El Correo de Burgos

Fútbol / Segunda B

El Mirandés naufraga en Las Gaunas

El cuadro rojillo encaja una dolorosa derrota frente a la UD Logroñés y tendrá que apretar los dientes en el tramo final de la liga regular para mantener la segunda posición en la general de cara al play-off de ascenso

El CD Mirandés se ha quedado sin margen de error tras la contundente derrota encajada frente a la UD Logroñés-Jose Esteban Egurrola

El CD Mirandés se ha quedado sin margen de error tras la contundente derrota encajada frente a la UD Logroñés-Jose Esteban Egurrola

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El subcampeonato se complica. El Mirandés naufragó ayer en su visita a Las Gaunas, donde sucumbió frente a un Logroñés que ahora reduce a tan solo 1 punto la desventaja que tiene con los rojillos a tres jornadas para la conclusión de la liga regular. Por lo que su margen de error está ya agotado.

Los burgaleses se tuvieron que rendir al peso de la evidencia y los riojanos fueron mejores y aprovecharon las debilidades exhibidas por los de Borja Jiménez, que se vieron por momentos sin capacidad de reacción en la capital riojana.

Con un gran ambiente en Las Gaunas, el duelo por la segunda plaza arrancó con un contratiempo para los castellanos, que veían cómo a los 5 minutos Guridi debía dejar su puesto en el terreno de juego por una lesión muscular. Situación que intentó aprovechar la UD Logroñés. La idea de ambos conjuntos era similar, presión en campo contrario, más descarada la de los burgaleses, y control del balón si se podía para mover al contrario.

En el intercambio de intenciones, los blanquirrojos pronto movieron ficha. En este caso, la situación fue sencilla. Robo de balón, golpeo al espacio para que Marcos André ganara a Sergio González y el delantero se presentó ante Limones batiéndolo con un tiro colocado por debajo de las piernas del portero.

Ni un cuarto de hora y los anfitriones aprovechaban la velocidad para hacer más daño: centro de Juan Iglesias, mal despeje de la zaga visitante y remate de Pedrito que desbarataba Limones en lo que parecía un gol cantado.

Aún gozó Marcos André de un par de acciones en las que le faltó concretar el remate. En la primera cruzó en exceso y con un tiro flojo, mientras que en la segunda buscó la frivolidad con un remate en tijera que no encontró portería. El Mirandés parecía tocado. Necesitaba un estímulo, algo a lo que engancharse porque en media hora sólo había pasado a tener la pelota tras el 1-0.

Así que Paris revolucionó el ataque de los suyos con varias internadas por el perfil diestro. Habría que decir que fue casi el único argumento ofensivo hasta el descanso.

El lateral disfrutó de dos ocasiones para empatar el duelo. Un centro-chut que repelió Miguel y que sacó sobre la línea Caneda, para acto seguido galopar y superar al capitán blanquirrojo, pero con la pelota impactando en el lateral de la red por el costado.

Se entonaba un Mirandés que había monopolizado el dominio de la posesión, pero que no veía la manera de encontrar espacios entre líneas. A excepción de Paris, que se filtró por su banda, la dejó en el área pequeña y el remate de espuela de Rodrigo se marchó fuera.

En la segunda mitad no hubo muchas variaciones. El Mirandés asumía el mando, pero sin aproximaciones ante una UD Logroñés segura de su buen hacer defensivo y capacitada para rematar la faena. El técnico de los visitantes metía en el campo a Claudio Medina y a Yanis en una declaración de intenciones.

Cambio de dibujo, con rombo y dos delanteros. Lo que ofreció el conjunto burgalés fue fragilidad defensiva, puesto que cualquier pérdida se transformaba en gol en contra. Así sucedió en una mala salida de balón, donde Marcos André pisó el área, levantó la cabeza y asistió para Salvador que, tras recortar en la frontal, la puso en el fondo de la red.

Y en medio de la hecatombe, otro robo en la medular, golpeo al espacio para que Marcos André, desde su campo, retara por segunda vez a Limones. También salió victorioso, en esta ocasión picando el cuero para cerrar el partido, si es que no lo estaba ya en ese momento.

Cierto es que lo intentó el Mirandés con algo de orgullo en el último cuarto de hora, donde tiró más a portería que en todo el partido, como en un cabezazo de Matheus que se marchó arriba, un remate de Yanis que tocó lo justo Miguel para que el poste evitara el gol, un cabezazo de Odei que atrapó el meta blanquirrojo y un postrero tiro de Claudio que repelió el portero local. Varias llegadas, pero con poco acierto.

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