El Correo de Burgos

FÚTBOL / Segunda

Identidad. Las 5 virtudes del Burgos CF

El conjunto blanquinegro toca el cielo tras una semana histórica que le ha colocado líder en solitario de La Liga SmartBank / Analizamos algunos de los motivos que han llevado al equipo a lo más alto

El Burgos CF, al completo, celebra junto a su afición un triunfo en El Plantío. Tomás Alonso

El Burgos CF, al completo, celebra junto a su afición un triunfo en El Plantío. Tomás Alonso

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21 años después, el Burgos CF es líder de Segunda División. La última vez que esto sucedió fue aquel 30 de septiembre de 2001, en el que llegaba a un añorado El Plantío, el Xerez de Bernard Schuster. Era la sexta jornada de Liga y entre las filas del conjunto blanquinegro se encontraban hombres, que hoy forman parte de la historia del Burgos CF, como Pendín, Cuyami, Cheryshev, Arteaga o Lucio. Aquel día el Burgos se impuso por 3 a 1 y durmió líder de la categoría de plata. El pasado 1 de noviembre, el Burgos CF, de Julián Calero, volvió a subirse a lo más alto de la tabla. En esta ocasión, gracias a 5 virtudes que definen al equipo blanquinegro esta temporada.

1. Solidez defensiva

El técnico madrileño tiene una idea de juego muy clara. Una idea que transmite y convence día a día y con la que todo el burgalesismo comulga. Este dogma de trabajo ha llevado al Burgos a ser el equipo que menos goles ha recibido (3) en las 5 grandes Ligas de Europa (Premier League, LaLiga, Serie A, Bundesliga y Ligue 1). Tan solo el FC Barcelona se acerca a esta cifra con 4 goles encajados, en 12 jornadas de campeonato doméstico.

Una solidez que se sustenta sobre el récord de José Antonio Caro, 1.215 minutos de imbatibilidad que lo dejan a tan solo 61 del récord nacional de imbatibilidad de Abel Resino. El exportero del Atlético de Madrid acumuló un total de 1.275 minutos en la temporada 1990/1991. Por lo que ante el Tenerife, este sábado, Churripi Caro podría hacerse con el récord de imbatibilidad en toda la historia del fútbol profesional de España. Los halagos al guardameta onubense llegan desde toda la geografía nacional. Sin embargo, nada de esto hubiera sido posible sin su fiel línea defensiva. 4 o 5 hombres, según la ocasión, que han establecido ante la meta de Caro un muro infranqueable y pocas veces superado gracias a la generosidad y el trabajo de sus miembros.

2. Ataque tras recuperación

Lo malo de los muros es que, lo que se gana en seguridad, se pierde en horizonte. Y eso se piensa a menudo sobre los equipos ‘defensivos’. Y el Burgos, defensivo o no, no fue una excepción. Durante las 8 primeras jornadas del campeonato, el bagaje ofensivo del equipo sembraba muchas dudas en la afición: 2 goles en 8 jornadas. Y aunque el equipo no perdía, la afición se mantenía en el alambre entre el conformismo y el pesimismo. “Por lo menos no perdemos” se escuchaba en Burgos en esos momentos. Mientras tanto, el director de orquesta solo pedía tiempo. Tiempo para que sus nuevos instrumentos comenzaran a tocar juntos, esa melodía de ataque que en las últimas semanas se ha tornado en un, como el propio Calero ha denominado, rock and roll.

10 goles en 6 jornadas y todos ellos con un denominador común. El Burgos CF sale en avalancha cuando logra recuperar el esférico o cuando hace efectiva esa ‘PTP’ que tanto se escucha hoy en día, ‘Presión tras pérdida’. El Burgos va a la carga, a veces a través de la combinación, a veces a través de un desplazamiento al espacio, pero siempre con muchos efectivos y cogiendo por sorpresa al rival. 

3. Ocupación de espacios 

O dicho de otra forma, el 1 para 1 en el centro del campo. Es una de las herramientas que mejores resultados le ha dado al equipo de Calero. Cuando el Burgos CF pierde el balón, sus líneas se juntan hasta dejar a todos sus hombres, a excepción del portero, en un espacio no muy superior a los 20 metros de campo. Así, ahoga a los jugadores interiores del rival y que, por si fuera poco, cada uno de ellos tiene a su espalda a un centrocampista blanquinegro ejerciendo la presión. De esta forma, el Burgos obliga a sus rivales a jugar por fuera y verse las caras en el poderío aéreo, su otra virtud.

 

4. Juego aéreo

Con este modelo de juego, el Burgos CF acepta las llegadas del rival por la banda. Es ahí donde la capacidad de respuesta de Córdoba, Elgezabal, Grego, Atienza o Zabaco decantan la balanza en favor de los blanquinegros. Como en el segundo tanto ante el Alavés en El Plantío. Ni siquiera los 7 jugadores Babazorros que esperaban el remate en el área lograron poner en problemas a Caro. Y con ese ataque, tras recuperación, llegó el segundo del Burgos. Los de Calero, solo han demostrado debilidad en dos ocasiones, ante el Mirandés en el derbi y ante el Lugo. Además, es aquí donde el trabajo de pizarra del cuerpo técnico sale a relucir. El Burgos CF no solo se defiende bien en el juego aéreo, sino que también es capaz de encontrar la portería rival de la misma forma o al menos, poner el miedo en el cuerpo a los rivales con su tradicional e incontrolable ‘trenecito’.

5. El Grupo 

Es lo más importante en un equipo. El Burgos CF, bajo la atenta mirada de Michu en la dirección deportiva, ha logrado, campaña tras campaña, crear un vestuario unido y cohesionado. En el que las individualidades quedan a un lado y solo se trabaja por y para el colectivo. El triunfo semanal es un triunfo coral. Y la sinergia que se respira entre todos los miembros de la plantilla es cada vez mayor. La confianza en el compañero crece y los esfuerzos para cubrir sus errores se multiplican. Así, todos reman en una misma dirección que llega marcada por el patrón del barco, Julián Calero. 

Por todo esto, el Burgos CF hoy está en la fiesta de los mejores. Una fiesta en la que los invitados visten de etiqueta y los de Calero se han colado con un mono de trabajo, su indumentaria habitual. Pero una identidad que los ha llevado a ser el líder de Segunda División.

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