El Correo de Burgos

FÚTBOL / Segunda B

Mal menor para el Burgos CF

El conjunto blanquinegro se deja dos puntos más en el camino, pero rescata un empate en un decepcionante partido /El Alavés B jugó a placer en la primera parte y se adelantó en la segunda tras un rechace / Una pillería de Juanma evita un tropiezo mayor

Wilson persigue un balón ante la presión del jugador del Alavés B Perera, ayer, en El Plantío.-ISRAEL L. MURILLO

Wilson persigue un balón ante la presión del jugador del Alavés B Perera, ayer, en El Plantío.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
DIEGO ALMENDRES
Burgos

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BURGOS CF  1

ALAVÉS B  1

Burgos CF: Palatsí; Carlos Martínez (Marcelo, min. 72), Pizzorno, Córdoba, Raúl Sánchez; Undabarrena, Machín (Goti, min. 63), Pisculichi, Borja Sánchez; Juanma; Wilson (Toché, min. 58).

Alavés B: Gonzi; Erik Ruiz, Perera, Paulino (Sarriegi, min. 80), Rodríguez, Genís, Abdallahí (Gualda, min. 47) , Víctor López (Héctor, min. 83), Rodrigo, Pablo Álvarez y Javi López.Árbitro: Pozueta Rodríguez (comité cántabro). Amonestó a los locales Toché, Borja Sánchez y Raúl Sánchez y al visitante Abdallahí.

Goles: 0-1, min. 68: Rodríguez; 1-1, min. 78: Juanma.BURGOS

Solo es el segundo partido de una larga temporada, pero el Burgos CF ya se ha dejado por el camino cuatro puntos que, quién sabe, pueden ser muy importantes en el futuro. El empate en Zubieta de la jornada inaugural perdió parte de su valor después de que los blanquinegros tampoco pudieran ayer con el Alavés B. Juanma aprovechó el único error del rival para rescatar un resultado que evita un mal mayor.

Los más de 6.000 espectadores reunidos en El Plantío tenían muchas ganas de ver en acción al prometedor proyecto de la familia Caselli. Esperaban encontrarse con un equipo dinámico, ofensivo y, sobre todo, dominador de la situación. Son demasiados años compitiendo a merced de las circunstancias. Sin embargo, fue el Alavés B el que asumió el control absoluto en la primera parte.

Hizo bien Fernando Estévez en advertir del peligro de un filial atípico. Seguro atrás, muy físico y vertiginoso en ataque, el bloque blanquiazul fue una pesadilla de tres cuartos de campo hacia arriba. Paulino y Víctor López complicaron la tarde a un Raúl Sánchez multiplicado en banda izquierda, mientras que en la derecha Rodríguez puso en aprietos a Carlos Martínez. El poderío de Rodrigo completó la amenaza de un equipo visitante dueño del partido.

El Burgos fue incapaz de generar peligro hasta el descanso. Sencillamente, no tiró a puerta. Un bagaje demoledor para un equipo construido para marcar diferencias. En este escenario, ni siquiera se notó la presencia de Wilson en punta en sustitución de Toché. El inglés, incómodo como referencia única lejos de la banda y del espacio, apenas intervino porque el conjunto de Estévez no le llevó ni un balón en condiciones.

El Alavés B necesitó tres minutos para mostrar sus intenciones con la primera internada peligrosa y un disparo de Paulino desde la frontal que buscó la escuadra. Lejos de ser un susto puntual, estas acciones resumieron el devenir del partido.

Un centro de Rodríguez desde la izquierda no encontró rematador y se marchó lamiendo el poste. Otro aviso del equipo de Iñaki Alonso, el cual dejó una grata impresión. Después, el mismo jugador vitoriano no acertó a empalmar a la red con todo a favor.

El Burgos competía en arenas movedizas ante una afición confusa. No había rastro de ese conjunto destinado a llevar el peso del juego. Los locales necesitaron 20 minutos para llegar a la zona caliente y forzar un córner sin consecuencias. Intentó estirarse el conjunto de Fernando Estévez y cada vez que hacía ademán de coger el timón respondió el Alavés con una oportunidad. Esta vez fue Rodrigo quien lo intentó con un disparo raso detenido por Palatsí.

El encuentro estaba muy vivo y roto. Ahí, los blanquiazules tenían las de ganar porque sabían exactamente qué debían hacer para hacer cosquillas a un Burgos plano con balón y agobiado sin él. Los blanquinegros pedían a gritos el descanso para ordenar ideas, pero el rival aún tuvo tiempo de disfrutar de otra oportunidad con un cabezazo de Perera a la salida de una falta lateral que se marchó fuera.

No le quedó otro remedió al anfitrión que volver al campo con aires renovados si quería apretar a su adversario. Los castellanos, por fin, tuvieron diez minutos de alegría en su fútbol. La rápida recuperación de balón permitió al Burgos conectar con más claridad, cargando sus opciones por el costado derecho. Borja Sánchez fue el hilo conductor de esta mejora, pero el Alavés B pronto cambió el guión.

El conjunto de Iñaki Alonso se defendió con la pelota. Tocó y tocó con paciencia, aunque sin mucha profundidad. Tampoco la necesitaba en ese momento porque el objetivo principal era enfriar el partido.

Lo consiguió. Y tanto que lo consiguió. Después de protagonizar sin premio varios acercamientos peligrosos antes del descanso, el Alavés B logró su objetivo en una acción aislada. Rodríguez cazó un rechace a la salida de un córner y su disparo desde la frontal, fuerte pero sin colocación, sorprendió al portero burgalés. Era el minuto 68 y los blanquiazules tenían el partido en la mano.

A falta de ideas, de fútbol y de profundidad, al Burgos solo le quedaba echar mano de la casta para salir del apuro. Para ello, Estévez recurrió a la fortaleza física de Marcelo en un intento desesperado por cambiar el guion de un encuentro que ya nació torcido. Al menos, el brasileño mostró que es un jugador interesante.

Los blanquinegros necesitaban algo que encendiera la mecha. Lo que fuera para cambiar la dinámica. Y llegó el momento deseado en una mala cesión al portero que aprovechó Juanma para anticiparse con la punta de la bota y marcar por alto. Respiraba El Plantío y aún tenía más de diez minutos para culminar la remontada. Eso sí, los vitorianos no lo iban a poner fácil.

Gualda tuvo el 1-2 con un disparo a la base del palo que Palatsí despejó como pudo. De ahí hasta el final, nervios, precipitación, ansiedad y prisas. Solo Marcelo tenía la frescura que reclamó la situación y el Burgos tuvo que conformarse con el mal menor del empate. Dos puntos más que vuelan.

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