El Correo de Burgos

Progreso sin premio

FÚTBOL. El Mirandés jugó a buen nivel ante el Almería tres cuartos del partido pero su esfuerzo se vino abajo con dos goles en contra en 2 minutos / Un gol de Camello tras un penalti en el descuento endulza la derrota

La defensa rojilla fue puesta a prueba constantemente por el ataque del Almería. LA LIGA

La defensa rojilla fue puesta a prueba constantemente por el ataque del Almería. LA LIGA

Burgos

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Segunda División Jornada 28

UD Almería 2-1 CD Mirandés

Árbitro: Gorostegui Fernández Ortega.

Tarjetas amarillas: Pozo, De la Hoz, Portillo, Samú; Íñigo Vicente, Rey y Camello.

Tarjetas rojas: No hubo.

Goles:  1-0 (68’): Sadiq. 2-0 (71’): Sadiq. 2-1 (99’): Camello.

UD Almería: Fernando; Pozo, Chumi, Babic, Akieme; Samú, De la Hoz (Puigmal, 62´); Portillo (Lazo, 62´), Robertone (Sousa, 70´), Ramazani (Eguarás, 70´); y Sadiq (Curro Sánchez, 82´).

CD Mirandés: Raúl Lizoain; Carreira, Jorge Sáenz, Arroyo, Imanol García; Meseguer (Álex López, 73´), Oriol Rey; Riquelme (Hassan, 73´), Íñigo Vicente, Brugué (Marqués, 79´); y Sergio Camello. 

No funcionó el conocido tópico y el nuevo entrenador del CD Mirandés Joseba Etxebarria no sólo no pudo debutar con victoria y ni siquiera lo hizo sumando algo positivo, aunque el equipo dio algún argumento para la esperanza. La potente UD Almería no era el rival mejor para tal logró y se confirmó sobre el césped pues el equipo de Rubi derrotó de forma clara y justa a los rojillos en los Juegos del Mediterráneo. Todo ello tras un partido de alta intensidad y muchas llegadas en el que los almerienses siempre demostraron tener algo más de fútbol y, especialmente, de pegada con un Sadiq autor de los dos goles locales.

Ni almerienses ni burgaleses contemporizaron lo más mínimo y ya desde el inicio se pudo ver un arranque de partido trepidante con dos equipos alegres y desinhibidos que buscaron la portería rival con ambición y de forma muy directa. Así, jugando a un ritmo infernal en el que no faltaban las imprecisiones, la primera ocasión clara llegaría rápido, antes del diez cuando el local Lucas Robertone conseguía colgar un balón a la cocina y Samú Costa remataba de cabeza para la primera intervención meritoria de Raúl Lozain. Un minuto más tarde Ramazani enganchaba una volea tras pase de Portillo que se iba fuera por poco pero que ponía en alerta a los de Joseba Etxebarria.

Los rojillos no se arrugaron y aunque con menos peligrosidad devolvieron los sustos a través de Íñigo Vicente desde el pico del área con una gran rosca, y de Riquelme, pero entre medias Ramazani malograba una inmejorable a puerta vacía que bien pudo suponer el primer tanto de la noche. El Almería perdonaba un gol cantado rondando el cuarto de hora pero daba otro aviso de su mucha peligrosidad.

Después se pasó a una fase de menos llegadas claras pero de igual intensidad que lo anterior. Es decir, los dos onces convertían el partido en un ida y vuelta sin pausa donde cualquier cosa podía pasar. En esos minutos se disfrutó de un Mirandés valiente y agresivo, que quería pero que para lograrlo tomaba demasiados riesgos y se desprotegía con demasiada facilidad.

Por su parte los almerienses calcaban las ganas del rival en lo ofensivo pero en lo defensivo tenían mayor orden y disciplina. Nada se vería reseñable en las áreas hasta que la filo de la media hora el local Lucas Robertone perdonaba otra clarísima de los locales. Un susto enorme que ni siquiera inmutó a los visitantes, porque casi de seguido Camello estrellaba un buen remate en el lateral de la red.

De ahí al descanso el choque no se calmó, pero tanto los pupilos de Rubi como los de Joseba Etxebarria no arriesgaron tanto arriba y no se verían ocasiones de verdadero peligro, por lo que el empate sin goles se mantuvo al paso por los vestuarios.

En el reinicio ambos volvieron a la carga e incluso en los primeros compases de la segunda el Mirandés llegó varias veces a las inmediaciones del área local, pero no tuvo pegada y en el diez Lizoain se lucía ante Sadiq en otra muy clara. El Mirandés peleaba de tú a tú, hacía daño a la contra y superada la hora acariciaba el gol en una acción de Íñigo Vicente y finalización de Camello.

Pero le faltaba definir y cada vez quedaba menos.

La respuesta la dio el Almería al poco, Sadiq le gana un balón a Arroyo en línea de tres cuartos y sin pensárselo dos veces desde unos treinta metros de distancia suelta un misil tierra aire que se cuela en la portería de Raúl Lizoain para hacer el primer gol de la noche.

Sin tiempo para reaccionar, apenas un par de minutos más tarde un Lizoain sin presión alguna intenta conectar con el central pero falla y se la regala al rival, que acaba castigando el grave error con un Sadiq goleador que no lo desaprovecha y hace el segundo en su cuenta.

Un mazazo en toda regla que dejaría al Mirandés desdibujado, deprimido por el resultado pero obligado a irse arriba con todo para intentar meterse en la pelea por le resultado o para al menos ganarse el puesto ante el nuevo entrenador. Sin embargo nada sucedió y el marcador pese a que se siguieron viendo ocasiones claras en ambas porterías no se movería hasta que ya no había tiempo.

Y es que en el descuento, en el 97´, Íñigo Vicente es derribado por Pozo dentro del área y el colegiado señala un penalti que el propio Íñigo Vicente lanzó para el lucimiento de un Fernando que rechazó el chut pero que no pudo evitar que Camello marcara en el rechace. Acto seguido al gol del Mirandés y sin que se llegara a sacar de centro del campo el colegiado pitó el final.

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