El Correo de Burgos

FÚTBOL / Fase de ascenso a Segunda División

El partido de toda una generación

El Burgos CF será equipo de Segunda si supera la final ante el Bilbao Athletic -Almendralejo, 20,00 horas- / El potencial ofensivo de los vascos amenaza una ilusión hibernada durante dos décadas / «Vamos a por el partido», zanja Calero

Los jugadores delBurgos CF hacen piña antes de un partido. SANTI OTERO

Los jugadores delBurgos CF hacen piña antes de un partido. SANTI OTERO

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DIEGO ALMENDRES

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El Burgos CF se centra en el momento presente. Ansía liberarse del pasado y construir un futuro esperanzador, pero hoy solo cuenta el partido a salvar frente al Bilbao Athletic. Las cicatrices acumuladas en el alma a lo largo de 14 años sanarán antes o después. Todo eso queda atrás y el corazón blanquinegro late con fuerza, ilusionado con la oportunidad ganada a pulso a lo largo de la temporada.El conjunto blanquinegro está a 90 minutos -o 120- de conseguir el ascenso a Segunda División. Como en la previa del gol de Pendín en 2001 y como en el momento de saltar al campo de Nervión en 2007. El deporte se alimenta de momentos únicos y Burgos vivirá una de esas jornadas inolvidables dispuesta a recoger su merecida recompensa.Las ilusiones de un club, de una afición y de una ciudad se desplazan hasta Almendralejo. Allí, en el Francisco de la Hera, el equipo dirigido por Julián Calero se medirá a un Bilbao Athletic temible por su capacidad ofensiva. Sin embargo, el campeón del Grupo 1 llega a la cita henchido de moral y preparado para lograr el objetivo.El técnico del bloque de El Plantío contará con toda su plantilla para esta final una vez asimilado con éxito el cansancio y el desgaste del cruce previo frente al Calahorra.El vestuario hace piña en las horas previas de un choque en el que se exige ser «fiel a sí mismo». «Cada partido tiene sus connotaciones y sus matices en función del rival, pero debemos ser lo que somos y ser como somos», explica un Calero seguro de ver a un Burgos CF «reconocible».Sea como fuere, en un cruce de estas características hay otros factores a tener en cuenta alejados de la pelota. «Es una final. Es un partido especial que no tiene nada que ver con el resto de la competición», señala el entrenador burgalés, quien aboga por «gestionar las emociones y mantener la calma». «Sin embargo, también es importante estar liberados. Que los chicos se encuentren cómodos y a gusto y que la presión externa sea la justa», añade.El conjunto de El Plantío toma aire, convencido de que la tensión soportada en la semifinal frente al Calahorra se ha convertido en una lección muy valiosa. «Rompimos el hielo», destaca Julián Calero, para destacar que la plantilla asumió por momentos «una responsabilidad mayor de la que debe». Sea como fuere, los componentes del proyecto están «mentalizados», conscientes de la capacidad del filial rojiblanco.  «Nos encontramos a un rival que es un potencial campeón de grupo, aunque no consiguiera esa plaza en la última jornada», recuerda el técnico. «Bilbao Athletic y Real Sociedad B han dominado la competición. Es un equipo que ha marcado muchos goles, que tiene un juego vertical y que es agresivo en ataque», analiza, para ir un paso más allá. «Es una generación, junto a la del año pasado, que está dando frutos para el primer equipo. Han compaginado la formación y el aprendizaje de competir en la elite», advierte.El Burgos CF se siente preparado para asumir el desafío en una tarde en la que puede ocurrir de todo. «Los partidos son melones cerrados y no sabes si saldrá bueno o malo. Tenemos alternativas, pero suceden cosas inesperadas y el entrenador tiene que reaccionar rápido y bien», advierte un Calero que opta por «dejar que el melón se abra» y, entonces, «tomar decisiones que ayuden a los jugadores».«Sabemos que es complicado, pero tendremos nuestras opciones si hacemos lo que sabemos», destaca. Y con la ayuda de la afición será un poco más fácil. «Es impresionante lo que han hecho. Es una hora complicada para la gente que trabaja y su esfuerzo es encomiable», valora el técnico, para agradecer su presencia. «Vamos a sentir su apoyo e intentaremos que estén orgullosos de su equipo. Nos gustaría que sea un día histórico, pero debemos estar concentrados y tranquilos», matiza.Es la hora de la verdad para el Burgos CF. Tres lustros después, dispone de la baza de jugar en Segunda División en un cara o cruz en el que parte con la única ventaja de alcanzar la orilla en caso de empate después de los 120 minutos de juego. «Mis chicos son guerreros. No se arrugan, compiten contra cualquiera y lucharán por su escudo, por su ciudad y por su gente. Vamos a por el partido», zanja Calero.

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