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El Mirandés tumba al Huesca

El conjunto rojillo da una lección de pegada al contragolpe para hacerse fuerte en su fortín de Anduva / Merquelanz abrió el marcador y Antonio Sánchez dio la puntilla

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El Mirandés cerró 2019 en Anduva con una nueva alegría. El cuadro rojillo regresó a la senda de las victorias ante uno de los gallitos de la categoría, el Huesca, con un recetario tan conocido como eficiente. Seguridad en defensa, salidas veloces en transiciones muy bien construidas y efectividad ante el marco rival.

Dos zarpazos en la segunda parte de Merquelanz y Antonio Sánchez fueron suficientes para amarrar un valioso triunfo ante un rival que tuvo más la pelota, pero que careció de verticalidad, esa que le sobra al once de Iraola.

Daba inicio el choque con tres novedades en el once rojillo, Alexander -ex del Huesca-, Merquelanz por zurda y Malsa para galvanizar en la zona ancha ante un Huesca que revolucionaba sobre todo su zaga tras el 0-2 ante el Rayo. El inicio fue muy reñido, con ambos conjuntos tratando de hacerse con el control de la medular. Poco a poco parecía tocar mejor el Huesca con un primer aviso de Raba desde la frontal de zurda y un Limones atajando con seguridad.

Los rojillos buscaban las referencias de Rey y Merquelanz para generar desde las bandas, con una primera opción en una volea lejana de Alexander que puso en apuros a Álvaro al paso por el cuarto de hora. Seguía el encuentro sin un dueño claro y con un colegiado muy permisivo.

Y a los 22 minutos, un robo del Mirandés en la medular acabó en una contra perfectamente generada en tres toques, balón final para Antonio Sánchez tras pasar por Marcos y Merquelanz, con tiro del 28 local que despejó a córner Álvaro Fernández en una clarísima opción de gol.

Y es que los locales estaban aclarando conceptos, seguridad desde una buena disposición defensiva y salidas veloces a la contra ante un Huesca que pisaba más el campo adversario pero sin claridad de ideas en sus acciones de ataque. Llambrich llevaba el mayor peligro aragonés por la derecha y al Mirandés le costaba construir juego.

Así, otra pérdida absurda del Huesca a la media hora generaba una contra cortada en principio por Eugeni y que acababa con centro al área para el testarazo en escorzo de Marcos André en difícil posición que atrapó el arquero visitante. Los de Míchel tocaban con más paciencia ante el vértigo de las transiciones mirandesistas, con mucho más peligro para los locales. Eso sí, Limones intervenía bien ante un chut de Mikel Rico al paso por el minuto 35.

Acababa mejor el Mirandés el primer acto, llegando y percutiendo pero sin hallar el último remate, y con un susto en el 45 en falta colgada al área local con remate alto de Josué Sá. Dos recetas contrapuestas sellaban la primera parte en el expediente sin que el marcador hubiera sufrido alteraciones.

Y casi las hubo a los diez segundos de la reanudación en una diagonal de Álvaro Rey tras el saque de centro que acababa en trallazo para el despeje de Álvaro. Se animaba el juego y respondía el Huesca con disparo de Escriche muy escorado para la buena parada de Limones.

Sufría el Mirandés porque los oscenses se adueñaron del esférico, gran trabajo rojillo en defensa ante una serie de peligrosos centros visitantes, hasta que por fin los de Iraola pudieron desplegar una contra perfecta, con remate raso de Merquelanz que se perdió a un palmo del palo altoaragonés. Y en la ida y vuelta del juego, Odei taponaba muy oportuno un disparo cercano del veterano Mikel Rico.

A la hora de juego una gran jugada del ataque con asistencia de Marcos André a Merquelanz, con zurdazo cruzado a las mallas a media altura sirvió para hacer el 1-0. Tras el tanto se lanzó el Huesca a un furioso ataque con ocasiones de Okazaki y Pulido en un córner.

El Mirandés se resguardaba atrás buscando ese arte que tan bien domina, transiciones en un parpadeo con un Marcos André omnipresente bien secundado por Antonio Sánchez.

Ivi López asustaba con un zapatazo que se marchó fuera y Okazaki, al paso por el 72, chutaba a la madera. Pero en el fútbol las ocasiones hay que aprovecharlas, y un despeje en largo del Mirandés en el 75 generaba una contra perfecta entre Álvaro Rey y Merquelanz. Este último asistió a Antonio Sánchez para que el balear hiciera el 2-0. Media hora y espléndido el panorama para un Mirandés que estaba jugando sus bazas a la perfección.

El encuentro se fue apagando entre acercamientos de un Huesca carcomido por las prisas y la sobriedad defensiva de un Mirandés con la mala noticia del cambio de Alexander González tras hacerse daño el lateral derecho venezolano. No sufría el equipo, seguro con esa renta cómoda de dos dianas y anticipándose casi siempre en los balones divididos a un adversario menos corajudo.

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