El Burgos CF se abona a la decepción

BURGOS CF 0 – 1 CALAHORRA

Burgos CF: Palatsí, Carlos Martínez, Raúl Sánchez (Donovan, min. 67), Undaberrena, Córdoba, Albistegui (Marcelo, min. 55), Indiano (Machín, min. 80), Goti, Juanma, Pisculichi y Toché.

Calahorra: Zabal, Yasin, Cristian, José Ramón (Goñi, min. 85), Parla (Echaide, min. 65), Mohamed, Alberto, Jorge Fernández (Manjón, min. 88), Márquez, Chaco y Rojas.Árbitro: García Arriola (colegio vasco). Mostró cartulina amarilla al local Toché; y a los visitantes Rojas y Zabal.

Gol: 0-1, min. 17: Chaco.

El Burgos CF está coleccionando decepciones en su arranque liguero. El combinado blanquinegro parece empeñado en dilapidar su crédito jornada tras jornada en una sucesión de varapalos que han hecho saltar todas las alarmas.

El Calahorra echó ayer sal en la herida del cuadro de Fernando Estévez, que no logra sacar la nave de un mar de dudas. El equipo no encuentra el rumbo y está agotando la paciencia de buena parte de la parroquia. Y de los máximos responsables del proyecto.

Era el momento de hacer buenos los tres empates consecutivos. De dar un golpe de efecto que permitiera a la plantilla recuperar la sonrisa. Pero lejos de conseguirlo encajó una derrota que mina la moral de una escuadra llamada a pelear por cotas mayores. Al término del primer mes de competición el Burgos CF transita con más pena que gloria por los puestos peligrosos de la general -actualmente ocupa el puesto de play-out-.

La historia se repite y el equipo tuvo que remar de nuevo a contracorriente para intentar enjugar un tempranero tanto de los riojanos, que convirtieron el carril derecho de su ataque en una autopista. Como viene siendo habitual la imagen mejoró tras el descanso, pero no fue suficiente para evitar la debacle en El Plantío.

Tal y como estaba previsto el regreso de Indiano a la medular fue la novedad principal en el once inicial de Fernando Estévez con respecto al equipo del pasado domingo en Haro.

Fueron los riojanos quienes primero rondaron el área rival en una acción por la derecha en la que el lateral Yasin disparó cruzado desde el pico del área chica. Undabarrena se lanzó al suelo para despejar el peligro bajo palos cuando una buena parte de los aficionados todavía se estaban acomodando en sus localidades.

El Burgos CF se había conjurado para asumir un protagonismo en el juego que hasta el momento no ha encontrado. No estaba dispuesto a verse sorprendido por el Calahorra y tomó la batuta del partido en la primera oportunidad en la que los de El Plantío pudieron reunir sobre el césped a los dos centrocampistas llamados a liderar el juego ofensivo: Indiano y Albistegui.

Sin embargo, cuando mejor pintaban las cosas el cuadro riojano demostró una vez más su peligrosidad en las transiciones. Una contra de libro que inició Yasin por el costado derecho la continuó Márquez, cuyo pase desde la línea de fondo fue rematado en boca de gol, absolutamente libre de marca, por Chaco, que empujó el cuero a placer al fondo de las mallas.

Otra vez, y van cuatro, el Burgos CF comenzaba por detrás en el marcador. Una costumbre demasiado arraigada. Y excesivamente peligrosa. Más cuando enfrente esperaba un contrincante sin demasiado brillo, pero que ha logrado conformar un bloque rocoso y tremendamente dinámico.

Y que por delante en el marcador es un rival de armas tomar. El ex jugador blanquinegro Jorge Fernández asumió en los minutos posteriores los galones del Calahorra en ataque. Primero en un centro chut desde el costado izquierdo y acto seguido en un lanzamiento de falta que se perdió por poco por encima del travesaño.

Los fantasmas de otras épocas sobrevolaban de nuevo El Plantío. La situación no contribuía sino a multiplicar la ansiedad de una plantilla que no da con la tecla para impulsar el ambicioso proyecto a los puestos de honor a los que aspira.

