Colección de despropósitos

El Burgos CF ha agotado su crédito. Ha dilapidado de forma escandolosa el ingente caudal de ilusión generado en la parroquia blanquinegra con el desembarco de la familia Caselli al frente del club. Los resultados y las elevadas pretensiones deportivas discurren por caminos opuestos, al menos hasta el momento.

La plantilla inició ayer sus vacaciones navideñas (disfrutará de 6 días de asueto) con el equipo en situación de riesgo evidente, a tan solo 2 puntos de distancia de los puestos de descenso y a solo 1 del play-out. Una situación harto compleja para un club que ha realizado el mayor desembolso de su historia reciente para conformar un proyecto que aspirara al ascenso a la categoría de plata nacional.

Lejos de descansar, la recién creada dirección deportiva tiene mucho trabajo por delante en el mercado invernal, del que dependerá en buena medida la capacidad de reacción del proyecto.

Y mientras, los Caselli han convocado un gabinete de crisis para resolver el entuerto. Pero todavía no se ha hecho pública ninguna decisión -se aplazará puesto que Franco volaba ayer hacia Argentina-. En caliente, al término del choque, el presidente expresó a sus allegados -y a algún aficionado que se había desplazado a Leioa- su más que evidente malestar con el pobre bagaje que Salmerón está consiguiendo desde su llegada al banquillo.

Los números hablan a las claras de la trascendencia de la debacle deportiva de un bloque confeccionado a golpe de talonario. El Burgos CF solo ha sido capaz de sumar 1 punto en las 6 últimas jornadas ligueras, lo que le ha hecho perder todo el colchón que tenía con la zona peligrosa -y tirar por la borda sus esperanzas de llegar a Navidad en la mejor posición de partida posible para intentar en la segunda vuelta dar una giro de tuerca que le permitiera luchar por los puestos de play-off-. Algo que se antoja harto complicado a estas alturas de la película.

Las sensaciones de la escuadra sobre el terreno de juego no invitan precisamente al optimismo. Tras firmar 4 victorias en 5 jornadas con la llegada de Salmerón al banquillo (el primer triunfo lo logró Fosky) el cuadro blanquinegro se ha derrumbado. El técnico almeriense alertó desde su llegada al Burgos CF que el equipo tenía muchas carencias, que no han hecho sino acentuarse en las últimas actuaciones.

Y es que los de El Plantío han tirado por la borda lo que se presentaba como un calendario favorable en el último tramo de la primera vuelta de competición -excepción hecha de los envites ante Logroñés y Valladolid B-. Pero ha fracasado con estrépito contra los rivales que ocupan puestos de descenso, cayendo goleado ante Unionistas (colista en su día) por 0-3; a domicilio ante el Guijuelo por el mismo resultado; salvando un punto in extremis y de penalti ante un Izarra en la cuerda floja (1-1) y para rematar la faena, firmand un partido que rozó lo ridículo en Sarriena ante el Leioa (5-0).

Todo ello con un balance de 16 goles encajados y tan solo 1 anotado (desde los 11 metros). Cifras más que preocupantes y que han encendido todas las alarmas entre los propietarios del club, que se han pasado las últimas horas manteniendo conversaciones con cuerpo técnico, jugadores e incluso aficionados en busca de una solución para un proyecto que hace aguas.