Fútbol / Segunda B
Examen de conciencia
El Burgos CF varió ayer su plan habitual de trabajo / Celebró una larga charla en el vestuario para analizar errores y conseguir que el equipo cambie la dinámica de inmediato
Indiano protege un balón ante un jugador del Calahorra en el choque del domingo-Santi Otero
Una ilusión desbordada, como hacía mucho tiempo no se vivía por estos lares, ha dado paso muy pronto a la aparición de los primeros pitos en El Plantío. El Burgos CF, que inició la temporada como uno de los rivales a batir en la lucha por los puestos que dan derecho a la disputa del play-off, ha arrancado la Liga haciendo aguas y muy lejos del nivel que se presume a una plantilla confeccionada con mimo y a golpe de talonario.
Tras la disputa de las cuatro primeras jornadas aún no conoce la victoria. Y lo que es peor, las sensaciones que transmite sobre el césped distan mucho de las de una escuadra con aspiraciones de ascenso. Pero la Liga está aún dando sus primeros coletazos y hay tiempo suficiente para remontar el vuelo.
Al menos si Fernando Estévez es capaz de dar con la tecla para solventar los problemas que están metiendo plomo en las alas al nuevo proyecto deportivo del cuadro de El Plantío. Y que a juicio del entrenador granadino son fundamentalmente dos: la intensidad y los desajustes defensivos.
POCO RITMO
El técnico del Burgos CF no encuentra la solución para que su equipo salga más concentrado y con mayor ritmo a los encuentros. Hasta el momento, en las cuatro primeras jornadas de competición, las primeras partes han sido un gran lastre para los castellanos. En tres ocasiones encajaron tantos en los primeros minutos (contra la Real Sociedad B, el Haro y el Calahorra) y en otra, ante el Alavés, no recibieron goles, pero se vieron completamente superados por su oponente de turno.
Es un problema que ha intentado corregir Estévez variando su formato habitual de entrenamientos con el objetivo de introducir la intensidad como concepto más importante -por encima de los fundamentos tácticos puntuales que exige cada rival de turno-.
LATERAL IZQUIERDO
Y el preparador de los de El Plantío introdujo el pasado domingo, tras la derrota frente al Calahorra, un nuevo elemento en la ecuación, el de los desajustes defensivos. La retaguardia blanquinegra se está mostrando muy endeble -ha encajado goles en todos los duelos disputados-. Esta se ha convertido en la principal preocupación del cuerpo técnico, pues los errores -individuales y colectivos- están lastrando gravemente las opciones de los burgaleses.
El quebradero de cabeza más complejo de Estévez tiene que ver con la solución que puede dar al agujero negro que tiene la escuadra por los laterales, con especial incidencia en el carril zurdo.
Y es que las soluciones de última hora encontradas en el mercado no están cubriendo, ni mucho menos, las expectativas. Carlos Martínez no tiene todavía ritmo de competición y Raúl Sánchez está teniendo dificultades para adaptarse a la posición de lateral -siempre había jugado en posiciones más adelantadas-.
CHARLA TERAPÉUTICA
La dolorosa derrota del domingo ha obligado al cuerpo técnico a cambiar el guión habitual. Así las cosas la sesión de recuperación posterior a cada encuentro se vio ayer reducida a la mínima expresión debido a una larga una charla ‘terapéutica’ en el vestuario.
El cuerpo técnico, que asumió el domingo la mayor parte de la responsabilidad por los pobres resultados cosechados por el equipo hasta el momento, leyó la cartilla a los jugadores en busca de una reacción que permita remontar el vuelo, haciendo hincapié en la necesidad de mejorar en los dos capítulos reseñados anteriormente.
EL MIÉRCOLES, AMISTOSO
El plan de semanal de trabajo se verá esta semana trastocado por el encuentro amistoso que jugará mañana el primer equipo en El Montecillo contra la Arandina en el Trofeo Virgen de las Viñas (18,30 horas). El partido forma parte del convenio de colaboración firmado entre ambas entidades este verano y que se tradujo también en la cesión de los blanquinegros Steylor, Soto y Munguía al cuadro ribereño.