El San Pablo da la campanada

BASKONIA  74

SAN PABLO BURGOS  82Baskonia: Vildoza (3), Henry (5), Stauskas (20), Shengelia (13), Eric (2) -quinteto inicial- Vildoza (3), González (-), Janning (6), Diop (9), García (-), Fall (-), Shields (13), Polonara (3).San Pablo Burgos: Bassas (9), Clark (13), McFadden (19), Benite (19) y Lima (10) -quinteto inicial- Barrera (-), Stevic (5), Fitipaldo (4), Rivero (3) y Salvó (-).Árbitros: Hierrezuelo, Mendoza y Torres.

Eliminados: No hubo.

Parciales: 16-18; 31-32 (descanso); 56-54 y 74-82 (final).Cuando Peñarroya insiste en que no hay rival invencible se refiere a triunfos históricos como el logrado ayer por el San Pablo en el Buesa. Por mucho que el Baskonia viva una crisis galopante y se encuentre en pleno proceso de transición, nadie arrebatará al conjunto castellano un mérito que, además, vuelve a alimentar el sueño de la Copa del Rey.

Los ayer blancos llevaron el control durante gran parte del encuentro y se agarraron con las dos manos a la pista ante la reacción de un Baskonia enredado en la defensa visitante en el momento decisivo. La ansiedad vasca se encontró con la templanza de un equipo burgalés que, esta vez sí, sacó provecho de un final ajustado.

Clark quiso asumir la responsabilidad en una primera parte aciaga y marcada por los fallos en los tiros liberados, los lanzamientos forzados y los dolorosos errores a dos centímetros del aro. Stauskas y Shengelia, por su parte, tiraron del carro azulgrana para situar un preocupante 7-1 de salida que el Miraflores pronto resolvió gracias al acierto exterior de Bassas.

A pesar de las pérdidas y de los bajos porcentajes, los visitantes se las ingeniaron para tomar la delantera con el 13-16. El Baskonia sufrió en la dirección y no dio con la fórmula deseada para hacerse con el timón de un choque en el que ambos equipos se contagiaron la precipitación y las malas decisiones.

El rebote fue otro problema a solucionar y, sin embargo, el electrónico premió al combinado castellano. El Baskonia se abrazó al triple en esta fase para mejorar sensaciones, efecto contrarrestado por un Benite que une al talento individual la capacidad para esperar su momento en cada encuentro.

Siete puntos consecutivos del brasileño aliviaron a los ayer blancos, quienes colapsaron la zona para ganar seguridad en defensa. A pesar de la sequía anotadora y de la inexplicable falta de fiabilidad desde el tiro libre, los visitantes aguantaron el pulso. El Baskonia estaba tocado y solo había que mover el árbol para que cayera el fruto, pero los de Peñarroya tampoco estaban para grandes alegrías.

Primero Stevic y después un colosal Lima aportaron el equilibrio que demandó la situación y guiar al San Pablo Burgos al descanso con un más que positivo 31-32. Para entonces, Clark ya acumulaba un 1/10 en tiros de campo.

En el ambiente flotaba la sensación de que los visitantes desperdiciaron su gran oportunidad para hurgar en la herida de su poderoso rival. Antes o después el Baskonia tenía que reaccionar y lo hizo después de una buena salida burgalesa en el tercer cuarto. Dos canastas fáciles y, por fin, un triple de Clark fijaron la máxima del partido.

Sin embargo, ese 35-42 pronto quedó reducido a anécdota. Berrocal pidió a los suyos atrevimiento en los tiros y Stauskas pisó el acelerador para desperezar al gigante dormido. El 47-47 confirmó una tendencia peligrosa a la que se sumó Hierrezuelo con dos técnicas consecutivas señaladas a un cuadro burgalés que tuvo que dar por bueno el 56-54 del final del tercer periodo.

Eso sí, Peñarroya debía corregir muchas cosas en un equipo que ya no tenía ni la fluidez ni el control deseados. El Baskonia había encontrado su sitio en la pista y protagonizó un arreón abanderado por Shields que pareció el principio del fin con un peligroso 64-57. Los azulgrana subieron el nivel defensivo y zarandearon a un San Pablo que recuperó la verticalidad para lanzarse a la yugular.

La defensa azul respondió al desafío, puso el cerrojo a su aro y se lanzó a por la victoria con dos triples de McFadden y otro acierto exterior de Benite. El Baskonia no se rindió y respiró con un triple afortunado de Diop que, lejos de meter el miedo en el cuerpo a los castellanos, encontró respuesta inmediata con una canasta fundamental de Bassas y una defensa clave de Clark sobre Shengelia.

Solo quedaba un minuto y Benite sacó su talento para estirar la goma hasta el 72-78 antes de un último intercambio de errores que benefició a un San Pablo de nuevo subido al tren que conduce a la Copa del Rey.