Fútbol / Segunda B
El Burgos CF manda a la lona al Fuenlabrada
Un tanto de Goti en el segundo 9 del partido permite al cuadro blanquinegro tumbar al líder en El Plantío y remontar el vuelo en la tabla

Los jugadores blanquinegros festajan la consecución del tanto de Goti que les dio la victoria-Israel L. Murillo
BURGOS CF 1 – FUENLABRADA 0
El Burgos CF se reivindica. Ha cambiado de discurso para abonarse al pragmatismo. Y ha salido del barro. El combinado blanquinegro envió ayer a la lona al Fuenlabrada. Tumbó al líder con un directo a la mandíbula de Goti en el primer minuto de juego. Y tras perdonar a su poderoso oponente fue capaz de encomendarse a su fortaleza defensiva para amarrar una victoria de muchos quilates.
No era un día para florituras. La consigna era clara y el vestuario la asumió de forma unánime. Tocaba enfundarse el mono de trabajo y apretar los dientes. Y lo supo interpretar a la perfección el combinado blanquinegro para conquistar un triunfo con efecto revitalizante que le permite cerrar la primera vuelta de competición a tan solo tres puntos de la salvación directa (y a dos del play-out), algo impensable hace apenas un par de jornadas.
El terreno sigue resbaladizo. Pero ya llueve menos. El choque transcurrió por la senda que había diseñado Fernando Estévez tras estudiar con minuciosidad las virtudes de su oponente de turno.
Tan solo necesitó 9 segundos el combinado local para sacar los colores a la defensa del cuadro madrileño, que se presentaba en el Plantío como la zaga más inexpugnable del grupo.
Ni los más optimistas del lugar podían imaginarse un arranque como el que brindó el Burgos a su parroquia. Adrián Cruz sacó de centro hacia la posición de Borda, que de inmediato golpeó en largo. Cervero atrajo la atención de los defensores Juanma y Glauder, que mordieron el anzuelo y se comieron el bote. El balón les superó por alto y lo controló de dulce Goti, que una sensacional maniobra a la media vuelta conectó una volea soberbia que batió por arriba a un adelantado Biel Ribas, mientras Cata Díaz se había quedado con el molde cuando encimaba al atacante vasco, cuyo rendimiento ha sido tantas veces cuestionado por el respetable. Pero se ha reivindicado con dos goles en las últimas jornadas que han supuesto 6 puntos para los castellanos.
Muchos aficionados no se habían acomodado todavía en sus butacas y el 1-0 ya campaba en el electrónico. Para frotarse los ojos. Los blanquinegros, con mucho aplomo. volcaron el partido con decisión en el terreno de juego del Fuenlabrada. Cervero y Borda buscaron la meta visitante acto seguido.
Goti estaba enchufado y a punto estuvo de aprovechar poco después un balón atrás de la zaga madrileña, aunque no controló bien el esférico ante la salida de Biel Ribas. Con los locales desatados la grada cantó el 2-0 en el minuto 25 en una ocasión que se fue finalmente al limbo de forma incomprensible.
Saizar golpeó un balón desde el área que se tragó la retaguardia azulona. Cervero se plantó solo ante el meta rival. Pese a su condición de killer y con todo a su favor, decidió no disparar y sirvió el balón sobre la llegada de Goti, que acosado por un contrario, no pudo conectar con el esférico en boca de gol. Increíble pero cierto.
Hasta ese momento el líder apenas había pisado campo contrario. Solo los balones parados botados por Iribas generaban cierta inquietud en la defensa burgalesa. Uno de ellos fue cabeceado por Glauder desde la frontal en la primera aproximación peligrosa del Fuenlabrada.
Tras esa acción los madrileños comenzaron a hacerse con el timón del partido. El Burgos cedió metros y dejó toda la iniciativa a su oponente, no demasiado habituado a verse en la tesitura de tener que dominar desde la posesión.
En el tramo final del primer acto Borda salvó a los locales del empate en un saque de esquina botado por Iribas que finalizó en un disparo de Cedric. El balón llevaba marchamo de gol pero el central, en posición acrobática, evitó que el cuero traspasara la línea.
Tras el paso por los vestuarios los visitantes ganaron metros e intensificaron su control territorial de la situación. La escuadra de Fernando Estévez reculaba y dejaba maniobrar a los centrocampistas del Fuenlabrada en posiciones alejadas de su área. Se preveía una segunda mitad muy larga para los intereses locales.
El líder había puesto toda la carne en el asador y comenzó a llegar con peligro a las inmediaciones de Saizar. Beobide se tuvo que emplear a fondo en el 59 para cortar en falta una internada de Clavería, que ya había superado a Borda. La falta, en la corona del área, fue despejada por Cervero -más atinado en la defensa de las estrategias visitantes que con el balón en los pies en campo rival-.
El mayor susto para la hinchada local se produjo en el minuto 64 tras una larga combinación ofensiva del Fuenlabrada iniciada por la izquierda por los dos hombres más desequilibrantes de los azulones, Cedric y Randy. Un centro al corazón del área fue rematado de cabeza por Javi Gómez. El esférico se estrelló en el palo.
El habilidoso centrocampista recogió de nuevo el rechace y su disparo raso fue despejado en la misma línea de gol por Undabarrena, que evitó providencial lo que pudo ser el empate.
Estévez también movió ficha y dio entrada a Chevi en el puesto de Machuca. El madrileño estuvo muy hábil en su primera intervención para filtrar un gran balón interior sobre Goti, que en posición forzada conectó con el balón. Pero en esta ocasión Biel Ribas repelió el cuero con bastantes apuros.
En los últimos minutos el técnico del Fuenlabrada quemó todas sus naves y colocó al central Juanma como tercer delantero. Pero el Burgos supo gestionar la papeleta con mucha solidez. En el descuento probó fortuna Cedric con un disparo con rosca que atajó con solvencia Mikel Saizar.