Una cuenta pendiente

BURGOS

Por mucho que Diego Epifanio intente borrar las huellas del pasado, al San Pablo Burgos le gustaría sacarse la espina del mal trago vivido frente al Joventut en la primera vuelta. Aquella tarde del 20 de enero la Penya se clasificó para la Copa del Rey después de cuajar un partido perfecto en el Coliseum ante un conjunto burgalés marcado por las dudas tras la marcha de Thompson (65-87).

Los verdinegros entonces disfrutaron de su merecido premio, pero ahora las cosas han cambiado. Tanto, que el bloque castellano dispone de una nueva oportunidad para engancharse al tren del play off.

«Nuestra vida cambia cada jornada», zanja Epi. «Los equipos evolucionan, mantienen el nivel, bajan su rendimiento... por eso comparar es difícil. En la primera vuelta se nos marchó Thompson y veníamos de un gran esfuerzo en Andorra, mientras que el Joventut tenía un feeling increíble y quería la Copa

del Rey. Todo cambia en esta montaña rusa y hablar de lo pasado no sirve», zanja el burgalés.

No hay sensación de revancha. Mucho menos de venganza deportiva. Simplemente, el San Pablo quiere una victoria muy importante en sus aspiraciones que, además, dejaría un regusto muy dulce.

Y eso que el técnico recuerda una vez más que ni él ni el vestuario están para hacer cuentas. Sin embargo, a nadie se le escapa que el 13º éxito del curso significaría la permanencia virtual y el pistoletazo de salida para aspirar a otros objetivos. «Estamos en las mismas que el otro día -en referencia a su comparencia tras derrotar al Fuenlabrada-», corta.

Epi recuerda que no hay nada que «celebrar» hasta que «matemáticamente» esté asegurado. Fiel creyente de la filosofía del partido a partido, el técnico solo tiene ojos para el encuentro de hoy en el Olímpico. «Ojalá ganemos mañana -por hoy- en Badalona y ojalá sumemos también en los siguientes partidos», apunta.

Y es que el burgalés sí da una pequeña concesión a quienes les gusta imaginar el futuro. El San Pablo asume que restan muchas jornadas por delante y todavía pueden pasar muchas cosas en la clasificación. «Quedan muchas cosas por dilucidar», señala. Por suerte, el San Pablo llega al momento decisivo en un estado de forma óptimo. «El equipo tiene ambición, quiere mirar hacia arriba y está bien preparado para asimilar las victorias y las derrotas», indica un Epi que insiste. «Queda mucho camino aún».

Por mucho que la clasificación «nunca» haya preocupado al cuerpo técnico del CB Miraflores, el entrenador de la nave del Coliseum no esconde la importancia del efecto psicológico de las victorias. Los azules suman 6 en sus últimos 8 partidos y aspiran a dar otro golpe de efecto. «Cualquier triunfo da tranquilidad a los vestuarios, aunque vayas el último. Lo digo por el año pasado, cuando vimos que cada victoria es un bálsamo», recuerda.

Ahora, el San Pablo competirá ante un Joventut exigente e ilusionado con su gran temporada. Se avecina un partido intenso y los castellanos aceptan el reto. «Sabemos que es muy difícil porque el trabajo de Duran es de valorar», señala Epi.

ZIPSER, RECUPERADO

Los visitantes jugarán con toda su plantilla disponible una vez que Paul Zipser trabaja con normalidad superadas las molestias que arrastraba en el tobillo. El alero alemán no pudo entrenar el martes con sus compañeros, pero hoy podrá competir en perfectas condiciones físicas.