Hernando vuelve a sonreír en Chamonix

BURGOS

La intensa relación que mantiene Luis Alberto Hernando con Chamonix vivió ayer un nuevo capítulo de reconciliación entre deportista y carrera después de que el burgalés lograra la victoria en la prueba de los 100 kilómetros de la Ultra Trail Mont Blanc.

El representante del Adidas no pudo participar en la categoría reina (170 kilómetros) por no acumular los puntos suficientes en una temporada atípica. Sin embargo, quería quitarse la espina clavada tras su abandono de 2018 y lo hizo a lo grande. Atrás queda aquella dolorosa lesión sufrida hace 12 meses. Ahora solo queda disfrutar del éxito logrado en la mítica cita internacional.

Hernando partía como una de las principales referencias a seguir y no defraudó a los aficionados. Y eso que el chino Jiasheng Shen puso la directa de salida con un ritmo infernal. El campeón del mundo, a su ritmo, no se puso nervioso a pesar de que la distancia del asiático crecía por momentos hasta superar los cinco minutos.

Todo cambió en la ascensión a del Grand Col Ferret. Entonces, Hernando se hizo con el control de la situación y se situó en cabeza de carrera en el kilómetro 44 con cuatro horas de esfuerzo acumulado en sus piernas. Ya no cedió el liderato, mientras que por detrás la pelea fue constante para completar el podio. Solo el francés Thibaut Garrivier parecía en condiciones de poner en apuros al del Adidas, quien manejó la situación con veteranía para sentenciar en el último cuarto de carrera. El burgalés llegó en solitario a la meta de Chamonix con un tiempo de 10:28:49, con más de diez minutos de ventaja sobre el propio Garrivier y 17 sobre el checo Jiri Cipa.

«Esta victoria es muy especial porque ha sido una temporada difícil», señaló el ganador en declaraciones recogidas por Marca. «Justo hace un año sufrí en esta carrera una lesión muy seria que me hizo pensar en dejar la competición y ahora he conseguido esta victoria para dedicársela a toda la gente que me ha tenido que aguantar este año en el que he estado más tenso», añadió.

El deportista disfrutó de su dulce revancha personal en una carrera en la que aplicó su guion de principio a fin. «Llevaba más de dos meses sin competir por un esguince y a mí me gusta hacerlo cada tres semanas. Había entrenado bien, pero no sabía cómo iba a funcionar. No pensaba en ganar hasta que quedaban 20 kilómetros para meta, cuando me han dado referencias», comentó a Marca.