El Correo de Burgos

AUTOMOVILISMO

Gutiérrez sigue en la lucha

La burgalesa pierde más de cinco horas a causa de una doble avería / Casi sin opciones de finalizar la prueba entre los 25 primeros, la piloto local mantiene la ambición

Cristina Gutiérrez y su copiloto, Pablo Huete, muestran su frustración y cansancio.-PRENSA DE CRISTINA GUTIÉRREZ

Cristina Gutiérrez y su copiloto, Pablo Huete, muestran su frustración y cansancio.-PRENSA DE CRISTINA GUTIÉRREZ

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La ilusión de Cristina Gutiérrez en el Rally Dakar estuvo a punto de irse por el sumidero en la segunda parte de la etapa maratón que unía Tacna y Arequipa. Tras un inicio de competición casi idílico con cuatro días sin incidentes en carrera, la burgalesa tuvo la mala fortuna de romper los dos radiadores de su Mitsubishi Eclipse y cedió mucho terreno después de dos horas y media parada.

Con los objetivos casi descartados al llegar al primer parón de la prueba, la burgalesa aún pudo salvar los muebles para seguir en la lucha. Después de que llegara el camión de asistencia para reparar la doble avería, la continuó y alcanzó el tramo de neutralización. Allí, la organización decidió interrumpir la especial.

La piloto oficial de Mitsubishi España sufrió el incidente aproximadamente una hora después de empezar la etapa en una zona donde había mucho ‘fesh-fesh’ (arena muy fina que tiene aspecto sólido y cuyo efecto al pasar se parece al del barro poco compacto).

«Ha sido una locura. Íbamos a un ritmo muy bueno, sintiéndonos cómodos con el coche», recuerda. De repente, todo cambió para Gutiérrez. «Avanzábamos detrás del polvo, nos hemos encontrado con una pequeña zanja y el coche ha caído bastante mal. Al producirse el golpe, las aspas de los electroventiladores se han metido dentro del radiador delantero, se han partido y lo han roto», lamenta.

La deportista castellana vivió un día «para olvidar». Y es que el contratiempo fue más grave de lo que previsto inicialmente. Pablo Huete -su copiloto- arregló el radiador delantero, pero no pudieron reemprender la marcha al darse cuenta de que también se había roto el trasero. «Hemos tenido que esperar a la asistencia a que nos trajera un repuesto y cambiarlo. Entre una cosa y otra hemos perdido muchísimo tiempo», indica.

Por si fuera poco, los problemas se acumularon al retomar la marcha. Ya de noche, Gutiérrez notó una avería en el embrague. Fue entonces, en ese momento tan delicado, cuando recibió la mejor noticia posible. «Cuando pensábamos que nos quedaban todavía 200 kilómetros por delante, se me apareció Dios en forma de comisario y nos dijo que la especial terminaba ahí». Habían llegado a la neutralización.

Fue una jornada durísima y, asumida la decepción, la burgalesa ve el vaso medio lleno. «Nos ha pasado todo lo que no había ocurrido días atrás. Por fortuna nos ha llegado en el mejor momento, ya que durante la jornada de descanso los mecánicos han tenido tiempo para dejar el coche en perfecto estado y nosotros pudimos descansar un poco», señala.

La última referencia de Cristina Gutiérrez antes de que la organización decidiera bloquear el seguimiento de los participantes aún en carrera es su paso por el punto de paso número 6. Allí, la piloto local ya perdía más de cinco horas con respecto al vencedor, Sebastian Loeb.

Así las cosas, la burgalesa olvida lo ocurrido y se centra en buscar nuevos objetivos en este Dakar. «Lo que me da más rabia es que nos hemos quedado casi sin opciones de finalizar entre los 25 primeros, pero no vamos a dejar de luchar. Este Dakar es muy imprevisible», concluye.

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