El Correo de Burgos

FÚTBOL / Fase de ascenso a Segunda División

El Mirandés se cita con la gloria

Solo 90 minutos separan al conjunto rojillo del ascenso a Segunda División -18,00- / El 2-0 de la ida insufla confianza a un grupo que mantiene la guardia alta / El Baleares apela a la épica

Lance del encuentro de ida disputado en Anduva.-JOSÉ ESTEBAN EGURROLA

Lance del encuentro de ida disputado en Anduva.-JOSÉ ESTEBAN EGURROLA

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DIEGO ALMENDRES
Burgos

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BURGOS

El Mirandés maneja con veteranía la presión. No es la primera vez que vive un momento tan importante y ya conoce las dificultades a superar para alcanzar el objetivo marcado. El conjunto rojillo no teme una encerrona (siempre en términos deportivos) en su visita al campo del Baleares y, de la misma manera, huye de la autocomplacencia después del 2-0 logrado hace una semana en Anduva.

La ventaja adquirida es jugosa, pero no definitiva. Asume el combinado de Borja Jiménez que el rival exprimirá el factor emocional para levantar una eliminatoria que tiene cuesta arriba, pero dispone de margen suficiente para practicar su mejor fútbol sin importarle la trascendencia del momento.

En juego, un ascenso a Segunda División. Ya consiguió el Mirandés este ansiado premio en 2012 y lo hizo, precisamente, en el campo del Baleares -entonces el Estadi Balear, hoy en obras-. Era otro proyecto, otro contexto y un rival diferente aunque defienda el mismo escudo. El equipo ferroviario se centra en el presente y pone toda su atención en salir airoso de la difícil misión planteada.

Toda el esfuerzo de la temporada y miles de ilusiones se ponen en juego durante 90 minutos sin tregua. «Es el partido decisivo del año y el más importante a nivel personal», señala Borja Jiménez en la previa. El entrenador rojillo vive su primera oportunidad de dar el salto al fútbol profesional y asegura que tanto él como su equipo están «mentalizados y tranquilos» en las horas previas al choque. «Queremos poner el broche a la temporada», resume.

El entrenador desdramatiza la situación y libera de presión a todos los estamentos del Mirandés. «Soy la persona más tranquila del entorno del club. No hay ningún problema e intento trasmitir esa calma porque esto es fútbol», matiza. «Los problemas importantes de la vida son otros. Lo único que tenemos que hacer es lo mismo que el resto del año y va a salir bien», afirma.  

Enfrente espera un rival enrabietado y unas circunstancias extradeportivas complicadas. El calor y las reducidas dimensiones del terreno de juego condicionarán el desarrollo del encuentro, pero hasta en eso Jiménez busca el lado bueno. «Las altas temperaturas nos benefician porque harán que en algún momento el ritmo sea más lento. Además, nos vendrán bien las condiciones del campo por el plan de partido que tenemos», apunta.

Y es que a estas alturas solo queda centrarse en uno mismo y abstraerse de todo lo demás. De hecho, el Mirandés solo aplicará «cuatro o cinco matices» en su juego porque de nada sirve montar una revolución. «Llevamos 300 días trabajando y lo importante es llegar en las mejores condiciones físicas y mentales», explica. «Si cambiamos ahora la forma de actuar y no sale bien, nos daríamos cabezazos toda la vida. Variar el mensaje a los jugadores sería erróneo», insiste.

Jiménez tiene estudiado al Baleares, un equipo con una «idea clara de juego» que domina la situación en su casa. «Aquí no cambiaron nada y no creo que lo hagan allí porque les ha funcionado», comenta.

A pesar de haber tanto en juego, el Mirandés se prepara para un partido abierto y «con alternativas». «Ellos quieren ganar y nosotros también. Echarnos atrás nos haría sufrir y eso no ayudaría», asume el técnico rojillo, empeñado en ver a un equipo «reconocible» y «sin miedo». «Queremos dominar, ser valientes, agresivos, correr cuando toque, apostar por ataques largos en el momento preciso...», indica, seguro de que llegarán las ocasiones. «El que esté más acertado se acercará a la victoria», avanza.

Se presenta una tarde intensa e histórica en la que puede ocurrir de todo porque en el en el fútbol «no hay nada imposible». Sea como fuere, el Mirandés está preparado para el desafío. «Ya hemos demostrado carácter y orgullo y por eso estoy tan tranquilo», subraya Borja Jiménez.

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