FUTBOL Segunda División B
El Unionistas sonroja al Burgos CF
El conjunto local pierde un partido en el que fue mejor la primera media hora y después desapareció
Juanma, abatido a la finalziación del choque, junto a dos jugadores del Unionistas que celebran la victoria.-SANTI OTERO
BURGOS CF: 0
UNIONISTAS: 3Árbitro: Pérez Muley (comité madrileño). Mostró tarjeta amarilla al local Pizzorno, Pisculichi y Córdoba, así como a los visitantes Zubiri, Portilla y Álvaro.
Goles: 0-1, mi. 29: Javi Navas. 0-2, min. 37: Zubiri. 0-3, min. 56: Garrido.Burgos CF: Palatsí, Andrés (Pisculichi, min. 57) Raúl Sánchez, Carlos Martínez, Aitor Córdoba, Pizzorno (Marcelo, min. 51), Undabarrena, Borja Sánchez, Wilson (Indiano, min. 75), Toché y Juanma.
Unionistas: Brais, Zubiri, Ribelles, Piojo, Javi Navas, Guillermo (Gallego, min. 72), Garrido (David Grande, min. 58), Pedro, Portilla (De la Nava, min. 59), Álvaro y Góngora.El Burgos CF acabó zarandeado por un Unionistas que llegaba a la cita como último clasificado y víctima propiciatoria para que los blanquinegros levantaran la cabeza después de dos derrotas consecutivas. El equipo local acabó goleado por un rival al que en los primeros minutos se le vieron las costuras, pero que acabó jugando a placer.
La escuadra que dirige José María Salmerón se diluyó como un azucarillo en leche caliente cuando el choque se le puso en contra. Tras el primer gol de los salmantinos el panorama fue desolador. La impotencia y la frustración se apoderaron de un Burgos CF que ayer tocó fondo. El entrenador almeriense se aferra al trabajo diario para revertir la situación, aunque los males del equipo parecen más complejos y quizás emplearse a fondo en cada entrenamiento no es suficiente para voltear la dinámica.
Cuando un oponente que había encajado 8 goles en los 2 últimos partidos y nunca en esta campaña había dejado la portería a cero te gana por 0-3 es para hacérselo mirar. Lo grave no es perder, sino la forma en la que lo hizo el cuadro de la ribera del Arlanzón.
El Unionistas se limitó a aprovechar los regalos de un equipo blanquinegro que acabó siendo un juguete roto en manos de un conjunto que no demostró nada fuera de lo normal en el choque de ayer. El conjunto de casa se lo puso demasiado fácil.
Los errores siguen acompañando la trayectoria de los blanquinegros y ayer le penalizaron sobremanera. La escuadra charra marcó en sus dos primeras ocasiones. A partir de ahí ya no hubo partido.
Aunque suene agorero, conviene echar un vistazo al retrovisor para tener clara la distancia con respecto a la zona pantanosa de la tabla. De momento no han saltado las alarmas y la ventaja con el puesto de play out sigue siendo de 4 puntos. Levantar la mirada hacia los cuatro primeros puestos es en estos momentos una pérdida de tiempo.
BUEN INICIO
El inicio del partido fue esperanzador y es que el Burgos CF se hizo de inmediato con las riendas del choque y pisó el área charra con asiduidad. Los blanquinegros tenían un ritmo superior a un oponente muy dubitativo en defensa y que lo pasaba mal en cada acometida local. La primera ocasión para los de casa llegó en el 8. Borja dio un buen pase a Wilson, pero el control del inglés no fue bueno y Brais le ganó en el mano a mano.
El Burgos CF era mejor que su adversario. Al Unionistas le duraba un suspiro el balón en su poder y sufría en defensa en todas las acciones ofensivas de los locales. Wilson, muy activo en el inicio, lo volvió a intentar en el 11. Optó por el disparo cuando tenía a Borja solo y el balón se le fue por encima del larguero.
Parecía que el gol blanquinegro llegaría en cualquier momento y Wilson volvió a tener una gran ocasión en el 13. En esta oportunidad hizo un gran control, pero le falló el remate, que se fue al lateral de la red.
Las riendas seguían en poder de los burgaleses, aunque el ritmo inicial descendió. Pese a todo en el 23 llegó la mejor ocasión de la primera parte para los de casa. Toché se deshizo del portero, aunque se quedó muy escorado. Optó por el pase y cedió el esférico a Wilson. Brais estaba fuera de la portería, pero un defensa sacó el remate del británico.
Del 1-0 se pasó al 0-1 en solo dos minutos. Garrido disparó desde la frontal, el balón pegó en un defensa burgalesista y pegó primero en un palo y después en el otro. Javi Navas empujo a la red. Lo sorprendente es que ningún jugador del Burgos CF acudió al rechace.
El gol supuso un tremendo mazazo para los blanquinegros. Fue un golpe en su zona de flotación. El Unionistas creció de la misma forma que el conjunto de José María Salmerón se vino abajo.
La película de terror había comenzado y continuó hasta el final del choque. El segundo estaba al caer y subió al marcador en el 37. Álvaro probó a Palatsí desde fuera del área y el guardameta mandó el balón a saque de esquina. A la salida del córner hubo un rechace en el segundo palo y Zubiri, con dos jugadores blanquinegros junto a él, remató al fondo de la portería.
Se llegó al descanso con un marcador más que preocupante y un equipo camino de la depresión. El Unionistas estaba crecido y ya no era el conjunto timorato de los primeros minutos. Esa condición se la trasladó al Burgos CF, una caricatura de lo fue en los compases iniciales.
Wilson tuvo una buena ocasión nada más salir de los vestuarios, lo que animó a la parroquia local. Salmerón optó por el 4-4-2 de inicio para poco después dar entrada a Marcelo y aumentar el poder ofensivo de los suyos. Lo que llegó fue el 0-3.
Javi Navas le ganó la partida a Raúl Sánchez por la banda derecha, puso el balón en el área y Garrido se adelantó a la defensa para hacer el tercero del conjunto charro. La puntilla llegó en una jugada que dejó retratada al conjunto burgalés.
A partir de ahí no hubo partido. El Unionistas trató de nadar y guardar su preciado tesoro y el Burgos quiso maquillar el marcado, aunque para entonces el equipo estaba ya hundido y superado por las circunstancias. Marcelo pudo marcar en el 65 y Toché en el 73, pero tampoco acertaron en dos acciones muy claras. Incluso el Unionistas pudo aumentar su ventaja en una estrategia que remató Zubiri. Jorge Palatsí evitó el cuarto gol de los visitantes.
De ahí hasta el final, un querer y no poder de un equipo que desesperó de tal forma a su afición que al final se tomó a cachondeo el severo correctivo que recibieron ayer los suyos. Como no podía ser de otra forma los pitos y abucheos fueron la despedida de la masa social a su equipo.