El Correo de Burgos

BALONCESTO / ACB

El Hereda San Pablo muestra oficio

Los azules mantienen la compostura ante el buen inicio del Fuenlabrada, rompen el partido en un momento muy caliente por las protestas madrileñas y dosifican la máxima ventaja de 18 puntos para controlar a su impetuoso rival

Dani Díez supera a Eyenga. ACB PHOTO / A. PACHECO

Dani Díez supera a Eyenga. ACB PHOTO / A. PACHECO

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DIEGO ALMENDRES

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FUENLABRADA  91

HEREDA SAN PABLO  96

Fuenlabrada

: Emegano (20), Alexander (19), Meindl (13), Novak (12), Cheatham (6) -quinteto inicial- Armand (16), Ristic (4), López (-), González (-), Eyenga (-), Bagayoko (-). 

Hereda San Pablo:

Kravic (8), Nikolic (7), Benite (16), Braimoh (18), Rabaseda (11) -quinteto inicial- Dani Díez (13), Queeley (-), McGee (15), Renfroe (4) y Zack (4). 

Árbitros:

García, Calatrava y Martínez.

Eliminados

: No hubo.

Descalificados

: El técnico del Fuenlabrada, Josep María Raventós y su ayudante Salva Guardia.

Parciales

: 23-17; 37-42 (descanso); 57-66 y 91-96 (final). 

 

No cabe duda de que este Hereda San Pablo va a más. El proyecto tiene mimbres y mientras busca su mejor versión acumula victorias importantes en su casillero. En esta ocasión, el bloque de Zan Tabak mostró la madurez necesaria para llevarse un partido muy exigente en el que el Fuenlabrada jugó sobreexcitado.

Se trataba de mantener la compostura en las buenas fases del rival, de apretar en el momento oportuno y de evitar sustos en el arreón final de los locales. El San Pablo hizo todo eso y ya presenta un balance positivo en liga (3-2).

La cosa se complicó de salida con la gran puesta en escena de un Fuenlabrada que puso toda su energía en pista para encontrar, además, el favor del acierto.

Los locales anotaron sus cuatro primeros lanzamientos en juego, tres de ellos triples, para sorprender a un Hereda San Pablo obligado a subirse a un tren en marcha para no perder la estela.

Los locales hicieron mucho daño a campo abierto e hicieron buenas selecciones de tiro para abrir brecha. Los visitantes cargaron por dentro, pero Braimoh era la única referencia anotadora.

Después de cuatro minutos y con 13-6 Tabak recurrió a Renfroe para marcar la pauta. Además, la defensa dio un paso adelante para cambiar la dinámica. El esfuerzo defensivo frenó el caudal anotador del Fuenlabrada en el exterior, si bien la acumulación de 2+1 de los madrileños volvió a estirar la cuerda hasta el 21-14.

El Hereda San Pablo se sintió cada vez más cómodo sobre la cancha y pronto consolidó su mejoría. McGee comenzó a carburar y el 0-7 abierto de salida en el segundo cuarto puso por delante a un equipo castellano que corrió la cancha con éxito.

Los blancos -en esta ocasión- controlaron la situación en defensa, cerraron el rebote y su rival perdió efectividad en el triple. Todo marchaba bien y los de Tabak encontraron a Zack por dentro para ampliar una ventaja que dio otro paso al frente gracias a un triple de Dani Díez (23-31).

Debía aprovechar al máximo el cuadro burgalés esta inercia porque enfrente tenía al equipo más anotador de la categoría y podía despertar en cualquier instante. El ala-pívot burgalés se hizo grande en los dos lados de la cancha y McGee cerró el círculo con un triple que significó el 25-36.

El parcial global de 4-22 catapultó a un Hereda San Pablo que, sin embargo, perdió gran parte de la renta conseguida en los minutos previos al descanso. McGee provocó a Meindl, le costó la técnica y, de paso, despertó al brasileño.

El exterior local se puso la pilas y activó a los madrileños. Los burgaleses cargaron por dentro con Braimoh y Kravic (30-41), un acelerón incompleto porque un parcial de 7-1 redujo la distancia hasta el 37-42 del intermedio de un encuentro que enloqueció.

De momento, la aportación de los interiores sirvió para completar con acierto una nueva fase que asentó de nuevo la ventaja en torno a los 10 puntos. El Hereda San Pablo tenía el encuentro en una situación favorable y las constantes protestas del banquillo rival costó la descalificación del técnico y de uno de sus ayudantes.

Aquello era un caramelo envenenado. A pesar de que los castellanos sacaron el máximo provecho a esta circunstancia para llevar una nueva máxima diferencia al marcador con el 44-58 tras un triple de Nikolic, la excitación del Fuenlabrada podía llevar el encuentro a un escenario muy difícil de gobernar.

Y así fue. Los madrileños firmaron un parcial de 8-0 para meterse de lleno en partido. Otro tiro de tres de Nikolic serenó un poco el juego, pero el Fuenlabrada tenía mucho que decir con el 54-61.

Entonces, apareció Dani Díez. El madrileño cerró el tercer cuarto con un triple y abrió el cuarto periodo con otro acierto exterior que apagó el fuego del cuadro de Raventós. Después, Benite completó el 0-8 de vuelta.

El susto había pasado y así se encargó de demostrarlo el cuadro de Tabak con dos nuevas dianas desde el perímetro. Primero Benite y después McGee tras una gran circulación de balón sellaron medio partido con el 61-79 a 7 minutos del final. 

Quedaba la otra mitad porque el Fuenlabrada aprovechó el menor signo de relajación para recuperar resuello. Otro arreón dibujó un 9-2 en un abrir y cerrar de ojos que obligó al San Pablo a despertar.

Los burgaleses no se pusieron nerviosos. Rabaseda y Nikolic sumaron puntos a la causa, pero la sentencia estaba en defensa y ahí el equipo visitante no estuvo contundente (77-90).

El reloj corría a favor y el triple fue el mejor aliado porque el adversario no dejó de apretar y mantuvo la fe con el 84-92 con 1:30 por jugar. El triunfo nunca corrió peligro y los burgaleses sellaron su tercer éxito consecutivo en liga para confirmar que las dudas del comienzo de curso quedaron atrás.

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