El Correo de Burgos

BALONCESTO / ACB

A un paso de la Copa del Rey

El Hereda San Pablo vence al Manresa y llega al desenlace de la primera vuelta en una posición privilegiada / El conjunto de Peñarroya se apoyó en su mayor puntería para sobreponerse a los graves problemas vividos en el rebote / Salash debutó

Renfroe se cuela entre Pérez y Vaulet. SANTI OTERO

Renfroe se cuela entre Pérez y Vaulet. SANTI OTERO

Publicado por
DIEGO ALMENDRES

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HEREDA SAN PABLO  91

MANRESA  80

Hereda San Pablo:

Cook (2), Rabaseda (10), McFadden (15), Horton (11), Kravic (16) -quinteto inicial- Renfroe (9), Benite (9), Salvó (13), Rivero (4), Sakho (2), Salash (-).

Manresa:

 Jpu (4), Hinrichs (7), Vaulet (4), Eatherton (19), Pérez (9) -quinteto inicial- Báez (9), Martínez (3), Tabu (6), Sajus (11), Dulkys (6), Sima (2).

Árbitros:

Calatrava, Zamorano y Olivares.

Eliminados:

El local Salvó.

Parciales:

26-12; 49-33 (descanso); 72-56 y 91-80 (final).

BURGOS

El sueño de la Copa está un poco más cerca. Casi lo roza con la punta de los dedos el Hereda San Pablo después de superar al Manresa en un partido un tanto extraño, pero resuelto con solvencia. 

La experiencia exige al conjunto local la mayor cautela antes de verse en Madrid antes de tiempo. De momento, el bloque de Joan Peñarroya celebra su reencuentro con la victoria en un choque marcado por el alto nivel de acierto mostrado y los graves problemas sufridos en el rebote defensivo. Los del Bages disfrutaron de 19 segundas opciones.

Cook llevó con acierto el timón de un Hereda San Pablo apoyado de salida en la inspiración de McFadden y en los recursos ofensivos de Kravic en la pintura. El escolta hizo lo que se espera de él, revolucionar el gallinero, y el pívot rascó puntos cada vez que pisó la zona. Ya fuera en situaciones de 2x2 o al poste, el serbio se puso las botas para contrarrestar los problemas sufridos en defensa.

Y es que el Manresa se sintió cómodo cada vez que metió el balón cerca del aro. Solo así alivió su pésima puntería en el lanzamiento exterior, donde se chocó una y otra vez con el hierro en la primera parte.

La ayuda de los grandes y la carga del rebote ofensivo ayudaron a los catalanes a mantenerse a flote. A Pedro Martínez se le agotó la paciencia con el 17-8, pero la progresiva mejora de su equipo se encontró con dos aciertos de Rabaseda desde el arco para llevar la ventaja por encima de los 15 puntos (26-10). Si el Manresa se ofuscó desde el triple, el perímetro impulsó al Hereda San Pablo. 

Quizá, los azules no habían acumulado tanto mérito para disfrutar de esa jugosa renta. Sin embargo, era el momento de defenderla porque el rival subió el nivel defensivo.

El cuadro de Peñarroya frenó y ello le llevó a tomar malas decisiones. Para muestra, los tres alocados lanzamientos enlazados por un Rivero demasiado ansioso y errático en este momento de la liga.

Fue un tamo lleno de precipitación y de errores, justo lo que necesitaba el Manresa para tomarse un respiro con un 0-7. Los del Bages hicieron daño cada vez que dividieron la zona y se refugiaron en el tiro libre como solución de urgencia a falta del lanzamiento de tres.

La cara de Peñarroya reflejó la situación de su equipo con el 32-25. Sin embargo, tanto probar fortuna acabó dando su fruto y cada acierto desde lejos, con Salvó como estandarte, era una respuesta dolorosa para los catalanes (40-27). 

La entrada de Cook y McFadden acabó por reorganizar a un Hereda San Pablo de nuevo seguro sobre la pista. Los azules recuperaron la fluidez, cogieron vuelo y aprovecharon el impulso para devolver al descanso la máxima ventaja hasta el momento (49-33).

Del mismo modo que el Manresa confiaba en hacer las paces con el triple (1/13), los burgaleses estaban convencidos de que hombres importantes como Benite, Renfroe o Rivero aparecerían en escena en la segunda parte.

A la fuerza, los del Nou Congost encontraron recursos desde el 6,75. Los visitantes protagonizaron un nuevo intento de reacción en un  complejo tercer cuarto en el que los catalanes confirmaron su dominio del rebote para limar la diferencia hasta el 54-46. 

Los burgaleses no tenían la continuidad necesaria y los parones arbitrales para consultar el vídeo trabaron aún más un partido desatascado desde lejos. Lo de McFadden es otro rollo y a la facilidad anotadora del ‘terror de Flint’ se sumaron las dianas de Horton, Salvó y Renfroe.

Parecía que el Hereda San Pablo se adentraba en una senda oscura y, de un plumazo, se fue hasta el 72-53 con un tiro libre de Kravic. La defensa, aún con problemas para atar en corto los rechaces, se mostró más efectiva y a los visitantes les costó enlazar dos posesiones con éxito.

El triunfo estaba en el bote. Con todo, el encuentro aún ofreció el último capítulo de la entretenida pelea particular que mantuvieron Kravic y Eatherton. Ambos protagonizaron un bello intercambio de canastas que favoreció al equipo castellano, en lugar seguro con el 81-63.

Eso sí, los burgaleses protagonizaron un desconcertante tramo final de partido. Sajus apareció en escena para buscar un imposible para el Manresa, mientras que Salash debutó en mitad del caos y no pudo escapar de la tónica general. Así, Benite fue el encargado de poner cordura y cerrar una jornada que deja a los burgaleses a un paso de la Copa.

 

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