El Correo de Burgos

BALONCESTO

El San Pablo alimenta su confianza

El conjunto azul resuelve sin apuros su semifinal y se jugará el título de la Intercontinental frente al Flamengo brasileño / A pesar de los desajustes defensivos de la primera parte, la falta de acierto del Zamalek ayudó a un equipo que recuperó parte de las sensaciones perdidas

Nnoko lanza a canasta ante Diogu en la semifinal de la Copa Intercontinental que acoge El Cairo. FIBA

Nnoko lanza a canasta ante Diogu en la semifinal de la Copa Intercontinental que acoge El Cairo. FIBA

Publicado por
DIEGO ALMENDRES

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ZAMALEK  61

HEREDA SAN PABLO BURGOS  78

Zamalek:

Strawberry (5), Sosa (12), McKinney (15), Mahmoud (7), Diogu (8) -quinteto inicial- Elmashad (1), Azab (-), Elsayed (-), Mohamed (1), Yasser (2), Emekawi (10), Hussein (-).

Hereda San Pablo:

Renfroe (5), Rabaseda (7), Phillip (13), Nnoko (13), Eddie (17) -quinteto inicial- Benite (4), Dani Díez (6), Salash (-), Gamble (10). 

Árbitros

: Vázquez (PUR), Noujaim (LIB)y Liszka (POL).

Eliminados

: No hubo.

Parciales:  

16-23; 34-44 (descanso); 47-63 y 61-78 (final).

El Hereda San Pablo Burgos estará de nuevo en la final de la Copa Intercontinental. Los burgaleses consiguieron su objetivo en el cruce ante el Zamalek y, de paso, alimentan su moral para afrontar los próximos desafíos. 

De momento, el campeón defenderá su corona el domingo ante el Flamengo. Los brasileños superaron a los Lakeland Magic por 94-71 y pondrán a prueba los síntomas de mejora mostrados en la cita de El Cairo.

El proyecto no podía permitirse otra decepción en el torneo que, pretende, suponga un antes y un después en su trayectoria. Los azules lograron su objetivo y lo importante hoy es que estarán en la final. Aunque queda un largo camino por recorrer.

Y es que los bajos porcentajes del Zamalek evitaron un problema en una semifinal cómoda. La defensa burgalesa tiene grandes lagunas, situaciones que el rival no supo aprovechar en la primera parte por su falta de puntería. 

Al descanso, los egipcios habían lanzado 8 veces más a canasta que el defensor del título y habían capturado 9 rebotes ofensivos. Las segundas opciones también sonrieron a los pupilos de Paco Olmos, ayudados entonces por el 32% del rival en tiros de campo.

Así, las cosas son un poco más fáciles. El Hereda San Pablo sufrió en el uno contra uno y la rotación sin balón ofreció huecos imperdonables en ACB. El Zamalek, en esta ocasión, falló. En la segunda parte se corrigieron parte de estos desajustes.

 

Olmos ofreció una firme declaración de intenciones al apostar de salida por Renfroe y el debutante Phillip de salida. El último en llegar aportó chispa y quiso ser protagonista. A pesar de alguna mala decisión, el combo norteamericano estuvo en todas las salsas y sus ocho puntos casi de salida sirvieron para cimentar las primeras ventajas (12-16).

Los burgaleses también encontraron a un intermitente Nnoko cerca del aro, pero el protagonismo a partir de entonces fue para Eddie y sus lanzamientos desde el triple.

El ala pívot dio un paso adelante y tuvo toda la puntería que le faltó al Zamalek en los tiros liberados. Cuatro triples suyos en el comienzo del segundo cuarto llevaron el 25-35 y ya sumaba 17 puntos en su cuenta particular. Curiosamente, no volvió a anotar.

El margen era muy valioso para el Hereda San Pablo porque era vital impedir que el Zamalek creciera con el partido. Los egipcios se hincharon a atacar en posiciones de ventajas y a cargar el rebote, pero apenas sumaron para alivio de un equipo burgalés que entró en uno de sus clásicos bucles de pérdidas no forzadas.

Afortunadamente, el Zamalek tampoco estaba para florituras y un acierto de Nikolic desde fuera llevó la máxima con el 27-40 a 2:25 del descanso, si bien los burgaleses aún tenían mucha tela que cortar en la segunda parte.

Y es que aún había que comprobar la respuesta de ambos conjuntos cuando los anfitriones enlazaron tres o cuatro aciertos. Eso ocurrió en el tercer cuarto, con un parcial de 9-0 que estrechó el margen hasta el 45-50.

Los azules estaban en apuros, pero esta vez mantuvieron la compostura. El cuadro de Paco Olmos subió la actividad defensiva y movió bien la pelota para salir del pequeño embrollo. Un robo de Rabaseda y un triple del catalán después de una brillante circulación sentó las bases de un arreón que debía ser definitivo.

El Zamalek volvió a chocarse con el aro y el Hereda San Pablo completó su mejoría en retaguardia con un mayor control del rebote. A partir de entonces todo fue a mejor y el campeón se fue hasta un 2-13 para estirarse con el 47-63.

A pesar de que el Zamalek echara el resto en el comienzo del último periodo, el bloque de Olmos tenía la situación dominada. Dos nuevas dianas desde lejos de Dani Díez y la intensidad de un Gamble que aún reparte aciertos y fallos por igual fueron argumentos suficientes para sentenciar el choque con el 54-73.

El Hereda San Pablo por fin pudo disfrutar de un desenlace cómodo sin los agobios que sufre en la ACB cada semana. Los anfitriones se rindieron a su suerte en un partido que perdió toda la chispa en el tramo final y los burgaleses ya piensan en la final por el título internacional. La cuarta en dos temporadas.

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