Epi mira hacia arriba

BURGOS

Las cosas se ven de otro de color con 12 victorias en el bolsillo. Sin embargo, Epi no pierde la perspectiva. De hecho, nunca se desvía de la línea marcada al comienzo de la temporada. «No hay que volverse loco ni con los triunfos ni con las derrotas», insiste una y otra vez.

Ahora, el San Pablo encara los últimos ocho encuentros de la liga regular en una buena posición. Alejado del peligro, el proyecto quiere ir a más sin que le afecte el mal de altura y eso le exige mantener un equilibrio perfecto dentro y fuera de la pista.

«Si ahora digo que el objetivo máximo es la salvación dirán que somos poco ambiciosos y que el entrenador es un cagón. Y si pongo el tope en ganar la liga, igual el club no está preparado para soportar unas expectativas que pueden comer a los jugadores», advierte el entrenador del equipo local. Por eso, la alternativa más inteligente es «pensar solo en el siguiente partido».

Los castellanos viajan hoy a Badalona con buenas sensaciones después del rendimiento ofrecido frente al Fuenlabrada. Fue el encuentro más cómodo del curso, pero Epi se resiste a considerarlo como el mejor día de su equipo o como el techo de este San Pablo Burgos. «Hicimos cosas que trabajamos desde hace mucho tiempo para que salgan», resume.

Y es que cada encuentro tiene mil circunstancias diferentes y el guion no está escrito. «La calidad de nuestros jugadores nos da la posibilidad de competir a ese nivel, pero el rival y su forma de defender también cuentan», explica.

Epi reconoce los grandes momentos ofrecidos y se centra en trabajar para mejorar semana a semana. «A todos nos gustaría compartir siempre el balón como lo hicimos en el segundo cuarto del partido contra el Fuenlabrada. Y si el acierto es tan bueno, mejor. Y si hacemos un buen trabajo defensivo que incomode al rival, mejor también», comenta.

Por todo ello, el entrenador del combinado del Coliseum considera injusto hablar de que su equipo alcanzó «el máximo». «Se dieron muchas circunstancias, pero sobre todo lo pasamos bien», destaca.

Este San Pablo Burgos aún puede mejorar sus prestaciones y, de la misma manera, debe evitar la autocomplacencia porque el Joventut no tardaría en bajarle de la nube. «Puede que el domingo nos llevemos un tortazo», avisa.

Epi prefiere el análisis sereno y una visión general de la temporada. Valora el esfuerzo realizado hasta el momento e intuye que esa continuidad en el esfuerzo se verá reflejada en el tramo final. «Sé que el equipo trabaja bien, se siente cómodo y entiende lo que quiere hacer», explica. «La evolución es clara, hay buen ambiente en el vestuario y cada vez disfrutamos más», añade, antes de poner el freno. «Cada partido es una batalla distinta», recuerda.