Aunque tímidamente, los anfitriones trataron de recuperar el pulso con una internada de Goti por el costado derecho. Pero no era un argumento suficiente para engancharse a la vida. Ni para conectar con una grada demasiado acostumbrada a los varapalos.

Cuando el fútbol escasea, como es el caso, es necesario que aparezca el carácter. Pero no es algo de lo que vaya sobrada esta plantilla, con más nombres que arrestos.

Pese a la falta de claridad y continuidad, el Burgos CF tuvo la oportunidad para devolver las tablas al marcador en los compases finales del primer acto en una jugada embarullada en la que Toché, tras un rechace y un fallo del portero, cabeceó un balón con todo a su favor y con el guardameta vencido. Pero el capitán del Calahorra se interpuso en su trayectoria para despejar el balón bajo palos a saque de esquina.

Poco después tampoco subió al marcador un tanto de Juanma anulado por fuera de juego muy protestado por la grada. Pisculichi había filtrado una buena asistencia pero el asistente se equivocó y perjudicó los intereses blanquinegros.

Otra vez tocaba refrescar las ideas en el vestuario. E incrementar el ritmo y las pulsaciones. Si no por argumentos futbolísticos, la reacción debía llegar por el camino del orgullo -como en la jornada anterior en Haro-.

Los blanquinegros buscaron la igualada en el arranque de la segunda mitad en una acción por la izquierda. Toché prolongó el balón hacia el segundo palo, donde Goti no acertó en el remate -su disparo no encontró los tres palos-.

Estévez tuvo que echar mano del ‘plan B’, por lo que de inmediato dio entrada al terreno de juego a Marcelo para formar pareja con Toché en la punta del ataque. Sumó efectivos a la delantera, dejando a Indiano como único pivote. Y el objetivo era ahora alternar la triangulación con el juego directo. El cambio revitalizó por momentos la punta del ataque burgalesista. A la hora de juego una jugada que inició Goti por la derecha terminó en el costado izquierdo sobre la llegada de Pisculichi, que tras recortar a su par cargó su pierna zurda para disparar. Pero un defensor visitante despejó el chut a saque de esquina.

Pero el Calahorra se encontraba cómodo cediendo metros y buscando su oportunidad a la contra. En una transición por la derecha Parla puso a prueba a Palatsí, que detuvo con seguridad por abajo.

El Burgos CF consiguió enchufarse en el duelo y gozó de su mejor ocasión hasta el momento en el 65 en un disparo raso y potente del murciano Toché que se estrelló en la base del poste.

El técnico granadino quemó todas sus naves con 20 minutos por delante en una extraña carambola en la que situó a Donovan en la banda izquierda del ataque, pasando a Juanma a la derecha -y retrasando al multiusos Goti al carril zurdo de la defensa-.

Y pudo ser peor, puesto que los riojanos montaron una perfecta contra en el 75 con la que se plantó en las inmediaciones del área de Palatsí en superioridad numérica. Menos mal que en esta ocasión Márquez se llenó de balón por la izquierda y no fue capaz de servir el balón al otro costado, donde llegaban dos compañeros al remate.

El duelo agonizaba y Estévez agotó los cambios con la entrada de Machín por un cansado Indiano. Ni por esas. Y eso que Toché, en el 81, dispuso de una buena oportunidad. Bien perfilado por la izquierda su disparo con el interior lo atajó Zabal en el mano a mano.

Para ese momento el Calahorra ya protegía su mínima ventaja con el cuchillo entre los dientes y acumulando más efectivos por detrás del balón, haciendo todavía más difícil las intentonas del Burgos CF. Pero no renunciaban tampoco a generar peligro, como en un disparo de Jorge Hernández que se perdió por encima del larguero.

Ya en el descuento intentaron rescatar un punto sin fortuna Pisculichi desde la frontal y Donovan, que envió a las nubes un buen servicio de Juanma.