El Correo de Burgos

FUTBOL Play off de ascenso a Segunda B

El Mirandés acaricia el ascenso

La escuadra rojilla se impone por 2-0 al Atlético Baleares y afrontará el partido definitivo con una jugosa ventaja

Los jugadores del Mirandés celebran el segundo gol, obra de Álvaro Rey.-JOSÉ ESTEBAN EGURROLA

Los jugadores del Mirandés celebran el segundo gol, obra de Álvaro Rey.-JOSÉ ESTEBAN EGURROLA

Burgos

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CD MIRANDÉS 2

ATCO. BALEARES 0Árbitro: Calderiña Pavón (comité catalán). Mostró tarjeta amarilla a los locales Álvaro Rey, Sergio y Cerrajería, así como a los visitantes Peris, Rovirola, Marcos y Villapalos. Expulsó con roja directa al segundo entrenador del Mirandés Álex Martínez en el minuto 60.

Goles: 1-0, min. 30: Matheus. 2-0, min. 42: Álvaro Rey.

CD Mirandés: Limones, Paris, Kijera, Odei, Sergio, Antonio Romero, Rodrigo (Carlos Julio, min. 74), Álvaro Bravo, Matheus (Claudio, min. 88), Guridi (Cerrajería, min. 82) y Álvaro Rey.

Atlético Baleares: Carl, Rodrigo, Peris, Vallo, Villapalos, Rovirola (Marcos, min. 62), Canario (Hugo, min. 59), Pedro, Nuha (Adrián Hernández, min. 82), Fullana y Samu.La Segunda División está más cerca. Ayer el CD Mirandés encarriló su regreso a la categoría de plata del fútbol nacional. Afronta el partido del próximo domingo en Son Malferit con una importante renta después de superar a su adversario en el último tercio de la primera mitad. 20 minutos de inspiración fueron suficientes para tumbar a un oponente que, al contrario que los locales, no supo aprovechar sus opciones.

El choque comenzó complicado para el equipo burgalés, fuera de sitio y ante un adversario mejor en ese inicio. Pero los rojillos supieron darle la vuelta a la tortilla y aprovecharon su banda derecha -el carril zurdo era la zona más endeble de los visitantes- para tomar ventaja y convertirse en los grandes favoritos para alcanzar la gloria 7 años después.

El conjunto de Borja Jiménez supo sacar provecho de sus ocasiones y lo importante es que las trasladó al marcador. Viajará a Palma de Mallorca con un importante colchón. El vestuario y el cuerpo técnico piden cautela y recuerdan que aún restan 90 minutos en un campo de hierba artificial al que el Atlético Baleares está plenamente adaptado.

El Mirandés llega al último partido del curso con los deberes hechos y con la convicción de que si hace las cosas bien Palma de Mallorca seguirá siendo un lugar mágico en la historia del club.

El conjunto de casa saltó al terreno de juego ansioso, impreciso y a los 20 segundos uno de sus centrales, Sergio, ya tenía una tarjeta. Nuha metía miedo y el Atlético Baleares le buscaba continuamente. El conjunto de Palma estaba más cómodo sobre el césped y al cuadro local no le servía simplemente con las ganas. Quería, pero no encontraba la fórmula para meterse de lleno en el partido.

El primer susto tardó poco en llegar y un disparo de Fullana se fue al larguero después de golpear en un defensor rojillo. Anduva respiró aliviado. Los visitantes habían comenzado con una marcha más y con las ideas claras. Mostraban más aplomo que los rojillos, que lo pasaban mal.

Sin embargo, el avance del cronómetro sentó mejor a los castellanos. Tiraron de ímpetu para equilibrar la balanza y a base de intensidad lo consiguieron. Pronto se pudo intuir que la banda derecha era el camino adecuado. Paris y Rey hacían dudar a sus oponentes y el primer avisó lo protagonizó el extremo en el 19. Hizo un gran control, pero no supo definir.

El Mirandés había encontrado la vía de agua. E insistió. Cuatro minutos después Paris Adot, el héroe de Huelva, estuvo cerca de inaugurar el marcador, aunque Carl metió una pierna salvadora para mandar el balón a saque de esquina.

El conjunto de Miranda de Ebro se había recompuesto. Había superado un complicado inicio y quería mandar. Odei y Sergio tenían ya bajo control a Nuha y la dupla Paris-Bravo castigaba cual martillo pilón el carril zurdo. A la media hora de juego llegó la primera gran alegría.

Paris ganó la linea de fondo y asistió a Matheus que, a puerta vacía, hizo estallar a la marea rojilla. Llegaba el primero, que no solo tuvo efecto en el marcador. El Mirandés pasó a dominar el choque, mientras que los baleares acusaron el golpe. Canario buscó la sorpresa desde fuera del área, pero no encontró portería.

En una jugada calcada a la del 1-0, el Mirandés acarició el segundo, pero en esta ocasión Carl estuvo más rápido que Rodrigo y atrapó el balón. Los rojillos habían olido la sangre y querían acabar con su presa. Fue Álvaro Rey el que hurgó en la herida blanquiazul con un tremendo golazo. Buscó su pierna buena desde el perfil izquierdo y clavó el balón en la escuadra de un impotente Carl.

La eliminatoria cogía un tremendo color mirandesista. El Atlético Baleares tiró de orgullo para acabar la primera mitad en campo contrario y asustó en un saque de esquina, aunque el Mirandés se fue al intermedio con su botín intacto.

Tras el paso por los vestuarios al Atlético Baleares no le quedó otra que dar un paso adelante. Tomó el mando del choque, aunque el Mirandés también parecía a gusto en las nuevas circunstancias. El marcador no le servía de nada a los de Manix Mandiola, que pasaron a jugar de forma continua en el campo rojillo. Sin embargo, a los blanquiazules les faltaba profundidad. Nuha sin metros por delante perdía su esencia.

Los visitantes querían, mientras que el conjunto de Borja Jiménez buscaba la sentencia. Lo intentó Rodrigo en el 55, aunque Guridi no supo acabar la jugada. Con el paso de los minutos el dominio balear se hizo más evidente, aunque no llegaban las ocasiones de verdadero peligro.

Paris estuvo cerca de convertirse otra vez en el héroe, aunque el colegiado no quiso ver un claro penalti de Vallo cuando el navarro ya había chutado. Hugo asustó en el 73 y dos minutos después Marcos volvió a poner en vilo a la grada mirandesista, pero tampoco acertó.

La puntilla estuvo cerca tras un error de Villapalos en el despeje, pero Guridi ni a la primera, ni a la segunda acertó con el que hubiera sido el 3-0. El conjunto visitante lo siguió intentando y en otra transición Cerrajería acarició también el tercero. Las fuerzas llegaron justas al tramo final y el 2-0 no se movió.

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