El Correo de Burgos

BALONCESTO

Olmos no hace milagros

El estreno del entrenador del Hereda San Pablo se salda con otra dura derrota / Los burgaleses acumularon la escalofriante cifra de 25 pérdidas de balón y firmaron un descorazonador 5/22 en triples / Un 20-3 en el tercer cuarto sentenció / Nnoko dejó algunos detalles 

Nnoko ataca el aro del Darussafaka. FIBA

Nnoko ataca el aro del Darussafaka. FIBA

Publicado por
DIEGO ALMENDRES

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DARUSSAFAKA  85

HEREDA SAN PABLO  66

Darussafaka:

Olaseni (14), Caupain (12), Pineiro (8), Ozdemiroglu (14) y Boothe (15) -quinteto inicial- Has (-), McCullough (5), Sav (5),Özcelik (-), Guler (8), Atar (4).

Hereda San Pablo:

Renfroe (11), Benite (3), Rabaseda (5), Dalton (3) y Nnoko (6) -quinteto inicial- Kullamae (9), García (9), Díez (8), Salash (5), Queeley (2) y Kravic (5). 

Árbitros

: Poursanidis (Grecia), Liszka (Polonia) y Vojinovic (Montenegro).

Eliminados

: No hubo.

Parciales: 

21-16; 40-34 (descanso); 62-47 y 85-66 (final).  

 

Paco Olmos ya ha comprobado en primera persona la multitud de problemas que deberá resolver para salvar los muebles del Hereda San Pablo en una temporada muy dura. Los burgaleses jugarán el jueves el desempate de su serie de repesca en BCL frente al Darussafaka después de sufrir en Turquía otra derrota muy dolorosa.

El nuevo técnico no hace milagros, pero sí se esperaba a un equipo con otra energía y una chispa diferente. Sin embargo, la escalofriante cifra de 25 pérdidas de balón acumuladas y el 5/22 en triples enterraron cualquier opción de un bloque burgalés que debe ingeniárselas para cambiar radicalmente su trayectoria en las próximas semanas si quiere salvar el desastre.

El inicio de partido ya dejó al descubierto todos los defectos que han llevado al proyecto a una situación límite. Las cuatro primeras posesiones se resolvieron con tres pérdidas de balón, ataques desperdiciados con errores no forzados y castigados en retaguardia con canastas fáciles.

El 8-2 de salida no auguraba nada bueno. Sin embargo, poco a poco el Hereda San Pablo serenó su juego. Los blancos (en esta ocasión) por fin llevaron el balón donde querían y encontraron a Nnoko en situaciones de continuación completadas con el puntual acierto exterior.

El debutante ofreció algunos detalles hasta el descanso y ese equilibrio dio tranquilidad al conjunto de Paco Olmos (11-7). A pesar de que los regalos fueron constantes, los burgaleses estaban en partido y disfrutaron de contados oasis en los que su circulación recordó a otras épocas.

El Darussafaka sufrió su primera falta a ocho segundos de acabar el cuarto inaugural. Los turcos jugaron un baloncesto físico, con Olaseni y Boothe dominadores de la situación en pintura (21-16).

El rebote defensivo fue otro problema. Las segundas opciones sonrieron a los verdinegros, quienes se estiraron hasta el 30-21. El Hereda San Pablo seguía empeñado en echar por tierra su trabajo. Las pérdidas se amontonaron de manera preocupante y la defensa del uno contra uno tampoco era buena.

El partido entró en una nueva fase tras el tiempo muerto de Olmos. Con el juego roto, los burgaleses salieron reforzados de ese ida y vuelta para situarse a un punto gracias a un triple de Díez y una bandeja de un Renfroe que sigue irreconocible.

El 30-29 era todo un alivio, pero aún hubo que sortear más problemas. El ritmo y la iniciativa eran de un Darussafaka que aprovechó cada concesión para recuperar el colchón en el marcador. Cada punto evitable escoció a un San Pablo sin puntería desde fuera e incapaz de hacer dos acciones ofensivas positivas. Con todas esas premisas, el 40-34 era positivo para los intereses del campeón.

Fue entonces cuando el equipo del Coliseum ofreció durante dos minutos lo que se espera de él en cada segundo de los cuatro cuartos. La intensidad defensiva y el ritmo marcado con ataques dinámicos y fluidos permitieron a los azules firmar un esperanzador 2-7 de salida.

Con el 42-41, los visitantes tuvieron la opción de tomar la delantera. El triple precipitado de Dalton no entró y a partir de ese momento comenzó una pesadilla. Un escalofrío recorre las espaldas de los aficionados burgaleses cuando su equipo entra en agujeros negros como el disfrutado por el Darussafaka para sentenciar el encuentro.

Los visitantes se llevaron a la boca un triple de Rabaseda en siete interminables minutos resueltos con un carrusel inexplicable de errores en ambos aros y un parcial de 20-3 en contra.

El 62-44 resolvió la cuestión y plantea aún más incógnitas alrededor del proyecto. Un solitario tiro libre de un Benite muy incómodo en pista y el arrebato de Kullamae despertaron del letargo a un equipo que parecía volver al partido con el arranque individual de Marc García.

El escolta quiso liderar un intento de reacción frenado tras el 64-52. El exterior falló dos triples consecutivos y el Darussafaka respondió con sendos aciertos lejanos para clavar otra daga en el corazón de un San Pablo rendido a su suerte. Pronto se alcanzaron los 20 puntos en contra y la máxima llegó con el 83-60. 

Este Hereda San Pablo no tiene respiro y aún deberá pasar por un partido de desempate en 48 horas antes de centrarse en lo que importa: Baskonia, Tenerife, Manresa... 

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