El Correo de Burgos

BALONCESTO / ACB

Laprovittola castiga a un irregular San Pablo

Un afortunado triple a tablero sobre la bocina derrota a un equipo negado en esas situaciones al límite / De nuevo, los porcentajes lastraron a los azules

Huskic deja el balón con la izquierda ante Boungou-Colo, ayer.-ACB PHOTO / D. GRAU

Huskic deja el balón con la izquierda ante Boungou-Colo, ayer.-ACB PHOTO / D. GRAU

Burgos

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JOVENTUT 88

SAN PABLO 85

Joventut de Badalona: López-Arostegui (6), Laprovittola (17), Todorovic (10), McFadden (8), Harangody (20) -quinteto inicial- Dimitrijevic (7), Morgan (3), Delía (4), Ventura (5), Boungou-Colo (8).San Pablo Burgos: Fitipaldo (14), Sutton (14), Benite (2), Huskic (7), Cancar (8) -quinteto inicial- Vega (9), Frazier (12), Lima (11), Zipser (5), López (3), Barrera (-).Árbitros: Hierrezuelo, Sánchez Sixto y Torres.

Eliminados: No hubo.

Parciales: 22-18; 41-42 (descanso); 64-67 y 88-85 (final).Llegará el día en el que el San Pablo Burgos gane un partido con un tiro en el último segundo. Puede que, como hizo ayer Laprovittola, lo consiga con un triple desequilibrado, a una pierna y contra tablero. O puede que en alguna ocasión el rival no acierte con su tiro sobre la bocina para dejar a los del Coliseum con cara de circunstancias. Quizá, esa potra tan necesaria en algunos momentos sonría al equipo azul en el futuro.

Por ahora solo queda lamentarse una vez más por la mala fortuna acumulada y por el arbitraje sufrido. Eso sí, pedir suerte en un instante decisivo es una cosa y otra esperar que el San Pablo reciba un trato justo.

La Penya se ha especializado en ganar a los castellanos sobre la bocina. Ya lo hizo el pasado año y lo volvió a repetir para alejar definitivamente del play off a un equipo que no acaba de respirar tranquilo en la clasificación. Porque, una vez asimilado el revés, toca hacer autocrítica.

El equipo cayó en los vicios recientes. Necesitó 13 minutos y ocho intentos para anotar su primer triple y de nuevo sudó tinta para arañar un mísero 65% de acierto en el tiro libre. Así resulta muy difícil competir cada semana y más si también se fallan varias situaciones en ventaja y a dos centímetros del aro.

La lectura positiva es que, a pesar de todo, los ayer blancos solo cedieron por un triple afortunado. Laprovittola, secado hasta el descanso por las faltas, despertó en el tercer cuarto y ajustició a un San Pablo irregular.

El rebote ofensivo sostuvo a los castellanos en un primer cuarto en el que jugaron con fuego. Sin la menor amenaza exterior, las segundas opciones oxigenaron a un equipo que quiso correr y no pudo (8-8).

Fitipaldo fue agresivo, pero la falta de acierto lastró a los visitantes. Al menos, el esfuerzo en defensa sirvió para contener la tendencia positiva de la Penya. Con el 18-12 y el 0/6 en triples la cosa se complicaba para los burgaleses, obligados a reservar a Benite y Cancar por las personales.

Lo bueno del CB Miraflores es que reaccionó siempre que se vio en problemas. Vega, cada vez más seguro y fiable, abrió el campo y Frazier guió al equipo. El americano arrojó luz entre la espesura para cambiar el paso. Los del Coliseum minimizaron la desventaja (25-25) para ponerse por delante con el 29-32.

La Penya solo funcionó a ráfagas antes del descanso y era el momento de estirar la goma con un interesante 37-42 que no tuvo continuidad en el tramo final del segundo cuarto.

Sin ser el guion deseado hasta entonces, el San Pablo Burgos tuvo su opción en el tercer cuarto para romper el partido. Sutton, desasistido en la primera parte, se buscó la vida y comenzó a conectar con sus compañeros para liderar una fase positiva.

Ese 43-51 era un punto de partida magnífico y, de forma abrupta, todo cambió porque así lo quiso Laprovittola. El argentino entendió que debía cambiar el rumbo del encuentro y lo hizo con una facilidad que asusta. Cinco puntos consecutivos impulsaron a una Penya que creció desde el timón y las asistencias de un base que marca la diferencia.

El Joventut quiso revolucionar el partido, hacer de cada balón dividido una guerra de guerrillas con la que alimentar su confianza. Los árbitros dieron por válido ese nivel de intensidad y los castellanos tenían dos opciones para salir del apuro. O igualaban el listón físico o se hacían con el control a través del talento.

Afortunadamente, el San Pablo escapó del fuego de su rival. Sin embargo, para entonces la ventaja ya era una bonita historia del pasado. Tocaba volver a empezar con el 56-56 y el bloque de Epi encontró soluciones para mantener la iniciativa en ese escenario tan complicado. Un triple de Zipser (59-63) alivió a los del Coliseum, quienes llegaron al último cuarto por delante con el 63-67 gracias a otro acierto exterior de Vega.

Quedaba tela por cortar y el San Pablo perdió la concentración pendiente del arbitraje. Ese lapsus le costó en la salida del cuarto periodo un parcial de 9-2, agudizado con sendos triples de Dimitrijevic y de un brillante Harangody para dejar a la Penya a un paso de la victoria.

El 79-71 a 6:10 del final parecía el principio del fin y, de nuevo, los azules se crecieron cuando lo peor lo tenían. Sutton ejerció de líder para despertar a los suyos, apoyados en Lima en retaguardia en su intento por salir a flote. Fue Fitipaldo quien devolvió la esperanza con el 81-81 logrado desde el arco y un mate de Sutton a 3:14 puso de nuevo por delante a los burgaleses.

A partir de entonces, verdinegros y blancos se jugaron sus opciones al triple y ninguno logró su propósito para entrar en el último minuto con ese ajustado 81-83. En el momento decisivo los árbitros no dudaron en castigar con antideportiva una falta táctica de Fitipaldo para dar una oportunidad a la Penya. El rival lo aprovechó desde la línea de personal y con un palmeo posterior de Harangody.

El base uruguayo del San Pablo aún tuvo tiempo de igualar a 85 y con 5 segundos por delante Laprovittola mostró la flor de los elegidos en los momentos importantes para dejar a los burgaleses con un palmo de narices. Algún día...

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