con otros cinco puntos en un suspiro (44-46). Increible pero cierto. Cuando mejor pintaban las cosas para los castellanos Llull acudió al rescate del Real Madrid. Y de qué manera.

El exterior balear se sacó de la chistera lo mejor de su inagotable repertorio con canastas de todos los colores para que su equipo abriera brecha en el marcador (63-54). El choque se convirtió por momentos en un auténtico correcalles que favorecía los intereses de un cuadro local, con más talento en sus manos.

Epi tuvo que agotar sus tiempos muertos en un abrir y cerrar de ojos para refrescar conceptos a sus pupilos, pero para entonces el Real Madrid había alcanzado ya su velocidad de crucero y frenarle se antojaba harto complicado.

Con 12 puntos abajo entró el San Pablo al último cuarto. Pero una mala entrada al último parcial sentenció el encuentro para los de Pablo Laso. Rudy y Kuzmic elevaron la ventaja a 20 puntos de salida (78-58). Los azulones se habían atascado en ataque (estuvieron casi dos minutos y medio sin ver aro), aunque de inmediato se ataron los machos para maquillar el resultado.

Su empuje surtió efecto con un parcial de 0-8 cuando el Madrid, que ya se sabía ganador, soltó el pie del acelerador. Con todo el pescado vendido Cancar, que completó una de sus mejores actuaciones desde que viste la camiseta burgalesa, siguió mejorando sus números para dejar el marcador final en 90-77.