El Correo de Burgos

BALONCESTO / Basketball Champions League

El campeón reclama su trono

El Hereda San Pablo jugará el domingo ante el Pinar Karsiyaka su segunda final consecutiva de la BCL / Los azules vuelven a superar una mala primera parte para hacerse con el control del partido tras el descanso gracias a su excelente nivel defensivo

Horton deja el balón en el aro del Estrasburgo. FIBA

Horton deja el balón en el aro del Estrasburgo. FIBA

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DIEGO ALMENDRES

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HEREDA SAN PABLO  81

ESTRASBURGO  70

Hereda San Pablo Burgos:

  Renfroe (3), McFadden (12), Rabaseda (-), Rivero (16) y Kravic (11) -quinteto inicial- Cook (2), Benite (16), Horton (10) y Salvó (5).

Estrasburgo

: Jefferson (14), Bohacik (9), Wainright (11), Morin (-), Colson (14) -quinteto inicial- Beaufort (-), Frisch (-), Maille (8), Tchicamboud (-), Cavaliere (7), Lansdowne (2), Udanoh (5).

Árbitros

: Glisic (SRB), Mazzoni (ITA) y Yilmaz (TUR).

Eliminados

: No hubo.

Parciales:

15-25; 37-43 (descanso); 63-57 y 81-70 (final).

No cabe duda de que este Hereda San Pablo ha agotado todos los calificativos. También es evidente que  Burgos vive una temporada ni siquiera soñada y que pasará a la eternidad como irrepetible. Su equipo estará en la segunda final consecutiva de un torneo continental y lo hace para reclamar la corona ya ganada en Atenas el pasado mes de octubre.

Allí le esperará el domingo el Pinar Karsiyaka después de superar al Zaragoza en el cruce. Antes, los burgaleses se tomarán un pequeño respiro y saborearán otro éxito mayúsculo que añadir a su curriculum.

El Estrasburgo mordió el polvo en un partido que tuvo controlado. Sin embargo, el Hereda San Pablo Burgos volvió a mostrar la madurez de los campeones y, como ante el Hapoel Holon en cuartos de final, salvó una situación compleja para atar la clasificación en una brillante segunda mitad orquestada desde la defensa.

El bloque de Peñarroya comenzó el choque inmerso en una espiral de pérdidas, errores y desacierto. El Estrasburgo saltó a la cancha con dos marchas más y los azules no pusieron el listón a la misma altura que los franceses.

Los tres primeros ataques del bloque del Coliseum se saldaron con tres pérdidas. Fueron siete al final del cuarto inaugural. Un número terrorífico multiplicado por otra mala racha desde el triple.

El Estrasburgo lo hacía todo fácil. Fluyó de la mano de Jefferson y Wainwright para firmar un 8-0 en el arranque. A partir de aquí los de Peñarroya tuvieron que adaptarse a un escenario muy incómodo en el que no llevaron la iniciativa hasta la segunda parte.

Sin ritmo ni timing en ataque, cada posesión era un problema. Con el 3/14 al descanso en triples, cualquier solución era buena y Sakho se convirtió en un referente inesperado para llevar un sanador 13-17 al marcador. Eso sí, los problemas en el rebote se unieron a otro arreón francés para llevar la máxima desventaja con un parcial de 2-8.

Ese 13-25 dejaba en evidencia los apuros de un Hereda San Pablo que aún tardó en disfrutar de algo de continuidad. Pasito a pasito, el defensor del título subió sus revoluciones ofensivas. Al principio solo sirvió para firmar un intercambio de canastas que parecía estéril. Sin embargo, el representante español arañó cada punto para ver la luz al final del túnel con un triple de Salvó.

Aunque el rival pagó con la misma moneda, el 28-34 dibujó otro panorama. El Hereda San Pablo necesitaba a Benite como agua de mayo y seis puntos consecutivos del brasileño firmaron un 36-37 que era un tesoro. Con todo, en una noche tan complicada el Estrasburgo aprovechó el 3+1 más afortunado de los últimos años para clavar otra daga antes del descanso.

Con todo, con el 37-43 los burgaleses aún seguían de pie después de 9 pérdidas, de un 3/14 en triples y siempre a remolque de un rival que parecía haber alcanzado su mejor versión. No era mal balance, a pesar de todo. Aun así, había que tomar el control cuanto antes.

Y lo hizo en el tercer cuarto. Una vez más, los burgaleses encontraron la respuesta en la defensa. La intensidad subió al máximo y el Estrasburgo ya no jugó con tanta fluidez. A los galos les entraron las dudas y cada balón recuperado insufló confianza a un Hereda San Pablo guiado por Rivero y Benite (43-45).

La energía del cubano bajo los aros y el talento puro del brasileño en el exterior completaron el esfuerzo en campo propio para dar la vuelta a la situación. Un triple del capitán sirvió para culminar la remontada, un 48-47 que encerraba una gran carga emocional a pesar de que aún quedaban 16 minutos por delante. Los del Coliseum ya no cedieron su ventaja en el partido.

El campeón por fin se adueñó del juego y mantuvo la inercia positiva gracias a su poderío en la carga del rebote ofensivo y a la fuente de alimentación encontrada en el 2x2 con Kravic (56-51). Llegado este punto del encuentro, había que asegurar como fuera esa pequeña ventaja y de eso se encargó McFadden al aparecer en el momento oportuno.

El americano siempre está cuando más quema el balón y anotó tres triples consecutivos para llevar el 66-57 ya entrado el último periodo. El Estrasburgo estaba al límite y el Hereda San Pablo le dio otro empujón con sendas canastas de Kravic y Horton. 

Los burgaleses tenían el choque donde querían. El recital defensivo fue para enmarcar y el nivel mostrado sacó de punto al cuadro galo. El oponente, incluso, falló canastas increíbles y en esas arenas movedizas el cuadro de Peñarroya es imparable. Con el partido roto, jugadores como Horton o McFadden están en su salsa y la diferencia se fue hasta el 74-59 a seis minutos del final gracias a un parcial de 8-2.

No le quedó otro remedio al adversario que quemar sus naves y apretar con todo a la desesperada. Tuvo su pequeño momento para la esperanza, pero sendos robos culminados con mate zanjaron la cuestión. El 78-64 a 3:50 del final certificó otra victoria histórica de un Hereda San Pablo que quiere el botín completo. El nombre de Burgos estará de nuevo en una final europea.

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