El Correo de Burgos

El UBU Bajo Cero alcanza la primera meta

Los gualdinegros certifican su presencia en la segunda fase por el título tras sumar una nueva victoria en un curso irrepetible / Los gualdinegros se adaptan a las bajas para cuajar un partido sólido y efectivo / Sobraron los últimos 10 minutos 

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DIEGO ALMENDRES

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UBU BAJO CERO   31

COMPLUTENSE CISNEROS   20

UBU Bajo Cero:

Wozniak (Mármol, min. 74), Silvestre (Alonso, min. 65) Pisapia (Mercanti, min. 61), Wagenaar (Sarmiento, min. 55), Ascroft-Leigh, Sanz (Iturrino, min. 74), Sánchez, Guido, Herreros (Rocaries, min. 50), Norton, Masuyama (Weersma, min. 55), Zabalegui (Casteglioni, min. 65), Rascón, Beltramino y Cronje.

Complutense Cisneros:

Fernández-Durán (Poncetta, min. 57), González (Castellote, min. 46), Bruno (Ávila, min. 57), Espinos, Borraz (Gnecco, min. 41), Moretón, Gorrotxategui, Fernández (Bozal, min. 65), Laforga (Irusta, min. 52), Vinuesa, Soriano, Escario, Pablo Medina (Case, min. 52), Fonseca (Héctor Medina, min. 65) y Rodríguez-Guerra.

Árbitro:

Iñigo Atorrasagasti.

Tarjetas amarillas

: Al visitante Fernández en el minuto 35 por juego sucio.

Tarjetas rojas

: No hubo.

Tanteo:

 3-0, min. 2: golpe de castigo de Norton; 10-0, min. 9: ensayo de Silvestre que transforma Norton; 17-0, min. 30: ensayo de Cronje que transforma Norton; 24-0, min. 37: ensayo de Silvestre que transforma Norton; 24-3, min. 42: golpe de castigo de Vinuesa; 31-3, min. 46: ensayo de Beltramino que transforma Norton; 31-10, min. 73: ensayo de Escario que transforma Vinuesa; 31-15, min. 76: ensayo de Soriano; 31-20, min. 79: ensayo de Héctor Medina.  

 

BURGOS

Nadie en San Amaro quiere que acabe este curso irrepetible para el UBU Bajo Cero. Afortunadamente, aún queda mucho por disfrutar de un equipo ya clasificado de forma matemática para la segunda fase por el título. No será el favorito, pero el proyecto burgalés promete mucha batalla ante los grandes transatlánticos del rugby español.

Los gualdinegros sumaron una nueva victoria en la liga regular, la octava en 10 jornadas. Casi nada. Esta vez el Cisneros mordió el polvo en un partido en el que los burgaleses mostraron su versión más seria y efectiva. Sin alardes y con las ideas claras para superar un aplazado condicionado por la ausencia de hombres importantes.

Asumida la sanción de Albareda y reservados hombres decisivos como Snyman, Casteglioni, Weersma o Facundo López, los locales ofrecieron la respuesta esperada de un equipo grande. Con una pareja de centros inédita (Zabalegui y Rascón) y con el éxito protagonizado por Guido como improvisado octavo, los burgaleses resolvieron la cuestión por la vía rápida.

El UBU Bajo Cero funciona con la precisión de un reloj suizo, aunque en esta ocasión sobraran los últimos diez minutos de un partido en el que el Cisneros encontró al final un premio menor al esfuerzo realizado. El conjunto azul-azul fue a Burgos a jugar al rugby y lo hizo de principio a fin, sin importar el resultado.

Los madrileños compitieron en favor del espectáculo, haciendo del buen manejo del oval su principal arma para construir el ataque. Eso sí, chocaron contra un muro durante 70 minutos. Los castellanos se hartaron de placar en una mañana resuelta por su pegada.

La presión defensiva de los amarillos forzó el primer pateo a palos nada más comenzar el choque. El UBU Bajo Cero ni siquiera necesitó asentarse en 22 contraria para encauzar el encuentro, ya que la delantera se encargó de rematar la faena. Cada touche a cinco metros de la línea de marca era sinónimo de peligro y Silvestre se puso las botas con dos ensayos.

El joven talonador es uno de los grandes descubrimientos de la temporada y aportó toda la seguridad del mundo en el lanzamiento de lateral. El UBU Bajo Cero solo debía resolver la cuestión de la melé, donde los problemas de agarre frenaron la progresión del equipo en la primera media hora. Después, el dominio del set piece fue total.

Con el 10-0 el bloque azul-azul dio un paso adelante. Movió con paciencia. Fase a fase, metro a metro, pero no hubo manera. La cortina defensiva burgalesa hizo retroceder a los madrileños, quienes siempre evitaron la tentación de las patadas largas para progresar.

Los burgaleses disfrutan sin balón. Placan una y mil veces en una guerra de desgaste en la que se sienten muy seguros, aunque esta vez recuperaban la posesión en posiciones peligrosas y abusaron como nunca de las patadas defensivas. No quedaba otra, a la espera de su momento para volver a picar.

Lo hicieron en cuanto construyeron un par de fases en la 22 azul-azul. Beltramino conectó con un Cronje que entró con toda la fuerza del mundo para posar bajo palos y ampliar la renta (17-0). Y la ventaja creció hasta el 24-0 antes del descanso con el mencionado doblete de Silvestre subido a la plataforma de delanteros.

Cierto es que la distancia no reflejaba la diferencia vista sobre el terreno de juego. Aún quedaba por comprobar cómo gestionaría el cuadro de Juan González una segunda parte con trampa. Estaba claro que el Cisneros aumentaría aún más la intensidad de su rugby y en menos de un minuto ya estrenó su casillero con el pie (24-3).

Los gualdinegros controlaron la situación de la mejor manera, jugando en campo contrario. Los locales alejaron el balón de las zonas calientes y se apoyaron en el empuje del pack para acercarse al triunfo. Fijado el ataque, esta vez fue Beltramino el que entró en segunda oleada para sellar el 31-3. Con media hora por delante, el choque se enrareció poco a poco.

La lesión de Masuyama y otros problemas físicos alteraron la adaptación de los cambios a la situación de partido. El UBU Bajo Cero acabó por perder el sitio en el campo y de ello se aprovechó el Cisneros para recortar distancias en un visto y no visto.

De repente, los burgaleses llegaron tarde a los placajes y el desorden pasó factura. El rival anotó tres ensayos en cinco minutos, un pequeño regusto amargo que no afectó ni al resultado del encuentro ni al mérito de un equipo centrado ya en el trascendental partido de este domingo contra el Barcelona.

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