Confirmado: el San Pablo está de vuelta

SAN PABLO BURGOS  91

HAPOEL JERUSALEN  84San Pablo Burgos: Clark (13), Barrera (-), McFadden (7), Bassas (7), Lima (11) -quinteto inicial- Tokoto (3), Fitipaldo (2), Benite (26), Vega (3), Rivero (19).

Hapoel Jerusalén: Cousins (-), Feldeine (15), Braimoh (3), Thomas (18), Brown (22) -quinteto inicial- Blatt (10), Timor (-), Levi (-), Zalmanson (-), Lockett (14), Kupsas (2).Árbitros: Rosso (Francia), Sharapa (Bielorrusia) y Straube (Alemania).Eliminados: Cousins (min. 36) y Braimoh (min. 40)Descalificado: Fitipaldo (min. 32).Parciales: 26-22; 47-42 (descanso); 68-56; 91-84 (final).BURGOS

Sí, el San Pablo Burgos está de vuelta. Lo avisó en los últimos partidos de la racha negativa, se reafirmó en liga ante el Betis y ayer se dio un baño de moral después de vencer a uno de los favoritos al título. El Hapoel Jerusalén acabó rendido ante un conjunto morado intenso y seguro de sus opciones en una noche complicada. La primera sin Huskic, reemplazado a la perfección por Rivero. Después, Benite puso el lazo al tercer éxito continental de los castellanos.

El Hapoel ofreció una muestra de su potencial en un primer cuarto convertido en un intercambio de golpes. Los azules cargaron de salida con Lima para contener el peligro visitante en las acciones de uno contra uno. A partir de ese movimiento los hebreos buscaban al tirador liberado o culminaban la acción cerca del aro para obtener las primeras ventajas. El 4-0 del comienzo quedó minimizado en un abrir y cerrar de ojos con un parcial de 1-9 confirmado con el 12-17.

Thomas hizo mucho daño a un San Pablo sólido en el rebote. Además, los castellanos aceptaron el cuerpo a cuerpo y siguieron la estela de un Hapoel sorprendido con la entrada en pista de Jasiel Rivero. El cubano fue el factor clave de esta fase del choque y dio un impulso fundamental a su equipo.

Fueron grandes minutos en los que el cubano mostró todo su repertorio ofensivo. Anotó cerca del aro, cargando el rebote, de media distancia y desde la línea de tres puntos para anotar 14 puntos casi consecutivos entre el final del primer periodo y el inicio del segundo acto.

Benite -quien reservó lo mejor para el final- completó la aportación del interior, a quien le tocó bailar con el gigante Kupsas en un duelo desigual del que salió como claro vencedor gracias una energía que contagia al resto del grupo.

La ventaja del San Pablo parecía asentada. Tras el 28-22, los locales crecieron hasta los 10 puntos de renta. Ese 35-25 era prometedor y, sin embargo, dio paso a un escenario muy diferente en un encuentro que se enrareció de repente.

El Miraflores ya sabe cómo se las gastan los árbitros de la ACB y ahora también conoce la facilidad de gatillo de los jueces europeos. Una clara falta no señalada a Benite y la discutible carga de personales de Fitipaldo, con técnica exprés incluida, dieron al Hapoel el oxígeno que necesitaba. Feldeine, con dos triples consecutivos, confirmó el cambio de tendencia.

Los árbitros siguieron a lo suyo en un empeño que no venía a cuento y llevaron el juego a unas arenas movedizas que a punto estuvieron de desestabilizar al San Pablo. Los ayer morados tuvieron la capacidad de agarrarse a la pista en una situación complicada. Afortunadamente, el Hapoel desperdició varias ocasiones para adquirir un colchón interesante y ese 35-36 no fue suficiente para sacar del partido a los anfitriones.

Benite asumió la responsabilidad con menos acierto del que hubiera deseado en ese momento delicado. Para entonces la primera tormenta arbitral ya había amainado y el arreón final del segundo cuarto sirvió para devolver la calma a la cancha y al marcador (47-42).

Agradece el equipo de Peñarroya el trabajo sucio de Lima, quien tuvo su espacio para brillar cerca del aro. También Clark. La consistencia del brasileño y otro cambio de criterio en las personales presentaron un nuevo tramo del partido en el que Feldeine quiso ser protagonista.

El San Pablo frenó en seco al exterior con el 58-49 mediado el tercer cuarto, otro pasito en una noche que aún tenía mucho que ofrecer. También los árbitros, sumidos en una espiral compensatoria -igual de absurda- que los morados debían aprovechar.

No pudo abrir brecha, si bien de nuevo Rivero tiró del carro para desatascar a los locales con su particular chispa. La pelea tuvo premio y otros cinco puntos a base de garra, adornados con una canasta de Fitipaldo, estiraron la cuerda hasta el 68-56.

Lo tenía encarrilado el San Pablo, algo que los árbitros parecieron no aceptar sin antes decir su última palabra en una actuación sin pies ni cabeza. Querían un poco más de atención y descalificaron al propio Fitipaldo al ver su segunda técnica por flopping.

No contaban con que Benite respondiera de la mejor manera, jugando al baloncesto. Siete puntos del brasileño iniciaron su espectáculo personal y fijaron el 75-62. Poco después volvió a escena para contener el penúltimo intento de reacción hebreo. Los visitantes pisaron el acelerador en busca de un cambio de tendencia que no se produjo porque así lo quiso el ‘8’ local.

Benite ya acumulaba 23 puntos y los de Peñarroya mandaban por 9 a 3:35 del final con el 85-76. El recital del exterior fue providencial y Clark, siempre oportuno, se sumó a la inercia para dejar al San Pablo a un paso del éxito. La rúbrica correspondió, como no podía ser de otra manera, al mejor de la noche -con permiso de Rivero- con 17 puntos en la segunda parte. Brillante.